Análisis
Pedro Sánchez tendrá la última palabra: "¿Quién hay mejor que Juan Espadas?"
Otoño de congresos, también para el PSOE, con Andalucía como prioridad. Muchos asumen que Espadas seguirá salvo que Montero sea la opción pero nadie descarta que el líder del PSOE dé otra sorpresa o giro inesperado
Juan Espadas y María Jesús Montero en la interparlamentaria del PSOE andaluz. / PSOE
Pedro Sánchez sigue siendo fiel a su Manual de Resistencia. Su partido ya ha asumido que es un político que cada cierto tiempo necesita “un electroshock”, una descarga eléctrica, un cimbreo. Ya no sorprende. Muchos socialistas con trienios esperaban su vuelta de las vacaciones para saber de qué se trataría estar vez. El secretario general del PSOE ha adelantado el congreso de su partido y lo hace no para convocar a un debate de ideas, de programa, de cambios en los cimientos políticos socialistas en un momento delicado tras el acuerdo con ERC para un pacto fiscal en Cataluña. Ferraz trasladó que se trata de un congreso para renovar nombres, caras, en definitiva para cambiar las estructuras territoriales, algunas en pie contra el cupo catalán que ha permitido a Salvador Illa ser presidente de la Generalitat catalana.
“Ahora toca Andalucía”. Eso es lo que invocó este sábado Juan Espadas. Toca Andalucía y por eso el congreso federal del PSOE en noviembre será previsiblemente en Sevilla. El PSOE andaluz no ha elevado la voz ni afilado los cuchillos ante la “singularidad” de la financiación en Cataluña. Ha cerrado filas con Pedro Sánchez y con la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. Ha sido disciplinado y ha guardado silencio.
Toca Andalucía
Recuperada Cataluña, la gran debilidad del partido está en estos momentos en Andalucía, la federación más importante y la comunidad más poblada. Sin remediar el desastre electoral andaluz, el PSOE tiene muy complicado gobernar en España. Por eso en el partido se asume, en todos los niveles orgánicos, que una vez más Pedro Sánchez no tendrá remilgos en tomar la decisión que considere mejor para los intereses electorales del partido. Y si eso pasa por renovar a Juan Espadas, que llegó al cargo tras reunirse con él y aceptar su encargo, enfrentarse a Susana Díaz, dejar la comodidad de la alcaldía de Sevilla y lanzarse al fango de un PSOE andaluz por primera vez en la oposición ante un PP en plena ola de Juan Manuel Moreno, lo hará sin que le tiemble el pulso. No sería la primera vez.
Se sabe poco de lo que piensa Sánchez a este respecto. Él habla de Andalucía con poquísima gente. Ferraz no emite nada. Ni a favor ni en contra de Espadas. La decisión, aclaran, no está tomada. Se conoce que tras el congreso federal de noviembre, el PSOE andaluz tendrá dos meses para su propio cónclave regional. Despejará su futuro antes de febrero y a un año de las autonómicas en Andalucía, en la primavera-verano de 2026, que salvo cataclismo serán las próximas elecciones en el calendario electoral español. Antes de ese congreso regional, tendrán que celebrarse unas primarias a la secretaría general. La pregunta más repetida ahora mismo es "¿quién hay mejor que Juan?".
Sondeando candidatos
El PSOE lleva meses con su casting abierto. Sondeando con discreción. Analizando posibilidades. Durante este tiempo se han manejado varias opciones. Hasta la de la bicefalia, que tan mal resultado ha dado siempre en Andalucía, desdoblando las figuras de la secretaría general y de la candidatura a la presidencia de la Junta. Alguien que se ocupe del partido y otra persona con tirón electoral que sea capaz de darle un mordisco a Moreno. La reflexión de “elegimos un candidato y un mal secretario general” ha estado en boca de algunos que se alinearon con Espadas al toque a rebato de Ferraz para desbancar a Susana Díaz.
El banquillo está bajo mínimos. La cantera socialista pasa por unos pocos nombres y ninguno concita entusiasmo. Las opciones más valoradas son dejar a Espadas o cambiarlo solo por María Jesús Montero. Otros nombres como el de Juan Francisco Serrano, jiennense promovido desde Ferraz para ocuparse de la secretaría general, no acabó de despejar dudas.
Para el PP, Montero ha perdido cualquier posibilidad en Andalucía tras cerrar el acuerdo para Cataluña pero las lecturas en el PSOE son muy distintas. Lejos de considerar que es un mal activo electoral muchos creen que si no viene es porque podría relevar a Pedro Sánchez si decide no presentarse a las próximas elecciones, una opción que cobra fuerza tras su carta de reflexión del pasado abril. En el banquillo de las especulaciones de la corte madrileña se sientan, como posibles relevos de Sánchez, Montero, Pilar Alegría y hasta Óscar Puente.
Montero llama a "no arrugarse" y mantiene intacto su ánimo y su convecimiento de que el acuerdo con Cataluña se podrá explicar y aplicar sin que sufran otros territorios de España. Eso sí, se autodescarta para Andalucía desde hace ya mucho tiempo. Otra cosa es que Sánchez decida cambiar de nuevo todo su organigrama y su equipo de estrechos colaboradores cuando consume la crisis de Gobierno obligada por la salida de Teresa Ribera a Bruselas. No sería la primera vez. Ahora mismo parece poco probable y muchos entienden que la vicepresidenta primera sigue siendo muy útil a Sánchez en su puesto. Tampoco a nadie le cabe duda de que si finalmente el dirigente socialista pide a Montero que se vuelva al Sur, lo hará sin rechistar. Ella es quien ahora mismo mueve más hilos en el PSOE en Andalucía, esa es la verdad, pero lo hace desde Madrid y así quiere ella misma que siga siendo.
Vuelve la vieja guardia
La rehabilitación de la vieja guardia del PSOE andaluz tras las sentencias del Tribunal Constitucional sobre el caso ERE permitirá a Manuel Chaves y quienes formaron parte de su cúpula participar en las decisiones sobre el futuro del partido. Nunca han dejado de descolgar teléfonos para comentar o pedir información pero ahora lo hacen de nuevo con legitimidad y su opinión también se tendrá en cuenta.
Ahora mismo, la idea más asentada en las filas socialistas es que no hay un relevo claro para Espadas y que eso juega a su favor pero nadie descarta el factor sorpresa que tanto gusta a Pedro Sánchez. Nombres como el de María Márquez o Ángeles Férriz siguen apareciendo de vez en cuando pero con pocas posibilidades, entre otras cosas porque Espadas se ha encargado de quitarles foco. No hay cantera en la Delegación del Gobierno, donde Pedro Fernández tiene un perfil poco atractivo para la titánica tarea de darle un mordisco al PP de Moreno en Andalucía. “Puede aparecer algún mirlo blanco en alguna provincia oriental”, barrunta un cargo socialista. Sevilla y Jaén, con más fuerza que el resto de agrupaciones provinciales por razones obvias, entre otras que tienen las Diputaciones y más fuerza electoral, marcarán el paso sin duda.
El plan de Susana Díaz
Que Susana Díaz, desde la segunda fila, quiera promover a alguien tampoco está descartado. Tiene nombres en la cartera y a ella le atribuyen que Patricia Cavada, alcaldesa de San Fernando, circule como una propuesta sólida. Nadie da puntada sin hilo y cualquier nombre que tenga cualidades es rápidamente situado junto a Díaz por la dirección de Espadas para descalificarlo ante Ferraz.
Este sábado, durante la interparlamentaria del PSOE andaluz, tras las intervenciones del secretario general y Montero, la expresidenta andaluza, que no dejó de tomar notas toda la reunión, fue la única que tomó la palabra para hablar de “igualdad”, invocar el acuerdo cerrado para la financiación andaluza en 2018 y declararse feminista. El silencio posterior a su intervención fue elocuente. Que muchos temieran que ella se levantara y tomara la palabra y que eso provocara una cascada de reacciones o adhesiones a sus tesis contra el concierto catalán, también lo es. Díaz sigue siendo una figura temida.
Un alcalde socialista en Andalucía explica en términos futbolísticos que Pedro Sánchez ha vuelto a contravenir todas las indicaciones y ha decidido "cambiar el equipo cuando tiene que marcar un corner", algo que no haría ningún entrenador. Cuando debe enfrentarse a la elaboración de los Presupuestos Generales y cuando el juez Peinado avanza para tratar de imputar a su esposa, Sánchez abre en canal al PSOE en los territorios. Él acostumbra a deshojar la margarita solo. El tiempo congresual obligará por fin a poner las cartas bocarriba y acabar con las especulaciones, también en Andalucía. “El debate de Juan sí o Juan no nos está matando”, admiten en la cúpula del PSOE.
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