Mezek

Desde 1948, el estado de Israel ha sido un hervidero. Por muchas razones. Este cómic puede facilitar la compresión de lo que pasó en esos momentos tan complejos para unos y otros.

10 sep 2016 / 11:56 h - Actualizado: 09 sep 2016 / 10:20 h.
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En 1948, el estado de Israel acaba de proclamar su independencia. El pueblo judío se topa con todo tipo de problemas. Desde la imposibilidad de comprar armas para formar un ejército hasta los ataques continuos de sus vecinos que no aceptaron lo que comenzaba a ocurrir. Desde una tensión social insoportable hasta el desmoronamiento de una convivencia entre religiones que destrozó, por completo, cualquier posibilidad de entendimiento.

En estas páginas se habla de libros y, por tanto, no entraremos a opinar sobre este asunto. Sí, sobre el tebeo firmado por el dibujante André Juillar y el guionista Yann que utilizan como soporte del relato la estructura de una fuerza aérea israelí que no contaba, ni con aviones ni con pilotos hebreos (tres, en concreto); huyendo para no entrar a valorar cuestiones políticas, religiosas o posicionarse en un lado. Plantean problemas y es el lector el que decide qué tiene que pensar, qué conclusiones sacar.

Los personajes de Mezek, salvo el protagonista Björn, son episódicos y sirven para ir iluminando lo inmediato en la narración. Por supuesto, a Björn. Por ello quedan perfilados con un solo rasgo. Este es un problema puesto que, en algún caso, el lector se puede quedar con las ganas de saber algo más o de intentar entender alguna cosa que se hace imposible sin que ese personaje aparezca en las viñetas.

La trama presenta acción (mucha); amor, desamor y sexo (lo suficiente), traición (inevitable) y un desenlace que se antoja algo precipitado. Pero, en general, el cómic tiene buen ritmo narrativo. Textos y dibujos se acompañan bien y se ayudan mutuamente en la expresión de todo tipo de detalles.

El dibujo es muy detallista, muy realista. El color está cuidadísimo. Y el nivel de precisión en la recreación de ese momento histórico es abrumador.

Mezek es un buen cómic que habla de lo que el destino convierte en equipaje inevitable, de la imposibilidad de borrar partes del pasado para construir un futuro que, así, se hace inquietante; del odio que se genera entre las personas y para el que no se conoce remedio. Pero, también, deja abierta la puerta al entendimiento a través del diálogo, de la bondad de las personas y de la generosidad.

Ideal para jóvenes que, además de leer un buen tebeo, pueden hacerse una idea de lo que fue un periodo y en un territorio convulso que, aún hoy, sigue casi en la misma situación.

Calificación: Interesante.

Tipo de lectura: Muy fácil y amena.

Tipo de lector: Aficionados al cómic. Jóvenes y adultos.

Argumento: El mundo es difícil y para cambiarlo hay que hacer grandes cosas. A pesar de todo.

Personajes: Excepto el principal, episódicos.

¿Dónde puede leerse?: En Tel Aviv.