CAMBIO CLIMÁTICO
De los 39º de Sevilla a los 24º en Oviedo: Así funcionan las nuevas alertas sanitarias por calor extremo
El Gobierno acaba de modificar el sistema de avisos por temperaturas extremas para hacerlo más preciso y reducir los fallecimientos asociados
Los umbrales de temperatura máxima más altos en la que se pueden producir más problemas de salud son los de Andalucía
Un hombre fotografía un termómetro durante un ola de calor en Córdoba. / EFE / Rafa Alcaide
Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no deja lugar a dudas. El verano de 2023 fue el segundo más caluroso en España desde que hay registros y, la pasada primavera, pese a las danas, también ha batido récords de ascenso de temperaturas. En lo que se refiere a Andalucía, su delegado territorial, Juan de Dios del Pino, asegura que las previsiones apuntan a "escenarios de muchas olas de calor y muy largas". Esta semana, sin ir más lejos, ya han entrado en alerta naranja varias provincias de la comunidad autónoma.
No es lo mismo hablar de calor extremo en Andalucía o Extremadura que en Asturias o Galicia. Tampoco tiene el mismo impacto en las personas que los termómetros superen los 35 en Sevilla, Córdoba o en Vigo. Por este motivo, el Plan Especial del Calor de España, que se instauró hace ya veinte años, cuenta con un nuevo mapa interactivo para activar avisos más preciso. Estas medidas estarán activas con la colaboración de las comunidades autónomas hasta el próximo 30 de septiembre, y podrían prorrogarse hasta el 15 de octubre si fuera necesario.
Sanidad persigue con este nuevo sistema afinar más en las recomendaciones para evitar desde golpes de calor hasta el agravamiento de algunas enfermedades. Entre otras cuestiones, se persigue mejorar la gestión del riesgo, teniendo en cuenta no solo la temperatura sino la adaptación al calor de los habitantes de cada "región isoclimática" (áreas de territorio homogéneas en cuanto al comportamiento de las temperaturas diarias).
Estas nuevas medidas alertarán a las autoridades sanitarias y a la ciudadanía con más antelación de las posibles situaciones de peligro para la salud
Una de las actuaciones prioritarias del plan es la de alertar a las autoridades sanitarias y a la ciudadanía con la suficiente antelación de posibles situaciones de peligro. Para ello, el Ministerio facilitará diariamente a las comunidades las predicciones de temperaturas máximas elaboradas por la Aemet, así como los niveles de riesgo sanitario por altas temperaturas. Esta información también estará disponible para la ciudadanía en la web del Ministerio.
182 "meteozonas" unificadas con las alertas de Aemet
La principal innovación, por tanto, es que España se dividirá en 182 "meteozonas", en lugar de las 52 provincias. En cada una de ellas se establece el umbral máximo de temperatura que, según recogen los registros históricos, está asociado con un aumento de los ingresos hospitalarios y de la mortalidad en la región.
Este mapa mejora la gestión de los riesgos asociados al calor, ya que para las recomendaciones no solo tiene en cuenta la temperatura, sino la capacidad adaptación al calor de los habitantes de cada zona
En este sentido, Héctor Tejero, responsable de Salud y Cambio Climático en el Ministerio de Sanidad explica a El Correo de Andalucía que la diferencia entre estas alertas, aunque ambas están destinadas a informar y sensibilizar a la población, es que las de Aemet son avisos diarios "basados en anomalías estadísticas" y el de este nuevo mapa es "aviso por impacto de salud".
"Para activar estos avisos, el algoritmo tiene en cuenta que se superen esas temperaturas durante tres días. La división en estas meteozonas permite que el aviso se centre, por ejemplo, en la Sierra de Huelva, y no en la costa", sostiene Tejero.
Durante el verano pasado se produjeron en España 1.814 muertes relacionadas directamente con el calor. El pico máximo tuvo lugar el 12 de agosto, con 79 fallecimientos
Según un estudio del Instituto de Salud Carlos III, durante el verano pasado se produjeron en España 1.814 muertes relacionadas directamente con el calor. El pico máximo tuvo lugar el 12 de agosto, con 79 fallecimientos por esta causa. Esta investigación es la que el Ministerio ha tomado como referencia para implementar estos cambios.
Las alertas andaluzas, entre las más altas
Para poder calcular el umbral por cada región isoclimática, estos investigadores han realizado un estudio epidemiológico, según los datos de mortalidad por causas naturales entre enero de 2013 y diciembre de 2018, cruzados con las temperaturas máximas diarias de Aemet.
Según este sistema, el Plan Especial del Calor reserva los topes más altos a las capitales andaluzas, que van de los 35,5 grados de Almería, los 36.7 grados de Granada y los 37,2 de Málaga a los 40,5 de Sevilla y a los 41,4 en Córdoba, el mayor de todo el país.
Infografía del nuevo mapa de alerta sanitaria por calor en Andalucía / Instituto de Salud Carlos III
En la costa de Cádiz, otra de las regiones isoclimáticas de esta provincia, el umbral de temperaturas altas se sitúa en los 34,7 ºC, si bien en la campiña gaditana este asciende a los 38,8 ºC, superando los cuatro grados centígrados en la misma provincia. En cambio, en el sistema por provincias, el nivel de riesgo de Cádiz -para toda la provincia- sería de 39,6 ºC.
En el caso la Sierra Norte de Sevilla, otra de estas meteozonas, el riesgo comienza en los 40 ºC. Por lo tanto, Héctor Tejero ha incidido en la necesidad de reforzar la prevención: "En lugares como Sevilla se cuenta con una circunstancia que es lo que llamamos cultura del calor, la experiencia de los años hace que el comportamiento, las rutinas, las casas, los edificios estén más adaptados que en otros lugares", apostilla.
¿Por qué hacen falta tantos umbrales tan diferentes?
Los umbrales en los que se activan las alertas oscilan entre los 23,9 ºC del litoral asturiano y los 40,4 ºC de la campiña cordobesa. Pero, ¿una misma temperatura no es igual en todos los sitios? ¿Un coruñés no resiste el calor de la misma forma que un jiennense?
"Hay regiones donde los umbrales de alerta por calor están en 35º y otras donde los impactos de salud se producen mucho antes, a los 25º, como Galicia, ya que las casas no están adaptadas, las calles tampoco y la gente no está acostumbrada a las altas temperaturas", explica Héctor Tejero, responsable de salud y cambio climático en el Ministerio de Sanidad.
Los umbrales en los que se activan las alertas oscilan entre los 23,9ºC del litoral asturiano y los 40,4ºC de la campiña cordobesa
Representar la exposición real al calor
La nueva propuesta desecha el umbral de riesgo provincial que se usaba hasta ahora e incluye otros factores sociales, demográficos y geográficos en la ecuación que calcula la temperatura a partir de la que se disparan las estadísticas de muertes asociadas al calor.
La vulnerabilidad al calor y la mortalidad asociada dependen de distintos factores. Por una parte, la pirámide de población. Por ejemplo, los mayores de 65 años son más vulnerables. El género es otra variable a tener muy en cuenta, ya que las mujeres se ven más afectadas. También se incorpora el nivel de renta. Los pueblos y ciudades o los barrios con menor poder adquisitivo sufren un impacto mayor. Incluso incorpora criterios, como las calidades de la edificación, según se haya invertido en rehabilitar las viviendas, e incluso características sociosanitarias, como el número de médicos en las zonas rurales.
Todos los estudios apuntan a que los riesgos para la salud por los efectos del calor extremo afecta especialmente a las personas mayores, con especial incidencia en las mujeres mayores de 70 años. / EFE
De la crisis climática a la crisis de salud
El cambio climático no solo es una crisis climática, también es ya una crisis de salud. Así lo afirmó la ministra de Sanidad, Mónica García en la presentación de la nueva campaña Un verano de cuidado. Bajo el lema "protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales", los objetivos de la iniciativa pasan por ayudar a generar una cultura de calor, concienciar de los riesgos del mismo y la prevención contra sus efectos.
En esta línea, la ministra de Sanidad, Mónica García, explicó en rueda de prensa que "es el instrumento a través del que se intenta reducir el impacto del exceso de las temperaturas en la salud de la población, definiendo cuándo, dónde y a qué nivel se dan los avisos".
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