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MEDIO AMBIENTE

Entre la recuperación y la extinción para siempre: ¿hay futuro para el lobo en Andalucía?

El lobo ibérico, una especie autóctona ya desaparecida de los montes andaluces, continúa generando división entre expertos y ecologistas, que se debaten entre la recuperación o la reintroducción en Andalucía, y los ganaderos, víctimas de los estragos del que fuera el último gran depredador de Sierra Morena

En Andalucía no hay ningún rastro del lobo ibérico desde el año 2014. / WWF

Ana Carretero

Pocas especies de fauna silvestre generan tanta controversia entre los hombres. En España, ha vuelto a la palestra mediática recientemente por un nuevo pronunciamiento del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que ha declarado ilegal la ley de Castilla y León que permitía su caza, a pesar de formar parte del listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, por lo que no es una especie cinegética.

Además, 300 organizaciones sociales, entre las que se encuentran las ONG conservacionistas españolas, acaban de presentar una declaración conjunta para que los países de la UE rechacen la proposición de la Comisión Europea que rebaja la protección del lobo.

Su desaparición en Andalucía ya fue constatada en algunos estudios hace años. No obstante, fue en julio de 2023 cuando la Junta de Andalucía oficializaba su extinción de los montes de la comunidad. Ahora, los excelentes resultados de otra de las especies autóctonas más emblemáticas de la fauna mediterránea, el lince ibérico, ha supuesto un revulsivo para los ecologistas que demandan impulsar medidas para la conservación del lobo.

"La recuperación de una especie que estuvo al borde de la extinción es una muy buena noticia, pero estas medidas y esfuerzos se deberían haber aplicado a otras especies, como el lobo, y no se hizo, por lo que hace tan solo una década se extinguió en Andalucía", explicaban en un comunicado desde Ecologistas en Acción a principios del verano.

Los excelentes resultados del lince ibérico han supuesto un revulsivo para los ecologistas que demandan impulsar medidas para la recuperación del lobo ibérico

Una pugna ancestral

Símbolo de la división entre el conservacionismo y una parte del mundo rural, el lobo era el último gran depredador de Sierra Morena y, con el tiempo, se ha convertido en incluso "objeto político". "Se utiliza el lobo para manejar el odio y el miedo de los votantes", asegura Felipe Román, biólogo y presidente del Grupo Lobo Andalucía.  

Frente a la unanimidad de los expertos, que lo reivindican como un patrimonio nacional, y claman por su conservación por ser "una especie clave" para el equilibrio del ecosistema y por su importancia en "la cascada trófica", los ganaderos han sido siempre sus grandes detractores, con los daños y destrozos que ocasionaba en el ganado todavía en el recuerdo y muchos intereses económicos en juego.

Ahí radica precisamente el disenso en la preservación de este animal, cuyo aullido universalizó como seña de identidad del paisaje mediterráneo Félix Rodríguez de la Fuente.

¿Una especie protegida?

En la actualidad, el lobo ibérico está protegido en toda la Península. En Andalucía forma parte del Listado Andaluz de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Sin embargo, aumentar esta protección es una de las reivindicaciones de los ecologistas, que en 2021 protagonizaron una gran manifestación en Sevilla, justo el año en que el Ministerio lo incorporó al listado nacional, prohibiendo su caza en todo el territorio español.

Felipe Román explica que la diferencia entre ser una especie "listada" y no "catalogada": "Es una especie protegida, pero con un nivel mínimo. No se puede cazar legalmente", puntualiza. Su inclusión en el Catálogo de Especies Amenazadas, bien como vulnerable o en peligro "sería fundamental para implementar un plan de recuperación", añade.

Es una especie protegida, pero con un nivel mínimo: no se puede cazar legalmente

Felipe Román

— Grupo Lobo Andalucía

Sin plan de recuperación o gestión autonómico

Por tanto, esta especie carece de un plan de recuperación o gestión a nivel autonómico. Aunque para científicos como Ángel M. Sánchez, investigador independiente de la Universidad de Alcalá y presidente del proyecto de ciencia ciudadana Voluntariado Nacional Censo Lobo Ibérico, a estas alturas "esto sirve de poco a nivel práctico, ya que la especie carece de población mínima viable en Andalucía desde hace décadas, lo que viene a significar, extinguido de facto".

La Junta de Andalucía puso en marcha un plan de conservación del lobo ibérico en 2018, pero en 2021 votó en contra de conferirle un régimen de protección especial

En suelo andaluz no hay rastro de su presencia desde el año 2012, o incluso antes, y pese a su estatus de protección, que alcanzó en el territorio andaluz en 1986, el lobo nunca ha dejado de ser perseguido.

Paradójicamente, mientras formalmente la Junta de Andalucía ponía en marcha un plan de conservación en 2018, y hasta impulsaba un proyecto Life con fondos europeos, en 2021 el Ejecutivo andaluz votó en contra de conferirle un régimen de protección especial. Este año se unió a las comunidades tradicionalmente loberas (Cantabria, Castilla y León y Asturias) para pedir a Europa que lo rebajara.

El lobo ibérico es el gran último depredador de Sierra Morena y está considerada como "especie clave" para la conservación del ecosistema. / CARLOS SANZ / Europa Press

¿Un animal desaparecido para siempre en Andalucía?

Según los dos grandes censos la población de lobos en España apenas ha crecido en un lapso de casi tres décadas en el que ha pasado de 294 grupos en los 80 a los 297 en 2014. Este tipo de estudios en relación con la fauna silvestre suelen hacerse cada década para contrastar la evolución de las poblaciones.

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Fue precisamente en este último censo nacional, hace una década, en el que se constataron los últimos restos de excrementos y se documentaron huellas y aullidos en algunas provincias andaluzas, aunque ya se sostenía que no había pruebas fehacientes de la presencia del animal en la región.

Para los científicos, como Ángel M. Sánchez, biólogo y uno de los mayores expertos de la especie en el país, asegura que, las cifras oficiales sobre el lobo están basadas en hipótesis "poco defendibles a nivel científico", que incrementaban artificialmente el tamaño de población real, y "son las que han servido para justificar la caza de cientos de lobos cada año".

En julio del año pasado, el 'Programa de Seguimiento y Conservación del Lobo', desarrollado por la Junta desde el año 2003, oficializó la extinción de los montes andaluces

En julio del año pasado, sin embargo, el Programa de Seguimiento y Conservación del Lobo, desarrollado por la Junta desde el año 2003, oficializó la extinción de los montes andaluces, tras vigilar durante un año más de 2.000 kilómetros cuadrados en las sierras andaluzas.

Este programa tenía como objetivo principal conocer la distribución del lobo ibérico en la comunidad, obtener datos sobre su población, indemnizar los daños al ganado y reducir los conflictos con la población local, garantizando la supervivencia de la especie intentando e intentando favorecer su expansión por las zonas más favorables y menos conflictivas.

Una recolonización natural "prácticamente imposible"

En los censos realizados durante estos veinte años se localizaron dos posibles núcleos de población, ambos en Sierra Morena, dentro de las provincias de Córdoba, Jaén y Sevilla. En 2020 se intentó detectar la presencia de lobo mediante visitas a las propiedades y montes públicos que ya fueron muestreadas previamente en fases anteriores. La conclusión de ese último censo fue que "no hay ningún indicio de presencia de lobo en Andalucía".

"Ante la probable recolonización de Andalucía, a medio-largo plazo, por la expansión que el lobo está experimentando en el norte y centro peninsular, el Programa de Actuaciones continuará con las labores de muestreo para la posible detección de presencia de la especie y dará respuesta a los ataques ha ganado que se puedan producir", señala el documento.

Es un ser vivo dinámico. Hoy no está y mañana, sí

Felipe Román

— presidente Grupo Lobo Andalucía

A esa probable recolonización también se aferra Felipe Román, que asegura que el lobo "no puede darse por extinto". Para justificar esa afirmación, este biólogo apela a la regla de los 50 años de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En Andalucía no se ha constatado la presencia de este cánido desde hace dos décadas, por lo que aún no se podría considerar que ha desaparecido totalmente. "Es un ser vivo dinámico. Hoy no está y mañana, sí", sostiene. "A principios de este año se grabó un lobo al límite de la comunidad con Castilla", concluye.

Ángel M. Sánchez no confía en la capacidad recolonizadora natural del animal con sus estudios en la mano. Según este experto, "dada la gestión de la especie basada en la caza que las administraciones las comunidades loberas realiza, la recolonización natural de la especie es prácticamente imposible, y con ello que el lobo se asiente de nuevo en el territorio andaluz con cierta garantía de supervivencia".

La recolonización natural de la especie es prácticamente imposible, y con ello, que el lobo se asiente de nuevo en el territorio andaluz con cierta garantía de supervivencia

Ángel M. Sánchez

— Voluntariado Nacional Censo Lobo Ibérico

La oportunidad de la reintroducción

Por eso, para Sánchez la declaración oficial de especie extinguida es precisamente la palanca de arranque desde la que poder trabajar para su reintroducción en el medio natural, ya que a estas alturas, desaparecida la especie de los montes andaluces, un plan de recuperación ya no sería viable.

En este sentido, el investigador apunta a que su reintroducción existosa depende de factores como contar con hábitats adecuados, bien conservados, dentro del área de distribución histórica de este cánido y que estén conectados entre sí y sirvan como corredores naturales.

Un lobo Ibérico en las instalaciones del centro de interpretación del lobo de Belmonte (Asturias). / EFE

No piensan lo mismo desde los sectores ganaderos. Por ejemplo, el secretario general de Asaja Córdoba, Rafael Navas, cree que impulsar un plan de reintroducción en las zonas tradicionalmente loberas de la comunidad andaluza, como son las sierras cordobesas, supondría "forzar las cosas".

Navas sostiene que "habría que impulsar medidas para garantizar la compatibilidad de su presencia en la sierra y la actividad ganadera si el lobo vuelve de forma natural, algo que con el tiempo acabará ocurriendo si siguen creciendo las poblaciones de otras comunidades autónomas".

El secretario general de Asaja Córdoba, Rafael Navas, cree que impulsar un plan de reintroducción en las zonas tradicionalmente loberas de la comunidad andaluza, como son las sierras cordobesas, supondría "forzar las cosas"

La caza, la principal amenaza de este "arquitecto del paisaje"

Para los científicos, la biodivesidad no es negociable. Estudios recientes, como el liderado por el CSIC-Estación Biológica de Doñana en colaboración con la Universidad de Potsdam, que estudia el genoma del animal, apuntan a altos niveles de endogamia entre los grupos, por lo que insisten en la necesidad de favorecer la conectividad natural para garantizar la variabilidad genética, fundamental para la pervivencia de la especie.

De hecho, la principal amenaza para su conservación, más allá del número de ejemplares que haya, es la escasa variabilidad genética que presenta la especie en la Península Ibérica, al haber estado sometida a una enorme presión por el hombre, debido a la caza indiscriminada.

El lobo es una especie clave que mantiene el equilibrio de los ecosistemas, controlando las poblaciones de grandes herbívoros, labor muy necesaria para favorecer la conservación y vegetal de los bosques. De ahí que le llamen el "arquitecto del paisaje" Es un cazador social de jabalíes, cabras montesas, corzos, ciervos. Además, evita la proliferación de enfermedades entre estos animales y su transmisión a las razas de ganado doméstico.

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