SOCIEDAD

El 'New York Times' se hace eco de los estragos de la DANA en los asentamientos chabolistas de Huelva

El diario estadounidense entrevistó a una temporera de la fresa de origen rumano que reside en uno de estos campamentos y al portavoz de una ONG local en su crónica

Uno de los asentamientos cercanos a la localidad onubense de Lepe, en Huelva. / Fermín Cabanillas / EFE

Ana Carretero

Otra DANA golpeará esta semana España con los estragos de la inmediatamente anterior muy presentes. 214 víctimas mortales y múltiples daños materiales en viviendas e infraestructuras han sido las consecuencias de la peor gota fría del siglo, que se ha cebado con virulencia con Valencia. No hubo que lamentar muertos en la provincia de Huelva, que también estuvo en alerta roja el pasado viernes, 1 de noviembre, hasta las 15 horas de la tarde y registró 117 incidencias, dejando impactantes imágenes como el insólito tornado que asoló Isla Cristina. Una de las zonas con mayor riesgo, según los mapas del Ministerio para la Transición Ecológica.

Los medios de comunicación nacionales han seguido de cerca este fenómeno meteorológico, pero pocos han reparado en las consecuencias de los asentamientos chabolistas, donde residen cientos de trabajadores temporeros del campo en su mayoría de origen migrante. Sí ha reparado en esta realidad, no obstante, The New York Times, que en su primera crónica sobre las inundaciones españolas, precisamente el viernes 1 de noviembre, describe la situación en estos enclaves e incorpora una breve entrevista a una jornalera rumana y al portavoz de La Carpa, una ONG local que trabaja en estos asentamientos.

La cobertura de 'The New York Times'

Estos enclaves se caracterizan por una extrema precariedad: chabolas construidas por ellos mismos, sin luz, agua, saneamiento y depuración, recogida de basura u otros servicios. Muchos de ellos ubicados en zonas inundables sin ninguna protección frente a inclemencias del tiempo.

En su cobertura, el New York Times menciona las condiciones extremas en las que viven los temporeros, enfatizando cómo el temporal ha agravado aún más su situación. También se hace eco de cómo La Carpa se ha movilizado para ofrecer asistencia urgente a estas personas, proporcionando ropa seca, alimentos y otros artículos básicos en ausencia de una respuesta institucional.

"Tengo miedo, no sé cuándo parará esto"

Daiana Iordăchescu es la temporera de origen rumano con la que habla el diario estadounidense. Según describe el artículo, "se acobardó mientras la lluvia golpeaba su choza. La lona de plástico no era suficiente para evitar que el agua se filtrara a través de los palés de madera que ella y otros trabajadores utilizaron para construir sus casas". "Tengo miedo, no sé cuándo parará esto", cuenta la mujer en una entrevista telefónica. "Me siento como en el Arca de Noé. Llueve dentro de mi casa", concluye.

La Carpa lanzó un llamamiento urgente a la población la semana pasada para cubrir las necesidades básicas de estos trabajadores tras el temporal. La organización pidió ayuda a través de sus canales públicos para suministrar artículos de primera necesidad como mantas, ropa de abrigo, leche, café y alimentos no perecederos que puedan ofrecer algo de sustento y calor en condiciones adversas.

Sus casas improvisadas se están derrumbando, pero las peticiones de ayuda no han sido escuchadas

Alfonso Romera

— La Carpa

Alfonso Romera, responsable de La Carpa también aporta su visión a esta crónica:"Muchos de los 3.000 trabajadores temporeros de Huelva se encuentran en una situación similar, sus casas improvisadas se están derrumbando, pero las peticiones de ayuda no han sido escuchadas, explica Alfonso Romera, un oftalmólogo jubilado que dirige un grupo sin ánimo de lucro, La Carpa, que apoya a los trabajadores migrantes".

Finalmente, el New York Times se puso en contacto con la Junta de Andalucía y termina el reportaje asegurando que "El Gobierno andaluz reconoció la vulnerabilidad de los temporeros, pero afirmó que no se había notificado ningún incidente".

Huelva alberga casi cuarenta campamentos de chabolas, según un reciente informe de la Federación Andalucía Acoge. En esta provincia, residen en ellos de forma estable casi un millar de personas, cifra que crece durante la campaña de los frutos rojos, que comenzará en enero. El relator de la Pobreza de la ONU, Philips Alston, en una visita a varios de ellos en el año 2020, aseguró que las condiciones de vida "rivalizaban con las peores del mundo". "He visitado lugares que sospecho que muchos españoles no reconocerían como parte de su país. Barrios pobres con condiciones mucho peores que un campamento de refugiados", sostuvo.

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