800 nuevas viviendas en Cádiz: Navalips, el macroproyecto residencial en la ciudad que se vacía de vecinos

"Mi sueño es retirarme en Cádiz"; "Con este cupón, me compro la casa aquí", "Ojalá vivir en Santa María". Frases y expresiones que estos días los turistas y asiduos al veraneo gaditano han compartido entre risas, cervezas y tardes en la playa, un desiderátum que, con frecuencia, se ha encontrado de bruces con una respuesta por parte del gaditano: "Suerte, aquí cada vez es más difícil".

La vivienda es, hoy, un problema de primera magnitud en la capital gaditana que lleva décadas perdiendo progresivamente población: 40.000 habitantes menos en los últimos 30 años, más de la mitad de ellos han abandonado la ciudad en la década de los 90 dejando una herida honda en todos los sentidos en la ciudad en la que muchos foráneos proyectan su futuro. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Cádiz tenía en 2023 111.811 habitantes censados, en 2022 era de 113.066. En 2013, 122.090 y en 2003, 134.989, casi 25.000 vecinos menos en 20 años, prácticamente, un 20% menos de la población.

Cádiz ha perdido más de 40.000 habitantes desde los años 90, sólo 25.000 desde 2003

Pisos turísticos, precio de la vivienda, falta de oportunidades laborales...

Las razones a este vaciamiento de Cádiz quedan plasmadas en el informe Estudio sociodemográfico del municipio de Cádiz, publicado en marzo de 2023. Con enorme contundencia, el estudio arroja que "el alto precio de la vivienda junto con unas condiciones laborales inestables y/o precarias, justifican y legitiman las decisiones de abandonar el territorio en pos del desarrollo de una trayectoria vital que la ciudad parece negarles". Una tendencia que está en la agenda de Bruno García, que accedió a la alcaldía en mayo de 2023 y que tiene en las políticas de vivienda una de las principales banderas de su mandato.

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A lo largo del tiempo, las razones son muchas y todas entre ellas, entrelazadas: emigración por falta de oportunidades laborales con las que poder afrontar un proyecto de vida, encarecimiento del precio de la vivienda que impide la emancipación, falta de oportunidades para el alquiler, con centenares de viviendas dedicada al negocio de los pisos turísticos y un etcétera que también enumeran otras capitales vecinas como Sevilla. Cádiz pierde población, sí, pero no sólo en su centro histórico sino también, fruto del avance de la turistificación en los barrios señeros de la ciudad -Viña, Pópulo, Santa María- en el resto de barrios de una ciudad con un problema cronificado para su desarrollo urbanístico por la falta de suelo.

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¿Tiene margen de crecimiento Cádiz?

¿Tiene margen de crecimiento Cádiz, un istmo en medio del Atlántico? A la luz del macroproyecto Navalips que avanza de la mano de Zona Franca, dependiente del Gobierno de España, y el Ayuntamiento de Cádiz, la respuesta es que sí. Este macroproyecto inmobiliario contempla en sus planos 80.000 metros cuadrados (10.000 zonas verdes y 28.000 zonas comerciales) y más de 800 viviendas, la mitad venta en régimen de renta protegida, en la que es la gran operación residencial de las últimas décadas en la ciudad y en la Bahía fruto de la creación, como nuevo barrio para la capital, del suelo de la antigua Navalips, la fábrica de hélices para los Astilleros Españoles cuya demolición concluyó en marzo de 2012 tras años de inactividad industrial. La reconstrucción naval de los años 70 dejó por el camino algunas de estas empresas auxiliares, una fue Navalips.

El primer paso en firme para este proyecto se dio en febrero de 2023 con la firma del protocolo entre el Ayuntamiento, entonces en manos de José María González Kichi, el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda y Sepides (Empresa Pública de financiación empresarial). A finales del mes de julio, ha alcanzado ya la fase de tramitación.

El último paso al respecto de este proyecto se dio hace unos días, a finales de julio, cuando el delegado de Zona Franca, Fran González, entregó al alcalde el documento para la aprobación inicial del PRI (Plan de Reforma Interior), que ya ha superado la fase de avance con la tramitación ambiental, informada favorablemente.

El PRI, según explica Zona Franca, es el instrumento contemplado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que "va a permitir acelerar los plazos para desarrollar el espacio".

Según sus promotores, el proyecto presentado apuesta por un modelo de gestión realista y que haga viable su ejecución y por ello se ha optado por dividir el ámbito total de actuaciones, en cuatro unidades de ejecución, de modo que se permite el desarrollo de manera independiente y por fases, "lo que está posibilitando dar mayor agilidad a la tramitación urbanística y al desarrollo de los trabajos".

A lo largo de 2025 podría iniciarse la primera fase de la construcción.

Según la actual hoja de ruta, a lo largo de 2025 podría iniciarse la primera fase de la construcción.

Diálogo entre Gobierno y Ayuntamiento, la excepción frente a la polarización

Que el proyecto no encalle por las discrepancias entre administraciones de distinto color político -la tónica habitual en el actual clima de polarización política- es el gran reto al que se enfrenta Ayuntamiento (PP) y Zona Franca (dependiente del Gobierno de España, del PSOE) que, por ahora, presumen de buena sintonía en este proyecto que requiere de diálogo y agilidad en la burocracia. "Las gestiones para convertir la parcela de la antigua Navalips en un nuevo barrio de Cádiz avanzan con una enorme celeridad", presume Zona Franca en una nota reciente.

Por su parte, el alcalde de Cádiz, en una entrevista con El Correo de Andalucía el pasado julio, celebró el grado de diálogo que tiene con el Gobierno de España en proyectos que son buenos para los vecinos de Cádiz. "Hay una manera de hacer política que es el enfrentamiento y otra que es el diálogo, sean o no de mi partido. No le miro el DNI a nadie ni el partido al que vota". 

Sobre el papel, la idea es contribuir a revitalizar la zona cercana a la barriada de Loreto y recuperar también la zona exterior de Zona Franca, que poco a poco va incorporándose como incubadora de empresas relacionadas con la economía azul (Incubazul) y, defienden sus promotores, "ofrecer una oportunidad a los jóvenes de Cádiz para que no tengan que marcharse de la ciudad porque no encuentren una vivienda asequible donde poder desarrollar su vida y emanciparse".