«¿Y si bajo una dictadura alienígena todo mejorase porque el problema éramos nosotros?»
Manu Franco es el autor de ‘Invade Me’, la trilogía distópica/utópica ganadora del premio de novela de ciencia ficción LETRAS EN OFF, el Encuentro Nacional de Nuevas Voces de la Literatura cuya primera edición tuvo lugar la pasada primavera en Sevilla
Es lógico sentirse abrumado por las constantes noticias que nos hacen ver un mundo que va cuesta abajo y sin frenos. Podemos culpar a los gobernantes, ¿pero y si no los hubiera? ¿Y si viviéramos en un sistema utópico donde desaparecieran las guerras, el crimen, la violencia y la pobreza? Donde el ser humano, unido al fin, viviera en una época de progreso impresionante y apoteósico. ¿Y si el precio de este nuevo mundo es que nos ha sido impuesto a la fuerza? ¿Nos lo quedamos? ¿O volvemos a lo que teníamos?
Este es el concepto del que nace ‘Invade Me’, la trilogía distópica/utópica de ciencia ficción escrita por el sevillano Manu Franco y ganadora del premio de novela de ciencia ficción de LETRAS EN OFF, el Encuentro Nacional de Nuevas Voces de la Literatura cuya primera edición tuvo lugar la pasada primavera en Sevilla. Una vuelta de tuerca a las clásicas historias de invasiones extraterrestres, en la que una alienígena llamada IvI (la última «i» siempre en mayúsculas, como ella misma se encarga de recordarnos) invade la Tierra durante la tercera guerra mundial a petición de un niño griego que está desamparado en la devastación. E inmediatamente crea un gobierno perfecto, justo y unido para todo el planeta, unificando la Tierra bajo la bandera de un único país, Pangea.
Cuéntanos, Manu, ¿de dónde nace esta idea?
Pues la verdad, como bien dijiste antes, nace de esa sensación que nos invade al leer las noticias. Da rabia ver lo que hacemos con el mundo, y también pena, pena de reconocer de lo que somos capaces y, sin embargo, cómo nos empeñamos en destrozarlo todo. Durante la pandemia nos decían que saldríamos siendo mejores, por las noticias que veo no me lo parece.
La novela empieza bajo un contexto muy real.
Completamente. De hecho, empieza hablando de cómo la crisis de 2008 plantaría la semilla del descontento que desembocaría en una tercera guerra mundial, momento en el que sucede la invasión alienígena en el primer libro. Es un momento de ruptura de la humanidad.
Cierto, guerra que además comienza por la invasión de Rusia a Ucrania. Una realidad que vivimos hoy pero que tú ya escribiste en tu libro allá por 2018.
Sí, aunque más que un vaticinio creo que fue un «me lo vi venir». Espero no acertar nunca más; lo preferiría, la verdad. En la saga hay momentos que jamás desearía, aunque muchos lectores han comentado querer vivir en algunos instantes de la historia. No todo es blanco o negro y ahí reside el encanto de esto.

Háblanos un poco sobre la trilogía que compone ‘Invade Me’.
El primero de los libros es ‘Invade Me: Madre del Vacío’, de 2018, luego viene ‘Invade Me 2: Hijo de lo Imperfecto’, de 2021, y el último, ‘Invade Me 3: Padre de la Mentira’, sale el 15 de octubre de este año. Son novelas corales, con muchos personajes que van fluyendo entre sí y entrecruzándose continuamente, con gran variedad temática porque, por mucho que exista un conflicto bélico o una invasión o cualquier cosa, las personas no somos ajenas a todo lo demás, existen sentimientos, relaciones personales, conflictos internos de todo tipo. Esa realidad he querido mostrarla en ‘Invade Me’.
En tu novela hay, en general, dos bandos...
Si un ser de origen desconocido e inteligencia y capacidades sobrehumanas domina el mundo y lo convierte en un lugar, para muchas personas, idílico, tendrá partidarios; pero, si lo hace por la fuerza, también detractores. En ‘Invade Me’ se muestra una batalla entre la utopía y la libertad. El lector elige en qué bando se encuentra, pero no es tan fácil cuando te muestran no solo los bandos, sino también las personas.
Precisamente, ese es otro punto que se destaca en los comentarios, las gamas de grises, cómo no hay buenos o malos en ‘Invade Me’, sino personajes profundos que tienen motivaciones distintas.
Sí, claro, así somos todos al fin y al cabo, personalidades formadas por un cúmulo de situaciones e interpretaciones de nuestro pasado, que no se repite ni con los hermanos gemelos. Me gustan los personajes distintos y humanos, con los que te identifiques. Y, si el enfrentamiento de personajes cuyas motivaciones ves completamente comprensibles te hacen partirte la cabeza pensando de qué lado estarías tú, mejor.
Una de las cosas que se puede leer en los comentarios es que son novelas muy cinematográficas.
Sí, me viene de profesión, me dedico al mundo audiovisual y tanto el guion como la realización siempre fueron algunas de mis pasiones. Supongo que por eso mismo uso herramientas clásicas del cine y las series, como capítulos cortos, sin excesiva descripción, mucha acción, diálogos fluidos y, por supuesto, cliffhangers al final de muchos capítulos, saltando de una trama a otra para mantener enganchado al lector.
No obstante, entre tanta acción también se nota mucha reflexión y muchos matices sobre los que pensar. No son novelas que simplemente te entretengan.
En lo personal, creo que toda historia tiene el potencial de influir y enseñar algo al lector, un potencial que nunca debería desperdiciarse. El «docere et delectare» que mencionaba Horacio, la habilidad de aprender al tiempo que disfrutas de un libro. Eso sí, me abstengo siempre de darle conclusiones al lector, yo solo le planteo situaciones y le dejo romperse la cabeza pensando en qué es lo que haría. Cada persona puede entender la historia a su manera, basándose en sus ideas, experiencias y personalidad propia, poniendo algo de sí mismo en el libro.
¿Qué ha supuesto para ti escribir ‘Invade Me’?
Durante los ocho años que he estado construyendo esta historia, me he sentido parte de ella, casi como si acompañara a los personajes, riendo con ellos, llorando con ellos. Es parecido a haber vivido una doble vida. Pero cuando más lo noté fue al acabar, se me rompió el corazón al terminar la última novela, la historia que había formado parte de mi tanto tiempo había llegado a su fin. Comprendí entonces que esa etapa de mi vida había acabado y que esa experiencia que sentí acompañándolos no se volvería a repetir. Ahora el único consuelo que me queda son los lectores, hablar con ellos para que me cuenten cómo vivieron ellos esa experiencias y, quizás, pasar el duelo juntos. A fin de cuentas, el luto duele menos cuando se comparte. Y a veces, solo de escuchar a los lectores, se pueden sacar cosas mucho más valiosas de lo que imaginas y que hagan que todo haya merecido la pena. A fin de cuentas, soy de esos escritores que les entusiasma hablar de sus libros con sus lectores y no lo cambiaría por nada.