Ecoperiodismo

Abejas: El zumbido de la extinción

La desaparición de los polinizadores significaría la perdida de más del 70% de los cultivos y del cerca del 90% de las plantas silvestres. En los últimos 27 años las poblaciones de insectos voladores se han reducido en un 76%

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
09 jun 2019 / 07:00 h - Actualizado: 09 jun 2019 / 07:00 h.
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  • Sin polinizadores la vida en el planeta estaría gravemente comprometida. / EFE
    Sin polinizadores la vida en el planeta estaría gravemente comprometida. / EFE

¿Cómo sería el mundo si desaparecieran las abejas? La respuesta es apocalíptica. Estos pequeños insectos son los encargados de la gran parte de la polinización de las plantas que existen en el planeta, de manera que su erradicación traería consigo probablemente la extinción de gran parte de la biodiversidad. La polinización es la fórmula magistral que ha encontrado una gran parte de la naturaleza vegetal para su reproducción; sin polinización no hay fecundación en los óvulos de la flor, haciendo imposible la producción de semillas y frutos. Y entre los principales vectores de polinización brillan con luz propia las abejas. Estas transportadoras de polen garantizan la vida de más del 70% de los principales cultivos en España y casi el 90% de las plantas silvestres. Se calcula que uno de cada tres cultivos desaparecerían del mundo o verían muy reducida su producción.

Sin embargo, los datos sobre la reducción de las poblaciones de polinizadores y en especial de abejas ha levantado las alarmas y se ha evidenciado científicamente que uno de los causantes de esta lenta extinción de las abejas son un tipo de insecticidas denominados neonicotinoides, cuya principal característica es que no quedan sólo en el exterior de la planta sino que afectan a su sistema vascular, es decir, penetran en su organismo y llegan al polen y al néctar. Ya hay evidencias científicas que constatan que esta contaminación ha llegado a las abejas y a otros insectos polinizadores afectando a la salud de todas las colonias infectadas. Los expertos han identificado los siete insecticidas más dañinos: imidacloprid, tiametoxam, clotianidina, fipronil, clorpirifos, cipermetrin y deltametrin. Sustancias todas ellas muy usadas en agricultura y en altas concentraciones. Los científicos también han identificado sus efectos neurotóxicos en las abejas, con trastornos como la incapacidad de orientarse, pérdida de la capacidad de aprendizaje, aumento de la mortalidad o desarrollo disfuncional que afecta a larvas a y a las reinas. La propia Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ha confirmado ya el riesgo de estos plaguicidas.

En Andalucía, el negocio de la apicultura es significativo en 488 de los 776 pueblos de la comunidad autónoma. De hecho, Andalucía es la región con mayor número de colmenas con 527.885, que suponen el 22% del total nacional, siendo además España el país que más miel produce de toda la UE. En Andalucía se producen cada año 7.000 toneladas de miel, 300 toneladas de cera al año y 100 toneladas de polen. Según el mapa de Apicultores Andaluces de COAG, que visualiza la localización de las producciones en la comunidad autónoma, Almería encabeza el ranking con 754 explotaciones apícolas, seguida de Huelva con 430 explotaciones, Málaga con 429 más, otras 396 en Sevilla, 386 más en Granada, Jaén con 273, Córdoba con 229 y Cádiz con 205 explotaciones. Según datos de la FAO, por cada euro que las abejas producen en forma de miel, polen, cera y propoleo, revierten 20 en forma de polinización.

Ecologistas en Acción ha pedido a las administraciones españolas que adopten medidas urgentes para asegurar la conservación de los polinizadores, que además de ser esenciales para la biodiversidad, generan también múltiples beneficios directos para las personas, destacando la obtención de alimentos. El servicio esencial que ofrecen los polinizadores en la oferta de alimentos se valora en 500.000 millones de dólares a nivel mundial, 22.000 millones de euros para la agricultura europea y más de 2.400 millones de euros para la agricultura española. En los últimos cinco decenios el volumen de producción de cultivos que dependen de los polinizadores ha aumentado a nivel mundial en un 300%, de modo que nuestra subsistencia está cada vez más supeditada a la polinización.

En las latitudes templadas, como las que ocupa España, son los insectos quienes llevan a cabo la mayoría de la polinización. “Nuestro territorio es una de las zonas con mayor diversidad de estas especies de toda Europa lo que ha venido asegurando el éxito de la polinización hasta ahora, contando con más de 7.000 especies de dípteros, 4.000 de lepidópteros, 9.500 de himenópteros y más de 10.000 coleópteros que realizan esta función”, explican desde Ecologistas en Acción.

Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas se ha comprobado que existe una marcada disminución de las poblaciones de insectos polinizadores. Una reciente revisión de estudios estima que en los últimos 27 años las poblaciones de insectos voladores se han reducido en un 76%. La mitad de las especies de insectos están disminuyendo rápidamente y al menos un tercio se encuentran en peligro de extinción. “Esta pérdida de insectos polinizadores puede llevarnos a una situación con consecuencias catastróficas, dado que se pone en juego el buen funcionamiento de los ecosistemas y la producción de nuestros propios alimentos”, alertan desde la organización ecologista.

Según Ecologistas en Acción, las principales amenazas para los insectos polinizadores proceden de las actividades humanas como la fragmentación de hábitats, el cambio en el uso de la tierra, los productos químicos agrícolas e industriales, los parásitos y las enfermedades, las especies exóticas invasoras, las colisiones en carreteras, el cambio climático y diversas prácticas agrícolas.

El descenso de las poblaciones de polinizadores supondrá luna reducción de la polinización, lo cual afectará al mantenimiento de la biodiversidad de plantas silvestres, a la estabilidad de los ecosistemas, a la producción de los cultivos, a la seguridad alimentaria y al bienestar humano. Por ello Ecologistas en Acción, iniciará una campaña en redes sociales para informar sobre la importancia de la conservación de estos insectos.