«Tenet»: Mucho espectáculo y poco personaje

Christopher Nolan es un realizador que maneja grandes presupuestos y maravillosas ideas. Sin embargo, el espectáculo y el despliegue técnico, a veces, se comen lo fundamental. ‘Tenet’ no es la mejor de sus películas aunque las dos hora y media de película son deslumbrantes

13 sep 2020 / 20:26 h - Actualizado: 13 sep 2020 / 20:48 h.
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  • John David Washington.
    John David Washington.

«Tenet» es una película complicada de ver aunque la dificultad no llega del ir y venir en el tiempo de los personajes (una auténtica locura), ni de las escenas en las que se encuentran los que van con los que vienen; lo que es difícil de verdad es mantener la atención viendo una película que sacrifica el desarrollo de los personajes, los diálogos como herramienta narrativa y la propia narrativa, en favor del espectáculo visual y una especie de carga intelectual que no deja de ser un lío enorme de conceptos a los que no estamos acostumbrados y no terminamos de entender hasta pasado un tiempo o viendo la película media docena de veces.

«Tenet»: Mucho espectáculo y poco personaje
El protagonista John David Washington junto al realizador Christopher Nolan.

Los malos son malos, muy malos, porque sí. El villano interpretado por Kenneth Branagh es la encarnación del mal y no sabemos la razón, ni cuándo tuvo ese ataque de maldad desproporcionado. El héroe es muy bueno. Y tampoco sabemos la razón. De hecho, es tan bueno que parece increíble que alguien tenga el futuro de la humanidad en sus manos y piense en una rubia altísima y delgadísima a la que no intenta ligarse. Es buenísimo y bastante tontísimo.

La puesta en escena es fabulosa; los efectos especiales asombrosos; la música de Ludwig Göransson mantiene la tensión intacta desde el primer minuto; las interpretaciones no están nada mal. John David Washington más que correcto (sobre todo creíble), Robert Pattinson (muy bien), Elizabeth Debicki (cumple), Kenneth Branagh (cuela del todo como villano y no es la primera vez). Pero todo resulta pretencioso, fuera del alcance de un espectador medio.

«Tenet»: Mucho espectáculo y poco personaje
John David Washington logra una interpretación más que correcta.

Es necesario entrar en la sala dispuesto a disfrutar de la película. Y eso es fácil porque el espectáculo de imagen, sonido, iluminación, despliegue técnico o medios digitales, es fascinante. Las dos horas y media son una montaña rusa (la primera parte de la película consiste en un montaje y presentación de escenas y de información que no da tregua y el resto es una locura). Y es necesario reposar todo lo que nos han contado para centrar ideas y entender lo que han contado. Tampoco es gran cosa. Y eso enfada todavía un poco más. «Tenet» no deja de ser una historieta de espías en la que el villano puede acabar con el ser humano, en el que la belleza no puede estar del lado de los malos, en la que la verdad y la bondad acaban ganado la partida.

Christopher Nolan es un realizador que sabe hacer cine, que tiene sus obsesiones a flor de piel y explora territorios muy parecidos en cada uno de sus trabajos, pero con «Tenet» ha llevado las cosas algo más allá de lo deseable. Porque es posible que si vemos la películas tres o cuatro veces le podamos encontrar el sentido, pero las películas no pueden convertirse en un misterio que solo se resuelve a la tercera. Insisto en que tampoco es para tanto lo que se cuenta, pero es todo muy desconocido y lo espectacular y la falta de narrativa y personajes lo dificulta todo.