Carnaval de Cádiz

Cádiz, la terapia del metacarnaval

04 jun 2022 / 12:33 h - Actualizado: 04 jun 2022 / 12:34 h.
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Sin pelos en la lengua, porque este sí que es un espacio de libertad, Cádiz ha realizado su particular terapia en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas 2022, que ha concluido hoy dando sus primeros premios a agrupaciones que han hecho del «metacarnaval» una medicina contra todas las pandemias, desde la del machismo a la de la corrupción.

Pasadas las ocho de la mañana, tras más de diez horas de concurso, el jurado del COAC ha salido a las tablas del Gran Teatro Falla de Cádiz para leer el veredicto de un certamen que, por primera vez desde 1976, se ha trasladado desde su febrero habitual a mayo y junio.

El primer premio de comparsas ha sido para «Los sumisos», en la que el aclamado Antonio Martínez Ares ha creado una metáfora con este cambio de fecha para llevar a escena un paralelismo entre aquellos payasos o bufones que cantaban cuando, en los rescoldos del franquismo, se celebraba un sucedáneo de carnaval llamado fiestas típicas en mayo.

El primer premio de chirigotas ha sido para «»La misión», el evangelio según otro de los tótem de la fiesta gaditana, Manolo Santander, que han cantado al carnaval como «una religión» y puesto en evidencia a las agrupaciones que, por el cambio de fecha, han «han dado la espantada».

El coro «Pachamama», de andinos que honran a la Madre Tierra, y el cuarteto «Los ultraortodoxos de los callejones Cardoso», que juegan a ser gaditanos ultraortodoxos y le cantan lo mismo al guantazo que dio Will Smith en la ceremonia de los Oscars, al enfado de la reina Isabel II porque el primer ministro no la invitó a las fiestas durante el confinamiento que a Vox: « a mí no me preocupa que los fieles de Franco suban en las encuestas, por mí que suban tanto como Carrero Blanco».

Porque además de cantarle al propio carnaval, y más después de haber estado un año sin él, las coplas han cumplido con su misión de destripar sin filtros la actualidad a base de sarcasmo.

El alcalde, José María González, «Kichi», ha sido, como tradicionalmente merece el cargo, blanco de críticas. La comparsa ganadora, que le dedicó en semifinales un pasodoble en el que le acusó de ser un «tirado gordo de poder» y «una gran mentira», se quejaba ahora de los insultos que había recibido por sus críticas.

Y también sacaba a relucir al rey emérito, uno de los personajes que junto a Macarena Olona más se ha mencionado en el concurso, como «príncipe de los ladrones».

Los políticos, sus artes, ahora que en Andalucía están en campaña electoral, y su corrupción, también han probado el aguijón de las coplas.

«Almeida tiene un primo y no es comisionista y no ganó millones con las mascarillas. Caso sobreseído, otro corrupto libre de cargos. Y mira que yo repito, traerme a alguien que haya hecho algo», cantaban también los de Martínez Ares.

El COAC 2022 también ha roto un techo de cristal: ha sido la primera vez desde que se retomó este concurso en 1948 tras la guerra civil, que en todas las modalidades de la final habrá, al menos, una mujer entre sus componentes. Y a la final ha llegado «We can do... Carnaval» la primera agrupación escrita por una mujer, la debutante Marta Ortiz, e íntegramente formada por mujeres.

Han obtenido tras «Después de Cádiz, ni hablar» (segundo premio) , «Los renacidos» (el tercero), el cuarto premio de la modalidad de comparsa, pero han sembrado el empoderamiento de las mujeres carnavaleras y puesto en su sitio a quienes han pretendido enfrentarlas y compararlas.

Y han criticado a las personas que «sin cuestionarse el origen de sus derechos sociales», mantienen la equidistancia» y «nunca van a mojarse» por defenderlos.

Han lanzado también un mensaje sobre la polémica por la concesión de bajas laborales para mujeres con dolores menstruales incapacitantes: «No se si tendrá eficacia, por lo pronto es efectivo para detectar a tontos y a fachas».

La tanqueta que el Ministerio del Interior trajo a la huelga del metal de Cádiz, ha sido otra de las protagonistas que han desfilado por el escenario del COAC, que esta mañana ha bajado el telón para que, en unas horas, se abra en las calles de la ciudad para unas fiestas de Carnaval sumergidas de forma excepcional en el calor de una estación diferente.

La concejala de Fiestas, Lola Cazadilla, vestida de pitonisa con la bola de cristal que le permitió adivinar que el pasado invierno iba a propagarse una nueva variante del coronavirus que iba a impedir que el COAC se celebrara en febrero, ha animado a los carnavaleros ante el final de este certamen «queda muy poquito para febrero».