Especial Billy Wilder

Nacional catolicismo y Wilder

El nacional catolicismo de hierro se imponía en España mientras el resto del mundo avanzaba hacia la modernidad. Esto es un ejemplo de ello

22 jun 2020 / 10:23 h - Actualizado: 22 jun 2020 / 10:30 h.
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  • Billy Wilder.
    Billy Wilder.

Si el senador McCarthy hizo que Wilder las pasara canutas durante una buena temporada (sin escribir lo que hubiera querido, disimulando intenciones con movimientos de cámara que justificaran lo dudoso, buscando los dobles sentidos en cada frase y cuidando la estética para que cualquier cosa no pudiera parecer comunista), en España estábamos pasando las de Caín (esto es más español, más bíblico, más de la época franquista).

Nacional catolicismo y Wilder

Es curioso comparar los carteles de la época. Siendo la misma película, los diversos diseños nos hacían pensar en cosas completamente distintas. A veces contrarias.

Por ejemplo, el cartel con el que se anunciaba «Berlín Occidente» en España, mostraba a la cabaretera que interpreta Marlene Dietrich con traje azul, largo y tapada hasta el cuello, una mujer paseando un carrito de bebé, a la congresista con abrigo e, increíble, a la misma congresista con los hombros al aire junto al militar protagonista (si estás al lado del militar, sí). Si nos fijamos en el cartel francés, las parejas se miran enamorados, los hombros de la congresista siguen destapados, y la cabaretera enseña los suyos además de parte de sus piernas.

Nacional catolicismo y Wilder

Esto que parece casi infantil no lo era tanto. Indica el tipo de moral impuesta con la que tuvieron que cargar muchos durante años. Del mismo modo que, seguramente, nos perdimos mucho de Billy Wilder porque no pudo hacerlo, los españoles nos perdimos entre las tinieblas del sexo como pecado.