Especial Woody Allen

«Sombras y niebla»: El gran salto de Allen

Esta es la película que une la primera etapa del genio norteamericano y los que ya serían sus mejores momentos cinematográficos. Una obra original, distinta y muy entretenida, que los amantes del cine deben disfrutar sin prejuicios y sin querer compararla con otras películas de Allen

29 ago 2021 / 17:53 h - Actualizado: 29 ago 2021 / 18:11 h.
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  • Woody Allen y Mia Farrow en una escena de ‘Sombras y niebla’. / El Correo
    Woody Allen y Mia Farrow en una escena de ‘Sombras y niebla’. / El Correo

«Sombras y niebla» («Shadows and Fog», 1991) no es la película más famosa firmada por Woody Allen, ni la más querida. Sin embargo es una obra estupenda en la que se pueden encontrar detalles técnicos sobresalientes y frases en los diálogos más que notables.

La película es un claro homenaje al expresionismo alemán de entreguerras. En concreto, «M, el vampiro de Düsseldorf» de Fritz Lang está presente desde la primera secuencia. Un clima siniestro, brumoso, capaz de esconder lo peor, es con lo que se presenta Allen en esta película y con lo que logra que pensemos en un tipo de cine que se convirtió en mito hace ya muchos años.

Por otra parte, la película suma un elenco asombroso: Woody Allen, John Malkovich, Mia Farrow, Madonna, Kathy Bates, John Cusack, Jodie Foster y Lily Tomlin, son los nombres más destacados aunque no los únicos. Todos colaboran en que la situación depresiva y oscura se vaya tornando en esperpéntica, surrealista y, a veces, cómica. La dirección actoral es notable y todos defienden sus papeles sin dificultad alguna.

«Sombras y niebla»: El gran salto de Allen
El reparto de la película es tan sorprendente como el resto de los elementos que suma Allen. / El Correo

Grupos de personas intentando cazar al asesino, historias de amor imposibles, historias de amor ridículas, discursos filosóficos que nos trasladan al otro lado de la realidad o persecuciones que nos arrastran a lugares improbables (de la condición humana), son algunos ingredientes que Allen va dosificando con gracia.

Técnicamente, la película se mantiene a una altura adecuada aunque (este es el gran pero del trabajo de Allen) algunas tomas están a punto de traspasar la línea que separa lo brillante de lo pretencioso. Por ejemplo, una escena que se nos presenta con movimiento circular de la cámara apesta a demostración de gran genio (¿?). Innecesaria e irrelevante. Bien la iluminación, el maquillaje y el vestuario. La puesta en escena espartana aunque suficiente. Y la música...

«Sombras y niebla»: El gran salto de Allen
John Malkovich defiende su papel con enorme solvencia. / El Correo

La partitura de «Sombras y niebla» es deliciosa. A diferencia del resto de trabajos de Woody Allen, el jazz es el gran ausente aunque, a cambio, podemos escuchar mucha música cabaretera, mucho ritmo europeo de entreguerras. Kurt Weil, Bertold Brecht y Lote Lenya son protagonistas absolutos. Por ejemplo, «The Cannon Song» de Weil y Brecht es el mejor homenaje a la maravillosa colaboración que nos dejaron para siempre ambos artistas

Efectivamente, esta no es la mejor película de Woody Allen aunque eso es tan cierto como que no puede dejar de verse. Contiene mucho de lo que iba a ser el cine del director norteamericano a partir de 1991. Al fin y al cabo, este es el trabajo que sirvió de puente entre el primer Allen y el que ya se había convertido en un realizador extraordinario.