Tove Jansson: Madre de trolls

Siendo una niña, Tove Jansson, escribió su primer libro. Creó a los famosísimos «Mumins», unos personajes entrañables y deliciosos. Tove era lesbiana y pasó junto a la artista Tuulikki Pietilä el resto de su vida. Las mujeres, en general, y las que fueron, son y serán artistas, en particular, nunca han tenido ventaja alguna respecto a los hombres. Murió el año 2001 después de pelear contra el cáncer

30 sep 2017 / 08:45 h - Actualizado: 30 sep 2017 / 09:01 h.
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  • Tove Jansson fue la creadora de los famosísimos «Mumins». / El Correo
    Tove Jansson fue la creadora de los famosísimos «Mumins». / El Correo
  • Tove Jansson. / El Correo
    Tove Jansson. / El Correo
  • Portada de uno de los libros recopilatorios de parte de la obra de Tove Jansson. / El Correo
    Portada de uno de los libros recopilatorios de parte de la obra de Tove Jansson. / El Correo
  • Portada de ‘The Moomins and the great flood’. / El Correo
    Portada de ‘The Moomins and the great flood’. / El Correo

No creo que a Tove Jansson (Helsinki, 9 de agosto de 1914) le gustase ser conocida como «Madre de trolls», pero a la vista de la devoción que mostráis por Juego de Tronos me pareció un título atractivo (ingenioso no es, lo reconozco, pero tiene su justificación). Tove nació en el seno de una familia sueca que vivía en Finlandia, en la que todos se dedicaban al mundo del arte. Su padre era escultor y su madre era ilustradora y se encargaba en buena medida de llevar el sustento a su familia. ¡Fíjate, un lugar donde la gente puede ganarse la vida dedicándose al arte!, absurdo ¿no crees? Su hogar era alegre y creativo, Tove y sus hermanos Lars y Per, se iniciaron rápidamente en ese mundo dibujando, escribiendo obras de teatro. Tuvieron una infancia feliz y divertida que, en definitiva, es de lo que se trata casi siempre. Pers optó por centrarse en el mundo de la fotografía y Lars, que sería una gran ayuda para Tove, en el de la escritura.

Con sólo 13 años Tove había escrito su primer libro. Desconozco si fue publicado o no, pero ahí estaba y eso es lo que realmente interesa, en el hecho de no castrar la capacidad de los niños para crear, poder concentrarse, escribir cuentos, dibujarlos, dar cabida al potencial que tiene cualquier proceso creativo. Muchas veces nos asombramos ante estas personas que tan jóvenes hacen algo así, pero creo que si nos diéramos la oportunidad muchos podríamos hacerlo, tengamos la edad que tengamos, porque el mero hecho de crear nos mejora en muchos sentidos. No es necesario ser niños prodigios, sí es importante ser adultos plenos.

Volviendo a Tove, se consideraba pintora, ilustradora y escritora. Sus facetas artísticas eran un todo y se interrelacionaban. Se formó en Konstfack, la Escuela Superior de Arte, Artesanía y Diseño de Estocolmo; en la Escuela de Artes Gráficas de la Academia Finlandesa de Bellas Artes y, finalmente, en L'École d'Adrien Holy y L'École des Beaux-Arts de París en 1938. Allí encontró un ambiente muy en el que las mujeres eran admitidas a regañadientes y en el que se pretendía que antes o después pasaran a formar una familia y se «olvidasen» de eso de ser artistas, que no pasase de ser una mera distracción.

Regresó a Finlandia y allí la encontró la II Guerra Mundial. Durante esos años realiza en la revista satírica Garm caricaturas en las que Hitler es el principal objeto de burla. Una de las más famosas y que le supuso un espaldarazo a nivel internacional (aunque imagino que también le provocaría miedo) fue la que le llevó a pintar a Hitler como un bebé llorón. También fue por aquellos años cuando realizó su primera exposición en solitario como pintora y donde surgieron las criaturas que habrían de hacerla mundialmente conocidas: los «Mumins» que supusieron una forma de huir del ambiente opresivo y angustioso que provocaba la guerra.

El nombre «Mumin» fue idea de un tío suyo que, «cansado» de que Tove acudiera a deshoras a sisar la comida de la despensa, le dijo que en el armario de la cocina había un Moomitroll que soplaba aire frío en el cuello de los que se acercaban allí. Los Mumins son unos pacíficos y bonachones trolls con aspecto de hipopótamo blanco obligados a abandonar su casa cuando un cometa arrasa el valle donde viven. Hay quien ve en esta familia una representación de la suya propia. Incluso alguno de los personajes, My, es considerada una versión infantil y algo enloquecida de la propia Tove. También aparecen unos personajes llamados Fofelán y Vielán que siempre van agarrados de la mano y con una maleta que esconde un secreto que no pueden revelar a nadie. Hay quien piensa que esta pareja representa, de alguna forma, la homosexualidad de Tove que debía mantener oculta a ojos del público. No sólo porque no estuviera bien vista, sino porque también estaba castigada. En una de sus aventuras se descubre que el objeto oculto es un enorme rubí en forma de corazón. Esto no hace más que dar verosimilitud a la teoría que acabo de mencionar, según la cual ese corazón sería los sentimientos de la autora.

Los «Mumins» fueron ganando popularidad y el editor de un periódico inglés, el Evening News, propuso a Tove que hiciera una tira cómica sobre los mismos. Su éxito fue arrollador y en poco tiempo muchos periódicos se rifaban a sus personajes, que llegaron a tener doce millones de lectores en el planeta. El trabajo absorbió de tal forma a Tove que no escribió, ni pintó nada durante mucho tiempo. Se dedicaba en exclusiva no sólo a crear tiras, sino también libros y a contestar personalmente a sus fans. Se convirtió en la «mamá de los Mumins» (los trolls). Esta dedicación terminó por provocarle un fuerte bloqueo creativo. La popularidad de los «Mumins» fue tal que la compañía Disney quiso adquirirlos aunque no llegaron a ningún acuerdo. En 1966 obtuvo el Premio Hans Christian Andersen de literatura infantil, por el conjunto de su obra.

Aunque la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad danesa, Tove terminó encontrando su pareja ideal; era la artista gráfica Tuulikki Pietilä con la que pasaría el resto de sus días. Pietilä fue una persona muy influyente en el ambiente gráfico finlandés. Trabajó durante muchos años como profesora la Academia de Bellas Artes de Helsinki. Tan profunda fue su relación que ella también pasó a ser uno de los personajes de los «Mumins»: Tooticky, la encargada de ayudar a los «Mumins» en el invierno (porque los trolls hibernan).

La pareja decidió mudarse a una pequeña isla llamada Klovharu, en el golfo de Finlandia. Allí construyeron una casa a la que escaparse en cuanto tenían la oportunidad, aunque mantuvieron su estudio abierto en Estocolmo.

El año 1970 murió la madre de Tove lo que le provocó una severa depresión. Entonces decidió escribir su último libro sobre los «Mumins». Se tomó un año sabático durante el cual, Tuulikki y ella se dedicaron a viajar por todo el mundo. Este viaje le permitió recuperarse y retomar el placer de escribir y crear. Se centró en otro tipo de libros más adultos (había hecho algunos intentos previos al respecto). Su obra más conocida es El libro del verano (1972) publicado en España por Siruela. Los «Mumins», por su parte, continuaban en activo gracias a su hermano Lars en quien había delegado la creación.

Tove ilustró clásicos como Alicia en el País de las Maravillas o El Hobbit, en sus traducciones al sueco. Estuvo a punto de «morir de éxito», pero supo cómo evitarlo. A veces deseamos con intensidad tener éxito y cuando este llega resulta complicado de manejar. ¿Hay vida más allá de Harry Potter, más allá de Juego de Tronos, de los «Mumins»? Pues parece que aunque los fans nos empeñemos en otra cosa, es imprescindible que exista para quienes están detrás de esas obras.

Tove murió en el año 2001 de un cáncer de pulmón, tenía ochenta y seis años. La «madre de trolls» supo evitar la parálisis creativa que traía consigo ingentes cantidades de dinero, manejó su vida a su antojo y fue feliz. ¿Se puede pedir más?