MEDIO AMBIENTE

Ecologistas reclama un nuevo análisis "riguroso" del vertido de la mina de Aznalcóllar antes de dar los permisos

La organización insiste en que "el vertido tóxico es inherente en el proyecto", por lo que considera que, antes de analizar las posibles afecciones al río Guadalquivir, no debe ser concedido ninguna autorización

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Europa Press

El Correo

Ecologistas en Acción ha reclamado este jueves "un nuevo análisis" científico y técnico en profundidad del vertido al río Guadalquivir del proyecto de explotación de la mina de Aznalcóllar (Sevilla) a manos de la entidad Minera Los Frailes, sociedad instrumental de la alianza empresarial conformada entre Grupo México y Minorbis para la apertura de la corta minera. La organización insiste en que "el vertido tóxico es inherente en el proyecto", por lo que consideran que antes de revisar este extremo, no debe ser concedido ningún permiso.

Isidoro Albarreal, portavoz de Ecologistas en Acción, ha celebrado este jueves una rueda de prensa en Sevilla, en torno a la controvertida iniciativa empresarial, marcada por la gran catástrofe natural acontecida en 1998 como consecuencia de la fractura de la balsa de residuos de metales pesados del complejo minero de Aznalcóllar, explotado entonces por Boliden-Andaluza de Piritas S.A. (Apirsa).

El proyecto cuenta con la previsión de crear unos 2.000 empleos directos e indirectos, para la extracción de 45 millones de toneladas de sulfuros polimetálicos, es decir, cobre, zinc y plomo, durante al menos 17 años tras los tres primeros años de reacondicionamiento de la corta. Todo ello, pese a las insistentes advertencias de las organizaciones ecologistas sobre su impacto en el medio ambiente y en especial sobre los recursos hídricos.

Hasta que no se realice un nuevo análisis del estudio del vertido, las administraciones no deben conceder ninguna autorización

Ecologistas en Acción

Vertido de más de 85.000 litros de agua "frente al Estadio de la Cartuja"

Según avisan, el proyecto implica "verter un total de 85.520 millones de litros de aguas contaminadas con metales pesados, durante 18 años y medio, frente al Estadio de la Cartuja", con destino al Estuario del Guadalquivir y con efectos a un entorno declarado como Zona de Especial Conservación de la Red Natura 2000. Se trata, según los ecologistas, de metales como "arsénico, cadmio, cobre, cromo, mercurio, níquel, plomo, selenio y zinc, entre otros metales contaminantes".

Frente a la empresa, que asegura que construirá "una estación depuradora de agua de última generación, que se une a la promoción de una nueva red de infraestructuras para la gestión hídrica del proyecto" para "resolver definitivamente el problema generado por los pasivos ambientales heredados de la antigua operación minera". Albarreal ha puesto en duda este discurso, respaldado ya por un dictamen ambiental favorable de la administración.

El "principio de precaución"

Según este portavoz, "el interés de la empresa por contar con una conducción de vertido al Guadalquivir radica en que la misma necesita contar con un aliviadero ante cualquier suceso".

Además, ha alertado de que Minera Los Frailes, la sociedad instrumental creada por Grupo México y Minorbis para la gestión de la mina, ya ha incumplido los términos de la concesión relativa al complejo de Aznalcóllar, pues estaba obligada a mantener y tener en funcionamiento la antigua depuradora para tratar las aguas de contacto, pero "desde 2015", dicha instalación "no funciona" con el consecuente vertido de aguas "sin control" desde el recinto al río Guadiamar.

Por eso, ha advertido de que debe primar un "principio de precaución", considerando que hasta que no pese "un nuevo análisis del estudio del vertido" propuesto por la empresa, las administraciones no deben conceder "ninguna autorización" con relación al proyecto de reapertura de la mina.

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