González Byass embarca tres vinos en el Juan Sebastián Elcano

Un fino, un amontillado y un palo cortado dan la vuelta al mundo

González Byass embarca tres vinos en el Juan Sebastián Elcano

González Byass embarca tres vinos en el Juan Sebastián Elcano / Carlos M. Montero

Carlos M. Montero

El Archivo General de Indias de Sevilla, con su directora Esther Cruces al frente, ha servido de testigo de excepción en la presentación que González Byass ha realizado de tres vinos muy especiales. Vinos que pararon su crianza para enrolarse en el Juan Sebastián Elcano y dar la vuelta al mundo emulando la gesta que compartieron Magallanes y Elcano hace quinientos años. El objetivo era ver la evolución que podían tener y el resultado ha sido presentado hoy en sociedad.

Este proyecto empezó en 2018 con el envío de dos medias botas de palo cortado que, una vez ha regresado, recibe el nombre de “XC Palo Cortado de Ida y Vuelta”. Estas letras, XC, en números romanos, sería el equivalente al número de viaje que realizaba el mítico barco: noventa y que, además, coincidía con la añada del vino: año 1990. En 2020, a pesar de las dificultades que la pandemia impuso, las botas que viajaron fueron de amontillado, que regresa después de la circunnavegación con el nombre de “Viña AB Estrella de los Mares” y, por último, en 2022 se monta en el buque escuela de la Armada española un vino fino: el clásico Tío Pepe, que ha regresado con el nombre “Tío Pepe Estrella de los Mares”.

Así lo ha relatado Mauricio González-Gordon, presidente de González Byass, en la presentación del acto donde nos aportó datos históricos y curiosos como que se invertía en determinados viajes más dinero en vinos que en armas. Tras esta breve presentación, Antonio Flores, enólogo de la bodega, toma la palabra y comienza una cata que no tuvo desperdicio donde, además de los tres nuevos vinos mencionados anteriormente, se ha catado el clásico Tío Pepe. Al acto asistió el comandante Santiago de Colsa, uno de los actores principales de esta aventura sin cuya participación nada de esto habría sido posible.

La relación de los vinos de Jerez con el mar viene de muchos años atrás. Ya los fenicios introducen la “vitis vinifera” por la costa de Gades que luego fue la ruta para llevar estos vinos a todos los rincones del imperio romano. La era de los descubrimientos fue muy relevante para Jerez, donde sus vinos estuvieron muy presentes en las expediciones de ultramar. Incluso durante la existencia de la Armada Invencible, los vinos de Jerez fueron muy reputados a bordo, existiendo incluso unas ordenanzas que regulaban el consumo por las tropas a bordo.

El mar interviene de manera notable en la crianza de los vinos generosos mejorando notablemente su organolepsia hasta el punto de llegar a multiplicar su valor por cinco. Esta circunstancia que posiblemente fuese descubierta por casualidad se impuso como forma de comercializar los vinos “mareados”, que así se llamaron. Los bodegueros de la zona enviaban sus vinos en “viaje redondo” para incrementar su valor en el mercado y hacer así próspero negocio. Esta tradición dejó de hacerle con la llegada de los barcos de vapor y no fue hasta el año 2018, cuando en González Byass y gracias a la inestimable colaboración de la Armada española, recupera esta bonita tradición con este proyecto.

Permítanme destacar, además de las peculiaridades de unos vinos diferentes que no deben perderse, el impresionante packaging, tanto de las botellas como de los estuches de este selecto producto que, muy pronto, será comercializado directamente desde la propia bodega o de manera online a través de su web con un número limitado de botellas.

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