Ya es de sobra conocida esa anécdota que ilustra la falta de información que arrastran los niños respecto a algunas cosas básicas con las que conviven y gracias a las que viven. Preguntado un muchacho sobre ‘de dónde salen los tomates’ este contesta que ¡¡del supermercado!! Aunque parece un chiste no lo es. Y por esta razón se recibe con alegría un libro como el que acaba de publicar HarperKids (sello infantil y juvenil de HarperCollins Ibérica), un libro que acerca al lector a algo con lo que convive a diario, que le permite vivir y que se encuentra en los lugares y objetos más inesperados.
«Rayos de sol para desayunar. Un canto a las plantas del mundo» es un libro ilustrado. Cada página luce preciosa por la acumulación de dibujos entintados de forma primorosa, con gusto y un impecable sentido del equilibrio. Los niños de 8 años en adelante podrán disfrutar con los numerosos detalles del trazo de Philip Giordano que acompañan y matizan el texto firmado por Michael Holland; un texto dirigido a un joven lector capaz de entender y pasarlo bien. Esto es muy de agradecer puesto que son muchos los textos construidos para jóvenes que en la cabeza de sus autores deben ser tontos de remate y eso, por supuesto, supone que el lector que suele ser muy, muy, capaz y que de tonto no tiene un pelo, deje de leer por aburrimiento y sintiendo un enorme de rechazo.
La cubierta es ya una declaración de intenciones muy precisa. El color y el relieve invitan al lector a utilizar todos los sentidos. Desde esa cubierta en adelante, el texto y las ilustraciones parecen oler, sonar, tener un sabor determinado... Podemos intuir cómo las abejas van de flor en flor para llevar el polen de una a otra, escuchamos a todo tipo de animales moviéndose por sus hábitats naturales, y mirar cada planta de un modo diferente y exclusivo, tocar objetos preguntándonos al mismo tiempo si alguna planta forma parte de él.
Se repasa en este libro el universo de las plantas. De arriba abajo. Y se indaga en asuntos que van de lo curioso a lo práctico. Cada parte del libro se salpica con dobles páginas tituladas «Hazlo tú» en las que se explica cómo hacer sencillos e interesantes experimentos. Es la parte práctica con la que podrán fijar mayor atención los jóvenes lectores y servirá de invitación para volver a revisar lo que se dijo esto o aquello.
Conviene que los más pequeños se acerquen al libro acompañados por los padres porque para niños menores de 8 años el texto puede resultar demasiado exigente.
Por cierto, hay que cargarse de paciencia para que los experimentos sean un éxito. Pero merece la pena la experiencia.
Calificación: Precioso. Útil. Evocador.
Tipo de lectura: Intensa. Necesaria. Didáctica.
Tipo de lector: Niños y niñas de 8 años o más. Padres y madres. Especial para abuelos y nietos haciendo equipo.
¿Dónde puede leerse?: En el parque, por supuesto.