MEDIO AMBIENTE

La sequía y el regadío intensivo provocan que la laguna más grande de Doñana se seque por tercer año consecutivo

Un equipo de la Estación Biológica de Doñana advierte del "estado crítico" de la laguna de Santa Olalla del espacio natural, mientras que otra de las permanentes, la de Dulce se ha secado por completo

La laguna más grande de Doñana, la de Santa Olalla, se seca por tercer año consecutivo desde que se tienen registros

La laguna más grande de Doñana, la de Santa Olalla, se seca por tercer año consecutivo desde que se tienen registros / EBD

Ana Carretero

Ana Carretero

La mayor laguna del Espacio Natural de Doñana, la de Santa Olalla, ha cerrado el verano "en una situación crítica, prácticamente seca y con solo una lámina superficial de humedad residual y barro", según advierte un equipo de la Estación Biológica de Doñana (EBD) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Esta laguna, la mayor de Andalucía, ya se ha secado por completo dos años consecutivos, en los veranos de 2022 y 2023, un hecho inédito desde que el CSIC comenzó a registrar los datos hace más de 50 años. "Doñana está atravesando años muy duros. La combinación de una intensa y prolongada sequía y la sobreexplotación del acuífero están teniendo un gran efecto sobre el sistema de lagunas del espacio protegido", ha asegurado el director del organismo, Eloy Revilla.

Según han difundido en una nota de prensa, el equipo de Monitorización Ambiental de la ICTS-Doñana, que se encarga del seguimiento de la biodiversidad y los procesos naturales del parque, "ya no pueden tomar muestras representativas de agua para analizar, ya que solo queda humedad residual y barro. Para observar la situación de la laguna en tiempo real".

 Según los resultados difundidos por la EBD este miércoles, "ya no pueden tomar muestras representativas de agua para analizar, ya que solo queda humedad residual y barro"

La ICTS-Doñana tiene instalada una cámara en la orilla de la laguna a cuyas imágenes se puede acceder de forma pública a través de esta web. En concreto, según confirma Revilla, en 2024, ha descendido hasta los nueve metros de profundidad, "algo que no se había visto nunca hasta ahora".

Santa Olalla ha perdido gran parte de su extensión

"Santa Olalla ya ha perdido gran parte de su antigua extensión y desde hace unos años imágenes aéreas demuestran que sus orillas actuales y su isla central están siendo invadidas por tarajes y otro tipo de vegetación terrestre", afirma Julio Bustamante, también investigador de la EBD.

La ICTS-Doñana dispone de sondeos distribuidos por todo el espacio natural con los que es posible medir el nivel freático, las aguas superficiales, del acuífero. Concretamente, el piezómetro de sondeo situado más cerca de Matalascañas, apenas a unos 300 metros de la desaparecida laguna del Charco del Toro y a unos tres kilómetros de Santa Olalla, muestra un descenso muy acusado desde hace algunos años. 

Efectos de las altas temperaturas

La evolución del nivel de agua ha sido el siguiente: a partir de abril, los sensores de la ICTS-Doñana detectaron una gran proliferación de algas debido a una proporción elevada de nutrientes, favorecida por las altas temperaturas y el estancamiento del agua. Las imágenes de satélite analizadas confirmaron estas algas que se situaban en torno a la orilla de las lagunas. El pico más alto se detectó a finales de junio. Aunque no todas son tóxicas, su elevada presencia puede aumentar la probabilidad de toxicidad sobre otros organismos como aves o peces.

La ICTS Doñana subraya un año más cómo los valores de salinidad de la laguna han aumentado según avanzaba el verano por efecto de la evaporación del agua.

Más tarde, durante el mes julio, debido también al calor y a la progresiva disminución de la superficie inundada, se generó una gran cantidad fitoplancton que se extendió por toda la superficie de la laguna. Los valores más altos se detectaron el 31 de julio. Se observó, como cada año, cómo los valores de salinidad de la laguna aumentaban según avanzaba el verano por efecto de la evaporación del agua.

Un hecho inédito que se torna habitual

La laguna de Santa Olalla era casi la única de las más de tres mil lagunas de Doñana que solía mantener agua durante todo el año. La gran variedad de masas de agua, tanto temporales como permanentes son claves para la supervivencia de la rica biodiversidad del espacio protegido.

En el verano de 2022, Santa Olalla se quedó sin agua justo al final del ciclo hidrológico anual, que se mide de septiembre a agosto. La situación se repitió al año siguiente y, en la segunda semana de agosto de 2023, la laguna más grande de Doñana ya no tenía agua. Javier Bustamente, investigador de la EBD subraya que "el ciclo hidrológico que se acaba de cerrar, el de 2023-2024, comenzó ya con una Santa Olalla totalmente seca. La situación se mantuvo durante dos meses continuados hasta que las primeras lluvias caídas a mitad de octubre ayudaron a que el nivel del acuífero subiera y el agua comenzara a inundar la cubeta de la laguna. El máximo de inundación se alcanzó finalmente a finales de febrero".

el ciclo hidrológico que se acaba de cerrar, el de 2023-2024, comenzó ya con una Santa Olalla totalmente seca

Julio Bustamante

— Estación Biológica de Doñana

¿Cómo funcionan las lagunas de Doñana?

Este equipo de la EBD también ha confirmado que la laguna Dulce, otra de las que tienen un carácter estable, "se ha secado por completo durante la segunda semana de septiembre". La laguna de Hondón, por su parte, sí ha mantenido agua durante todo el verano.

Todas las lagunas ubicadas en el Parque Nacional de Doñana, las que están situadas próximas a las dunas de la extensa playa protegida del espacio natural, se inundan gracias a las descargas del acuífero. Según precisan los técnicos de la EBD, sus ciclos de inundación dependen de los niveles de las aguas subterráneas. Cuando llueve, el agua se filtra hacia el acuífero, haciendo que su capa freática ascienda e incluso aflore al exterior inundando las cubetas de las lagunas. Además, en el caso de la laguna de Santa Olalla también recibe agua procedente de las dunas.

Un 60% de las lagunas que existían en los 80 ya han desaparecido

Estudios recientes de la EBD-CSIC han constatado que un 60% de las lagunas que existían en los años ochenta del siglo pasado ya han desaparecido. Gran parte de las que aún permanecen se inundan mucho menos y por un periodo de tiempo más corto de lo que se espera por el clima, lo que indica que la acción humana directa está interfiriendo en su ciclo natural. 

Gran parte de las lagunas que aún tienen agua se inundan mucho menos y por un periodo de tiempo más corto, lo que indica que la acción humana directa está interfiriendo en su ciclo natural

"Esto se confirmó cuando se observó que este fenómeno afectaba más a las lagunas más cercanas a los cultivos de regadío intensivo y a la localidad turística de Matalascañas. Además, gran parte de las lagunas que aún existen tienen parte de su superficie invadida por vegetación terrestre, lo que indica un cambio sin retorno", señala Revilla.

El personal científico advierte de que esta situación se está agravando en los últimos años debido a la sequía. Doñana lleva más de diez años con precipitaciones por debajo de la media. Los ciclos 2021-2022 y 2022-2023 fueron catalogados como "muy secos", con precipitaciones acumuladas de tan solo 282,5 milímetros en el primer caso y 330,4 milímetros en el segundo. Este ciclo que se acaba de cerrar ha terminado con 434,4 milímetros de precipitaciones acumuladas, por lo que tampoco se ha llegado a la media, que se sitúa en torno a los 500 milímetros.