Elecciones europeas
El 9-J abre el cuarto duelo entre Moreno y Espadas en Andalucía en dos años
El PP aspira a ganar por primera vez unas elecciones al Parlamento europeo en la comunidad andaluza, nunca ha ocurrido desde 1987, y el PSOE sabe que una victoria socialista sería clave para la continuidad de Juan Espadas
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, conversa con el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, en una imagen de archivo. / Eduardo Briones / Europa Press
Andalucía se la juega en Europa el próximo 9 de junio. La comunidad recibe al año 4.800 millones de euros y mira a Bruselas para buscar soluciones a uno de sus principales problemas: la sequía. El campo andaluz, que lleva años de protestas interrumpidas, tiene en el Parlamento europeo un herramienta clave para agravar o curar sus males. Pero en una región, donde 6,75 millones de electores están llamados a las urnas, con un peso clave en lo que ocurra en España en unos comicios de circunscripción única, no solo las cosas del comer están en juego. También habrá lecturas políticas y no serán menores.
El PP de Juanma Moreno quiere su cuarta victoria frente a los socialistas en dos años y ganar por primera vez unas europeas en Andalucía desde que se convocaron por primera vez en 1987. En España las elecciones del 9-J pueden ser las del desempate, en las ocho anteriores cuatro las ganó el PSOE y cuatro el PP. En la comunidad andaluza los populares no conocen la victoria en una cita de este tipo. Los socialistas tienen pleno de victorias y la abstención suele estar entre dos y cuatro puntos por encima de la media. El análisis del PP andaluz señala que el centro derecha está mucho menos motivado para votar y participa tradicionalmente menos que la izquierda en las europeas.
Récord de competiciones
Moreno se mide por cuarta vez al secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, en apenas dos años, desde las autonómicas de junio de 2022. El PP ganó por mayoría absoluta las autonómicas, se coronó con las ocho capitales y seis diputaciones en una holgada victoria en las municipales y volvió a vencer en Andalucía en las últimas generales. Esta cuarta victoria es un reto personal del presidente de la Junta de Andalucía, que ha dejado claro a Génova que no quiere hacer campaña fuera de la comunidad para centrarse aquí y que ha colocado como número dos de la lista a Carmen Crespo, que sale de la Consejería de Agricultura y elevará la voz buscando la baza del campo andaluz, en competición con Vox.
En 2009, el PP quedó en las europeas en Andalucía a nueve puntos del PSOE, en 2014 la distancia fue de 10 puntos y en las últimas, 2019, a 18 puntos. Moreno se enfrenta a esos resultados dispuesto a batir otra maldición histórica y convencido de que aunque es “díficil”, señalan los populares, es posible ganar a los socialistas en Andalucía en un momento que leen de debilidad del principal partido de la oposición y de fortaleza del partido de la mayoría absoluta en el Gobierno.
Espadas necesita la victoria
El PSOE en Andalucía está igualmente convencido de que ganará el 9-J y confía en que esa victoria acabe con las dudas internas sobre el liderazgo de Juan Espadas y su idoneidad para repetir como candidato en las autonómicas. Los socialistas andaluces creen que la campaña, instalada en el marco nacional, le viene de cara y han sentido el chute de optimismo que recorre el partido tras la victoria del PSC en Cataluña. El PSOE presentó de forma nacional su candidatura, liderada por la vicepresidenta Teresa Ribera, en Sevilla. La número uno de la lista repitió con un mitin la pasada semana en Cádiz junto a José Luis Rodríguez Zapatero y volverá a abrir una plaza grande este sábado en Sevilla con Pedro Sánchez en un mitin en el Palacio de Exposiciones y Congresos. Andalucía es clave para la victoria de los socialistas en el total nacional.
Las dos comunidades en votos más importantes son Cataluña, donde los socialistas consideran que volverán a ganar tras las catalanas, y la comunidad andaluza, donde saben que quedar por encima del PP será fundamental para acortar la brecha con el partido de Alberto Núñez Feijóo. Aunque el sondeo del CIS haya anticipado que el PSOE ganará por cinco puntos, en Ferraz saben que no será tan fácil y será importante el electorado andaluz. El resto es evitar la abstención de los suyos y una baja movilización de los votantes del PP.
Acortar la brecha
En el PSOE de Juan Espadas consideran que la brecha con el PP se ha ido acortando desde las autonómicas de 2022 y se muestran convencidos de que pueden quedar por delante de los populares el 9-J. Las cuentas en las filas socialistas inciden en que en las autonómicas la brecha fue de 19 puntos, en las municipales de 4,7 y en las generales de 3 puntos. Pese a la distinta naturaleza de los comicios y la forma diferente de comportarse el electorado leerán una victoria andaluza en las europeas como la confirmación definitiva de que Espadas ha emprendido un camino de éxito en la oposición. El líder de la oposición se juega mucho. Si el PSOE sale derrotado en Andalucía, el relevo del secretario general es un secreto a voces. Hay movimientos internos, aún subterráneos, como placas tectónicas, poniendo en duda su liderazgo y pidiendo a Ferraz un cambio. La dirección federal no es ajena pero deja claro que “hoy por hoy” no hay una alternativa clara y sólida como para propiciar otro terremoto interno en la federación con más militantes.
Hasta Susana Díaz, que llevaba mucho tiempo sin expresar en público sus dudas sobre quien le sustituyó en el cargo, ha roto su silencio para poner en duda cómo se están haciendo las cosas en su partido tras varias dimisiones en Málaga y sacudidas en Sevilla. “Huele la debilidad de Juan (Espadas)”, leyó rápido un dirigente socialista.
En el discurso electoral, el PSOE se adherirá al nacional, convencidos de que una victoria de Pedro Sánchez permitirá parar desde España “la ola reaccionaria” y la proliferación de la extrema derecha en Europa. Los socialistas usarán los pactos de PP y Vox para tratar de orillarlos en el mismo extremo del tablero político. Aunque en Andalucía no hay ninguna alianza viva de estas características, la posibilidad de que el PP pacte con Vox en el Ayuntamiento de Sevilla tras las europeas, descartada tajantemente por los populares, entrará en el discurso de campaña.
En el PP saben que una campaña polarizada dominada por un enfrentamiento a cara de perro entre PSOE y Vox los deja descuadrados en el marco político. La orden de Moreno es tratar de acercarse, sobre todo, a propuestas concretas para el campo andaluz y centrar los tiros políticos en la figura de Pedro Sánchez, que creen que tras medidas como la amnistía a los encausados del procés catalán tiene mucho desgaste y genera rechazo incluso entre electorado clásico socialista, que puede coger, como hizo en las autonómicas, la papeleta del PP de Moreno o quedarse en casa sin ir a votar. Para el PP, movilizar a los suyos, clásicamente abstencionistas, será clave y para eso el presidente andaluz, una cita electoral más, se echará a la espalda la campaña y se la tomará como si fuera de nuevo candidato.
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