La otra cara de la dana en Andalucía: las reservas de los embalses aumentan más de un 70%

Andalucía comenzó 2024 con una sequía estructural, que aún padece, pero con la vista puesta en el cielo. Los pantanos se situaban en mínimos históricos y el Gobierno andaluz aceleraba las obras hidráulicas necesarias para garantizar el consumo de agua doméstico y las dotaciones para los sectores económicos estratégicos, como son la agricultura, la industria y el turismo. Llegó incluso a plantearse el traslado de agua en grandes buques cisterna desde plantas desaladoras de Murcia.

Un horizonte de restricciones se abrió paso con limitaciones importantes en el consumo del recurso por habitante y día, que en algunas comarcas de Málaga, Cádiz y Almería llegó a extremarse. Muchos pequeños municipios de otros territorios andaluces soportaron cortes de agua del grifo durante franjas horarias de hasta doce horas.

Los vaivenes hidrológicos de Andalucía en 2024, que han combinado periodos de sequía con las danas de final de año o las abundantes lluvias de Semana Santa, han permitido un aumento del 71 % en las reservas, ya que los embalses cierran el año por encima del 34 %, con algo más de 4.100 hm3, frente al 20 % de 2023, según adelanta la agencia EFE.

Este año ha sido muy diferente al anterior, ya que al cierre de 2023 se habían registrado importantes pérdidas de agua, de un 28,5% en el transcurso de sus doce meses.

El estado de los embalses, por territorios

En la demarcación hidrográfica del Guadalquivir se acumulan 2.824 hm3 de agua, por lo que está al 35,15% de su capacidad, cuando hace un año estaba al 19,3%.

En las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, que agrupan las dos provincias más afectadas -Almería y Málaga-, se registran 342 hm3, el 29,71% de la capacidad total, mientras que hace un año estaban al 19,5%.

El agua embalsada en la cuenca del Guadalete-Barbate, por su parte, asciende a 342,48 hm3, que suponen el 29,71%, mientras que en la misma semana de hace un año se encontraba al 14,6%.

Por su parte, la cuenta del Tinto-Odiel-Piedras-Chanza está al 42,5% con 474 hm3, frente al 35% de hace doce meses.

Vaivenes hidrológicos entre la primavera y el verano

Andalucía arrancó el año preparándose para un verano con restricciones de agua en capitales como Sevilla, Málaga y Córdoba, así como en otras grandes ciudades del litoral, debido a la sequía de "extrema gravedad", tal y como explicó en aquel momento el presidente, Juan Manuel Moreno.

Sin embargo, de enero a mayo se produjo una escalada continuada durante cuatro meses en el agua embalsada, lo que le permitió llegar al verano con más del doble de reservas de las registradas a inicios de enero.

Los pantanos andaluces pasaron de estar al 20% a inicios de año a registrar en mayo el 43,75%, sobre todo por las persistentes lluvias de Semana Santa y las posteriores aportaciones a los embalses de las escorrentías.

Andalucía perdió en verano una cuarta parte de sus reservas de agua, donde pantanos como el del Guadalhorce (Málaga) llegaron a mínimos históricos

Los comités de sequía relajan las medidas

Los comités de sequía suavizaron las restricciones al consumo de agua, al uso para riegos y al uso industrial. Además, se permitió el llenado de piscinas comunitarias y particulares, también en la provincia de Málaga, donde más incidencia tiene el turismo pero también la sequía, en ese segundo caso por detrás de Almería.

Sin embargo, Andalucía perdió en verano una cuarta parte de sus reservas de agua, donde pantanos como el del Guadalhorce (Málaga) llegaron a mínimos históricos. En octubre, una vez que la Junta dio por "salvado" el verano turístico, se aumentaron las restricciones en el litoral malagueño y en el Campo de Gibraltar (Cádiz).

Precisamente en Málaga fue donde más incidencia tuvo las dos danas de otoño, con intensas lluvias que permitieron un aumento generalizado de las reservas de agua y que en diciembre se hayan vuelto a suavizar las restricciones acordadas dos meses antes.

Los efectos de la dana

Las dos danas permitieron una subida de reservas de agua crucial, pero también ha supuesto importantes daños en municipios de varias provincias andaluzas.

La primera dana, de final de octubre, supuso el desbordamiento del río Guadalhorce, que inundó diferentes zonas de Álora, Cártama, Málaga capital o Alhaurín de la Torre. En ese último municipio incluso hubo un fallecido, y en el resto se sucedieron los rescates.

Las dos danas permitieron una subida de reservas de agua crucial, pero también ha supuesto importantes daños en municipios de varias provincias andaluzas

Esa misma dana propició la tragedia en Valencia, por lo que cuando se produjo la segunda dana, dos semanas después, Andalucía afrontó las lluvias torrenciales con miles de desalojos preventivos, suspensiones de clases escolares y de transportes y muchas otras medidas de prevención que permitieron que no hubiera daños personales.