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Ecoperiodismo

Así puedes declarar la guerra a la publicidad no deseada

El papel que llega a tu buzón en forma de publicidad o información bancaria durante un año equivale a un árbol cortado. Con pequeñas acciones puedes frenar este consumo de papel inútil e impedir que muchas compañías te sigan mandando publicidad

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
01 mar 2020 / 04:53 h - Actualizado: 29 feb 2020 / 12:53 h.
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Publicidad, publicaciones, certificados bancarios, facturas... nuestro buzón es un sumidero de mucho papel que a veces va directamente a nuestra papelera sin ni siquiera abrirla. No son sólo una molestia, son un grave problema ambiental. Según datos de Correos, los envíos publicitarios que se realizan en España suponen la friolera de 730 millones de documentos al año, una cantidad que llevada a escala de un buzón casero supone el equivalente a cortar un árbol por vivienda. Y ese es sólo el dato referido a la producción de papel teniendo en cuenta la madera, al que habría que sumar la huella hídrica (consumo de agua necesario para producir esos documentos), la huella de carbono y emisiones de gases de efecto invernadero para transportar esa publicidad impresa hasta nuestros buzones y el consumo energético requerido para esa producción de papel inútil.

En la mayoría de las ocasiones las cartas que inundan los buzones no son requeridas por los usuarios, sino que responden a campañas publicitarias, a publicaciones no solicitadas y a información bancaria y de empresas que podría enviarse por medios electrónicos. Además cada persona puede frenar esa invasión de los buzones por papel no deseado. Basta con inscribirse en un fichero gratuito denominado Lista Róbinson, que está gestionado por la Asociación Española de Economía Digital. Ninguna persona que se haya inscrito en esa lista debería recibir publicidad no deseada. En el proceso de inscripción en esta lista, el usuario elige el medio o canal de comunicación a través del cual no desea recibir publicidad, ya que no se circunscribe sólo al correo postal, sino que se pueden restringir también las llamadas telefónicas publicitarias y el correo electrónico.

Sin embargo, según explica la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) “pese a que te hayas inscrito en la Lista Róbinson, los comerciantes pueden remitirte publicidad de sus productos o servicios si eres cliente o si les has dado tu consentimiento”. También aclara la AEPD que “la inscripción en la Lista Robinson es eficaz a partir del segundo mes desde la fecha en que registres tus datos, por lo que es posible que en dicho plazo sigas recibiendo alguna comunicación comercial”.

Algunas empresas ofrecen sistemas para que puedas rechazar el uso de tus datos con fines publicitarios, como marcar una casilla que prevea expresamente tu rechazo o aceptación, por lo que prestar atención a esta sencilla acción es una medida eficaz para impedir que nuestro buzón se inunde de papel inútil. Sin embargo, aunque tus datos de contacto se hayan obtenido de forma lícita y se trate de publicidad de productos o servicios similares a los que tienes contratados, esas organizaciones están obligadas a ofrecerte la posibilidad de oponerte a recibir publicidad a través de un medio sencillo y gratuito, tanto en el momento de recogida de los datos como en cada una de las comunicaciones que te dirijan. Normalmente es tan sencillo como solicitar esa baja en una la dirección electrónica de la entidad, el envío de un SMS, la selección de un enlace o la llamada a un número telefónico gratuito.

Como alerta la AEPD “en muchas ocasiones cuando participamos en un concurso o aprovechamos ofertas o descuentos, nos solicitan el consentimiento para enviarnos publicidad” y es en ese momento, aclara la Agencia cuando “hay que estar atento para evitar dar nuestro consentimiento y no aceptar sin más todos los términos del concurso, oferta o promoción”.

Por supuesto, hay empresas que pese a todo esto envían publicidad a personas inscritas en la Lista Róbinson o no se dan por enteradas de la petición expresa del usuario de no querer recibir sus ofertas promocionales. En esos casos puedes presentar una reclamación en la Agencia Española de Protección de Datos. Para que la Agencia pueda tramitar una reclamación será necesario que aportes determinada información que sólo tú estás en disposición de proporcionar “y sin la cual no resulta posible que esta Agencia esclarezca las circunstancias en las que se realizó el envío de la publicidad no deseada”, explica la AEPD. Básicamente es la documentación que acredite que estás inscrito desde al menos dos meses en la Lista Róbinson o que has solicitado a la empresa que te manda publicidad que no querías recibirla mediante un email o cualquier otro medio. Junto a esa documentación también hay que aportar la publicidad recibida objeto de la reclamación. Derechos que tenemos como consumidores y que puedes ejercer de manera telemática en la sede electrónica de la AEPD. Las sanciones por mandar spam o publicidad no deseada saltandose el consentimiento van desde los 600 a los 30.001 euros.