204 años dándole gracias a la Virgen

Almonte celebra este fin de semana el Rocío Chico, una fiesta votiva que hunde sus raíces en los tiempos de la invasión napoleónica

17 ago 2017 / 18:34 h - Actualizado: 18 ago 2017 / 08:41 h.
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  • Los cultos del Rocío Chico culminarán este sábado con una procesión eucarística del Santísimo bajo palio alrededor del santuario. / Julián Pérez (Efe)
    Los cultos del Rocío Chico culminarán este sábado con una procesión eucarística del Santísimo bajo palio alrededor del santuario. / Julián Pérez (Efe)

Una sublevación contra el ejército invasor y un disparo. La hermandad Matriz de Almonte aún conserva en la sala de juntas de su sede social en la villa onubense el portón de madera con la señal del orificio de la bala almonteña que el 17 de agosto de 1810 inició la revuelta popular contra las tropas napoleónicas acuarteladas en la población. Un episodio más de resistencia contra el enemigo invasor, de los muchos producidos en la geografía española durante la Guerra de la Independencia, que tres años después, una vez liberado el territorio nacional del yugo francés, daría lugar al voto de acción de gracias realizado por el pueblo de Almonte a su Patrona, «la Reina de los Ángeles, Nuestra Madre y Señora del Rocío» por haber sido liberado del «furor de las tropas napoleónicas», voto que se conmemora y renueva cada mes de agosto en la tradicional fiesta del Rocío Chico.

Sólo la providencial intercesión de la Virgen, a la que se encomendaron confiadamente los vecinos de la villa, impidió que los franceses vengaran la revuelta de los «patriotas» almonteños iniciada aquel 17 de agosto de 1810: un sangriento episodio que le costó la vida al capitán francés Pierre D’oussaux y a cinco soldados a sus órdenes, sorprendidos por un grupo de 39 valientes almonteños en la casa que la familia Cepeda tenía en la actual calle de El Cerro, disparando a través del portón de madera de la vivienda y asaltando el cuartel.

Enterado del suceso, el mariscal Soult prometió vengar el derramamiento de sangre francesa arrasando la villa y degollando a sus vecinos, una acción para la que esperaba el refuerzo de ochocientos infantes de Napoléon. Pero, milagrosamente, las tropas nunca llegaron. Cuando la infantería francesa se encontraba ya en la inmediata villa de Pilas, recibió la orden de retroceder. Contrariado, el mariscal Soult hubo de conformarse con apresar al vicario y al propio alcalde, que al día siguiente sería liberado en la vecina localidad de Hinojos.

En aquellas difíciles y angustiosas horas, los almonteños vieron, una vez más, la mano providencial e intercesora de su Madre y Patrona para librarles de una muerte segura. Ante este suceso, tres años después, el ayuntamiento de Almonte, la parroquia de la Asunción y la Hermandad Matriz acordaban formalizar «voto formal y expreso, por sí y en nombre de los que le sucederán en adelante, para siempre jamás, de pasar en la madrugada del 19 de agosto de este año y de todos los venideros, a la ermita de Nuestra Madre y Señora, a cantar una solemne misa en acción de gracias» por haberlo librado «de las furias y rigor de los satélites del tirano». Es lo que se conoce como el Rocío Chico, una celebración que cada año congrega a más de 200.000 personas en la aldea almonteña donde se levanta el santuario de la Virgen durante los cultos que conmemoran el voto de acción de gracias.

«A diferencia de la Romería, la fecha del Rocío Chico es inamovible, celebrándose siempre en agosto. Después de Pentecostés, se trata de la segunda fiesta en importancia que se hace en honor a la Santísima Virgen dentro del calendario rociero, tanto por su consolidada antigüedad como por la alta participación de personas. Aunque en su origen se trata de una fiesta local, es cierto que cuenta con una numerosa participación de devotos llegados de todas partes», explica el presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales. Será este sábado, a partir de las 10.00 horas, cuando se celebre la Función Principal de Instituto en la que se renueva el voto de acción de gracias. A su finalización, tiene lugar una procesión eucarística, con el Santísimo bajo palio, alrededor del santuario.

SANTO ROSARIO POR EL ITINERARIO DE LA VIRGEN

Después de dos días de predicación, este viernes culmina en el santuario el triduo preparatorio a la Función Principal de mañana sábado en la que se renueva el voto de acción de gracias. La predicación de hoy, a partir de las 21.00 horas, corre a cargo del obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro Chaves. La eucaristía cuenta con la participación del coro de la Hermandad Matriz de Almonte. A las doce de la noche saldrá el Santo Rosario, presidido por el Simpecado de la Matriz, por el mismo itinerario de la Virgen.