Jueves Universitario

Miguel Gallego, el astrofísico sevillano que sacó un 10 en su investigación sobre teorías alternativas de la gravedad

Graduado en Física por la Universidad de Granada, se ha especializado en el conocimiento sobre astropartículas, como el famoso Bosón de Higgs, gracias a un máster en la Universidad de Tübingen, en Alemania

Este físico de 25 años, ahora opositor para Físico Interno Residente (el MIR de los físicos), reivindica la formación recibida en las dos universidades públicas andaluzas donde estudió

Miguel Gallego Benot, astrofísico sevillano especializado en el estudio de la evaporación de agujeros negros. / El Correo

Ana Carretero

El estudio de los agujeros negros, su interacción con las galaxias, continúa hoy, en pleno siglo XXI, siendo la clave del conocimiento de cómo funciona el universo, fascinando no solo a los expertos, sino al mundo en general. De hecho, las fotos aeroespaciales de este tipo son siempre virales cuando la NASA u otros medios especializados las difunden, de la mano de los últimos hallazgos. 

Dice Miguel Gallego Benot que desde pequeño le encantó saber cómo funcionaba todo y tuvo un interés especial por la combinación de las matemáticas con cómo funcionaba la naturaleza: "el estudio de los planetas, cómo evolucionan, cómo se forman las estrellas, por qué colapsan".

Formado en dos universidades públicas y andaluzas

Motivado por este afán de "el conocimiento por el conocimiento, por el arte de saber", se decidió a estudiar Física en la Universidad de Sevilla. "La carrera en Sevilla estaba más orientada a electrónica, o a condensada", explica. Por eso, a mitad de grado optó por la Universidad de Granada: "Allí está el Instituto de Astrofísica y tenía más oferta concreta de asignaturas optativas en esta dirección".

Sobre su paso por las universidades públicas andaluzas, solo tiene buenas palabras. Para este astrofísico de 25 años, "estoy muy contento con mi experiencia universitaria, en dos centros públicos con un nivel académico muy fuerte".

Inspirado, no solo por el trabajo del recientemente fallecido Peter Higgs, el padre del famoso Bosón de Higgs, al que admira especialmente por "sus fuertes convicciones, que le llevaron siempre a poner por delante sus valores y su compromiso con el mundo, más allá de los reconocimientos por su gran labor", sino también por las infinitas posibilidades sobre las teorías alternativas de la gravedad, se decidió por el máster de Astropartículas de la prestigiosa Universidad de Tübingen, en Alemania.

Miguel Gallego cuenta que su trabajo de fin de grado le llevó a estudiar la evaporación de los agujeros negros. Después, a través del máster, ha podido desarrollar fórmulas y ecuaciones sobre las teorías modificadas de la gravedad.

El cuásar (galaxia que alberga un agujero negro supermasivo) más rápido y brillante jamás visto, fotografiado por el European Southern Observatory el pasado mes de febrero. / M. Kornmesser/ESO

Resolver el problema soñado

"Me acogieron como un investigador más desde el principio. Disfruté mucho porque nunca había podido investigar antes y pude hacerlo de primera mano", subraya. A la pregunta de qué problema le encantaría resolver si finalmente se dedicara en el futuro a investigar, lo tiene claro: "Como físico me encantaría terminar estas teorías alternativas".

Según explica Miguel, con una capacidad didáctica apabullante para su edad, solo tiene 25 años, en un momento determinado se pensó que la teoría desarrollada por Albert Einstein estaba perfecta. "La Teoría del Todo unificó las cuatro fuerzas de la naturaleza. Sin embargo, a partir de los 60 se descubrió que la gravedad no entra ahí". "Hay casos particulares en los que no funciona", apunta.

La curiosidad de este sevillano, amante de la lectura y de la música, "siempre me ha gustado tener vida más allá del estudio y la universidad", le ha valido un 10 en su trabajo de fin de máster.

No obstante, en la actualidad se ha decantado por opositar a Físico Interno Residente, la especialidad sanitaria de esta disciplina, como el MIR en el caso de los médicos.

Miguel Gallego en su despacho de la Universidad de Tübingen, en sur de Alemania. / El Correo

El largo y difícil trabajo de los investigadores andaluces

Para Miguel Gallego, "conseguir una plaza de doctorado en Andalucía es muy difícil. Me planteé quedarme en Alemania porque me gustó mucho la vida de allí, su cultura, u optar a ofertas de doctorado en Europa, pero es un proceso demasiado largo", asegura.

Sobre su experiencia en Universidad de Tübingen, destaca la "formación sólida" que recibió en Andalucía: "Cuando me fui fuera y, compartí experiencia con estudiantes de todo el mundo, me di cuenta de lo buena que había sido mi formación aquí", recalca.

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Miguel Gallego, que contempla la posibilidad de volver después de las oposiciones a Alemania, lamenta la falta de salidas profesionales, sobre todo en la rama investigadora, para los jóvenes científicos. "Todos los que hicieron la carrera conmigo se han tenido que marchar. Sobre todo, a hacer doctorados en otros países de Europa. Solo uno ha hecho máster y doctorado aquí. Otro compañero, que hizo su máster fuera, lleva intentando conseguir hacer el doctorado aquí sin suerte. Lleva más de un año", describe.

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