"Dispara, dispara al aire. Vienen a por nosotros": así vivió la Guardia Civil el ataque de Barbate

“Dios, dispara, dispara al aire coño”. “Van a por nosotros”. “Dispara al aire”. “Saca el arma coño”. “Que viene, que viene para acá”. Desesperación. Momentos de máxima tensión. Son frases textuales de los guardias civiles que el pasado 9 de febrero fueron embestidos por una narcolancha en el puerto de Barbate. Dos agentes perdieron la vida en el acto y un tercero quedó herido de gravedad. La grabación, transcrita y que forma parte del sumario judicial, un documento que ha sido avanzado por Canal Sur, y que no deja lugar a dudas sobre la intención de los ocupantes de la narcolancha. Fueron a por la Guardia Civil. Los seis ocupantes fueron detenidos e ingresaron en prisión provisional.

El sumario judicial cuenta con un video de doce minutos y medio de duración que se grabó desde una cámara que llevaba uno de los agentes ocupantes en el casco y que activó justo antes de embarcar. Da cuenta de la angustia que vivieron en la embarcación, que tenía mucha menor dimensión y potencia que la de sus ocupantes. La Guardia Civil entregó las imágenes al juzgado.

«Embístele, con dos cojones»: los gritos contra la Guardia Civil que indignan a todos (menos a los narcos)

Los ocupantes de la embarcación de mayor eslora y potencia se abalanzó literalmente sobre la zodiac de la Guardia Civil, pese a que iba perfectamente señalizada. En cuanto los agentes se dan cuenta de que los presuntos narcotraficantes van a por ellos se desatan momentos de desesperación. Es cuando se oye a los agentes pedir que saquen el arma y disparen al aire. Mientras, desde el puerto, un puntero láser de color azul, que se percibe también en la grabación, trata de deslumbrarlos.

Esa misma noche se difundieron audios y videos de personas que desde el puerto jaleaban el ataque al instituto armado. “Embístele, con dos cojones”, se oye en algunos de esos videos que indignaron y pusieron de pie al pueblo de Barbate en días posteriores.

Siete embestidas

Según el sumario judicial se registraron siete embestidas en un ataque que duró dos minutos y 41 segundos. Dos guardias civiles murieron en el acto al pasarles por encima la embarcación. Un tercero estuvo a punto de perder el brazo y se le oye pedir auxilio, se escucha como piden que le hagan un torniquete. Finalmente logró salvar el brazo y la vida.

Debido al temporal, varias embarcaciones habían buscado refugio en el puerto de Barbate. Fue el alcalde de la localidad el que alertó en varias ocasiones a la subdelegación del Gobierno de Cádiz, pidiendo que se actuara. El Ministerio del Interior aseguró que las embarcaciones de mayor potencia estaban varadas en Algeciras y no podían trasladarse por el mal tiempo. Agentes de la Guardia Civil contaron a El Correo de Andalucía el mismo día del accidente que los presuntos delincuentes llevaban todo el día desafiando y burlándose de la autoridad refugiados en el puerto. Finalmente decidieron salir y acercarse a las narcolanchas, había hasta seis, para pedirles la documentación y proceder a su registro. Pensaron que tratarían de huir pero no que dos de esas embarcaciones se quedarían y se lanzarían contra ellos provocando una tragedia.

18 horas fugados

Según la información publicada por este periódico, la zodiac de 6 metros con la que varios agentes se metieron en la bocana del puerto de Barbate el 9 de febrero, para identificar a unos narcotraficantes, entró el agua a las 19:40 horas. Dos de ellos, David Pérez Carracedo y Miguel Ángel Gómez González, miembros del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (Geas), no volverían a salir con vida de allí.

Después, los narcotraficantes emprendieron una huida de casi 18 horas que acabó con la detención de ocho personas, aunque dos de ellos fueron puestos en libertad. Los narcotraficantes, a bordo de una planeadora de más de 1.000 caballos de potencia, pasaron por encima de la zodiac a las 20:20 de la tarde.

Es la hora en la que el auto judicial ha situado el momento del impacto. Esa lancha llevaba seis personas a bordo. Y, tras el atropello, escapó del puerto de Barbate. Dejó en el agua dos cadáveres y otros dos agentes heridos, uno de ellos de gravedad porque la hélice le pasó por encima.