Puigdemont, Perro Sanxe, un asesino y la literatura salvadora
La literatura siempre explicó el mundo. William Faulkner construyó un mundo con el que explicar la realidad. Puigdemont, Pedro Sánchez y el asesino de Tailandia, convierten el universo en un auténtico aburrimiento. Pero si se mezclan bien los ingredientes se puede obrar una especie de milagro
Es verano, hace un calor sofocante que no deja pensar con claridad y la política está presente en todas las cadenas de televisión y radio. Demasiado para cualquiera que no se quiere desintegrar en plena canícula.
Me aburro con la política, con tanto Puigdemont y tanto ‘Perro Sanxe’. Me aburro con el mismo asesinato cada día (¿se puede dar más cobertura a un crimen que no da más de sí desde el segundo día?). Lo mejor es refugiarse en la literatura, en las obras que siempre me han acompañado para hacerme la vida más cómoda. Porque la vida es indescifrable, imposible de prever, absurda y demasiado grande para cualquiera de nuestras consciencias.
Decía William Faulkner, en su novela ‘Las Palmeras Salvajes’, algo que siempre me pareció tan brutal como cierto, tan duro como necesario: “...porque la segunda vez que te vi supe que era verdad lo que había leído en libros y lo que nunca creí; que el amor y dolor son una sola cosa y que el valor del amor es la suma de lo que se paga por él y cada vez que se consigue barato uno se está engañando”. Y es que el dolor, el amor y la belleza parecen formar un triunvirato irreducible y poderoso hasta límites que, si se llegan a conocer por cualquiera de nosotros, es que la locura personal está próxima. Si alguien ha enloquecido alguna vez ha sido por amor, por dolor o por estar a expensas de la belleza.
El amor arrasa con todo, el dolor arrasa con todo, la belleza arrasa con todo. Y suelen estar juntas, moldean nuestra vida juntas, nos acompañan en la vida juntas. Si alguien cree que el último pensamiento no estará dirigido a nuestro amor, a nuestro dolor y a esa belleza que nos hizo posible vivir, es que no ha pensado lo suficiente en ello.
Y así paso la canícula. Alejado del tostón de la política, de lo que hacen Puigdemont y ‘Perro Sanxe’ y de asesinatos cometidos por un salvaje que algunos quieren que parezca la Dama de las Camelias.