«No es nada casual que se descabezase a ETA un mes antes de inaugurar la Expo 92»

La editorial Sílex publica ‘1992. El año de España en el mundo’, un riguroso trabajo con el que Julio Sanz López nos retrotrae a una fecha fundamental para la historia reciente de nuestro país

25 abr 2023 / 07:42 h - Actualizado: 25 abr 2023 / 07:46 h.
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  • El autor, Julio Sanz López.
    El autor, Julio Sanz López.

El año 1992 constituye una de las fechas más importantes para las relaciones internacionales de España en su historia reciente. Aquel año se desarrolló un conjunto de acontecimientos y proyectos sin parangón que vinieron a confirmar los grandes cambios experimentados por el país desde el final de la dictadura franquista.
España acogió durante ese año los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Exposición Universal de Sevilla y la Capitalidad Cultural Europea de Madrid.
A su vez se llevaron a cabo las Conmemoraciones del V Centenario del Descubrimiento de América, la de la primera Gramática castellana de Nebrija o los programas Sefarad y Al Andalus 92. Todo esto y mucho más es analizado por el historiador Julio Sanz López (Guadalajara, 1991) en ‘1992. El año de España en el mundo’, un exhaustivo trabajo que nos invita a descubrir la cara B de una época irrepetible.

Si tuviéramos que escoger un año de la historia de España, muchos nos inclinaríamos por 1992, una cifra marcada a fuego en nuestra memoria. ¿Cómo surge la idea de escribir un libro con ese título?

Se trata de una fecha fundamental para la historia reciente del país y totalmente inexplorada hasta el momento. Tras largos años de investigación y documentación se presenta ahora en un libro ameno y riguroso para todo tipo de públicos. Era necesario analizar aquellos proyectos cuando ya se cumplen más de tres décadas. Estamos además ante una fecha presente en la memoria de muchas generaciones y con muchos secretos por desentrañar.

El prefacio de ‘1992. El año de España en el mundo’ nos traslada hasta el estadio de Montjuic, cuando «cientos de figurantes componían un enorme mosaico humano que formaba la palabra HOLA», el 25 de julio de 1992. ¿Cómo era la situación de nuestro país en los años previos a este acontecimiento?

A grandes rasgos podría definirse como un periodo de excelencia internacional y amplias contradicciones en el ámbito interno. El país había conseguido acceder al anhelado club europeo, a la OTAN, y había universalizado sus relaciones internacionales. A nivel interno se había producido un amplio progreso económico y social en la década de los años ochenta con el establecimiento de los pilares esenciales para el desarrollo del estado del bienestar y el de las autonomías. Sin embargo, de forma paralela, el país sufría escándalos de corrupción, problemas derivados de la reconversión industrial, y se veía afectado por lacras como el terrorismo o la heroína.

El primer capítulo de su obra pone el foco en la génesis de la Expo 92. A los sevillanos les sorprenderá saber que parte de los terrenos utilizados para su construcción pertenecían a la familia del general Queipo de Llano...

Entre los propietarios de los terrenos de la Cartuja estaba efectivamente la familia Queipo de Llano, con quienes se tuvo que llegar a un difícil acuerdo al igual que con otros propietarios. Fue un periodo de gestación convulso marcado por el escepticismo, el retraso y las continuas disputas. Los percances como el incendio de algunos pabellones no hacían presagiar el excelente desarrollo posterior de la muestra.

«No es nada casual que se descabezase a ETA un mes antes de inaugurar la Expo 92»

Llama también la atención la parte que dedica a Juan Antonio Samaranch, un falangista aficionado al hockey que tras ser designado Embajador de España en la Unión Soviética terminó como presidente del COI. ¿Hasta qué punto fue decisivo para que Barcelona acogiese los Juegos Olímpicos?

Samaranch ha recibido en ocasiones el calificativo de «astuto camaleón», y la mayoría de las fuentes no dudan en calificarlo como un auténtico maestro en las relaciones públicas. Cada uno de sus pasos al respecto fue calculado, y es sin duda, junto a Narcis Serra, uno de los grandes artífices de los juegos de Barcelona. En el libro se aborda con detalle el oscuro camino para la elección de la sede olímpica de Barcelona y los secretos de un proceso marcado por la corrupción y los intereses políticos y económicos.

¿Qué supusieron las Cumbres Iberoamericanas celebradas en Guadalajara y Madrid?

Fueron la culminación de un proyecto pospuesto durante décadas. Se convirtieron en el mayor foro de concertación política para el conjunto de Iberoamérica. Aquellas reuniones fundacionales fueron el claro ejemplo de la buena salud de las relaciones entre España y el subcontinente americano de aquella época. Con el tiempo han ido perdiendo importancia para acabar deambulando en la actualidad como un foro internacional más. Han quedado relegadas a enclaves de photo oportunity con escasa capacidad para gestar acuerdos concretos.

Volviendo a la Exposición Universal de Sevilla, pocos habrán oído hablar de la esfera armilar que aspiraba a ser el mayor legado material del V Centenario. ¿Qué ocurrió con ella?

Se trata de un proyecto non nato que es claro ejemplo de la dificultad que conlleva sacar adelante este tipo de iniciativas tanto por la voluntad política como por la dotación presupuestaria. Se trataba de una construcción colosal como modelo reducido del cosmos que tras varios proyectos no se ejecutó. Está, sin duda, en el debe del conjunto de fastos del año 1992 el no haber legado un gran monumento representativo de aquella fecha, como sí había ocurrido en otros eventos de este calado a nivel internacional.

¿Hasta qué punto los fastos de 1992 contribuyeron al refuerzo de la presencia española en el seno de las instituciones europeas?

A la altura de 1992, España ya había adquirido cierta confianza en el seno del club europeo. De hecho ya había ostentado con éxito la presidencia de turno dentro del organismo. Sin embargo, al igual que con el resto del mundo, aquella fecha actuó como demostración mediática de la capacidad organizativa del país. En el 92, la prioridad se orientó oportunamente hacia América Latina.

Una de las mejores aportaciones del libro es el capítulo dedicado a la banda terrorista ETA. Háblenos de ello.

Sin lugar a dudas estamos ante la mayor amenaza y el riesgo principal de toda la operación. Tanto los dirigentes españoles como los distintos organismos internacionales estuvieron continuamente bajo la espada de Damocles en relación a un posible ataque de ETA que habría supuesto un desastre para aquel año 92. No es nada casual, por ejemplo, que se descabezase a ETA en la localidad de Bidart, precisamente un mes antes de inaugurar la Expo 92. A pesar de ello, la banda ya había atentado contra la oficina del comisario de la muestra, causando graves daños a una trabajadora. Otros acontecimientos como la detención del etarra Henri Parot cuando se disponía a hacer volar un coche cargado de explosivos en el centro de Sevilla se abordan también con detalle en la obra.

«No es nada casual que se descabezase a ETA un mes antes de inaugurar la Expo 92»

También resulta interesante el capítulo dedicado a la prensa internacional, cuyas reacciones a los eventos de 1992 fueron mayoritariamente positivas.

Al comienzo de la década de los años noventa los medios de comunicación marchaban hacia una modernización y unos códigos poco conocidos hasta entonces. La mayoría de los eventos de 1992 fueron concebidos directamente para el consumo televisivo internacional, como carta de presentación del país ante el mundo. De hecho se hicieron varios estudios respecto a los medios internacionales más influyentes incluyendo viajes y visitas de cortesía ofrecidas a los mismos. El seguimiento de la reacción mediática fue constante y exhaustivo.

¿Qué nos queda de aquella España de 1992 y qué hemos perdido irremediablemente?

El legado de aquella fecha es todavía amplio y diverso en contraste con lo ocurrido en otros grandes acontecimientos internacionales. El Instituto Cervantes, una red de alta velocidad ferroviaria líder en el mundo o las cumbres iberoamericanas son hoy en día fruto de aquel 92. De forma paralela, grandes transformaciones urbanas en Sevilla y Barcelona o proyectos como la A92 son producto de aquella España. Además de ello, muchos intangibles como la mejoría en la imagen internacional de España o una de las mayores iniciativas de refuerzo de la autoestima nacional son el legado de aquel 1992, sin duda, el año de España en el mundo.


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