Ecoperiodismo

Claves para unas fiestas sostenibles

Luces por doquier, regalos, comidas especiales, decoración con motivos vegetales... Las fechas navideñas son sinónimo de un despilfarro que tiene asociado un coste ambiental, pero está en nuestra mano el lograr hacer todo esto de unamanera más sostenible

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
02 ene 2022 / 04:00 h - Actualizado: 02 ene 2022 / 04:00 h.
"Ecoperiodismo"
  • Viandantes caminan con bolsas por una calle en españa. / David Zorrakino - E.P.
    Viandantes caminan con bolsas por una calle en españa. / David Zorrakino - E.P.

Las fechas navideñas se asocian habitualmente al gasto desproporcionado en lo que se refiere a energía, comida y consumo de regalos. El consumo se dispara y se pagan más caro productos que no se consumen habitualmente durante el resto del año. Y la fiebre anual del consumo tiene también su puesta en escena en las calles: los Ayuntamientos se lanzan a colocar luces navideñas en los lugares más transitados, donde además se concentra un mayor número de comercios.

Así, las fechas navideñas son sinónimo de una implantación masiva de luminaria de forma superflua donde el servicio de estas bombillas está sobredimensionado y para lo único que sirve es para consumir energía. Arcos de luces y edificios cuyas fachadas se adornan con bombillas alimentadas de una energía que se ha producido en centrales térmicas, nucleares e hidroeléctricas en su mayoría, a costa de sacrificar parte de la naturaleza. Un coste que se puede reducir con el uso de luminarias con tecnología led, que en efecto son mucho menos consumidoras de energía que las bombillas “tradicionales”. Pero en este punto aún queda pendiente que los Ayuntamientos den un paso más para hacer sostenible esta iluminación social implementando el uso de placas solares fotovoltaicas con acumuladores de energía.

En el hogar la iluminación navideña se puede acometer con soluciones sostenibles como el uso de luces led alimentadas por placas solares o por pilas recargables, lo que reducirá sensiblemente el consumo energético.

Pero el consumo indiscriminado de energía no es el único coste ambiental de la navidad. También con la excusa de adornar se recurre a vistosas especies vegetales que tienen como emblema al abeto, el árbol de la navidad. Son árboles de usar y tirar. Cuando pasan las fiestas van directamente al contenedor de basura o al vertedero. No se están reutilizando o usando en beneficio de disminuciones de CO2 y de disminución del cambio climático que producirían estos árboles en su estado natural, sembrados en tierra. En Andalucía, una de las grandes productoras de árboles de España, se consumen más de dos millones de plantas y árboles en navidad. Incluso hay empresas dedicadas en exclusiva a cubrir la demanda que se origina en estas fiestas; cultivadores que se dedican, igual que se cultivan tomates y hortalizas, a cultivar abetos que luego arrancan, con o sin cepellón (siempre es más caro con cepellón). Hay viveros que están especializados en árboles navideños. El problema ambiental es mas grave cuando se venden directamente talados, como si se tratase de una flor, como un adorno. La alternativa es el uso de árboles sintéticos, que si bien suponen un coste ambiental en su producción, al menos se produce sólo en una ocasión, ya que cada año podemos reutilizarlo.

Además de los árboles la navidad lleva asociado el consumo de otras especies vegetales. Un consumo desaforado que ha llevado a poner en peligro algunas plantas cruciales para asentar el terreno y para evitar la desertificación. Es el caso de los enebrales, utilizados una vez florecidos, cuando los arrancan de su medio natural para llevarlo a casa. En este caso, se trata de evitar su uso, ya que no aportan ningún plus a nuestra decoración y su coste ambiental es evitable.

La navidad es también la festividad del regalo y por extensión del envoltorio desmesurado. La basura navideña es distinta a la del resto del año: un 80 por ciento son envases y papel. Basamos nuestra felicidad en relación con nuestra tarjeta de crédito. Compramos masivamente y con un decorado que nos crea falsas necesidades que se cubre con objetos sobreempaquetados con lo que se origina una ingente cantidad de residuos muy por encima de cualquier otra fecha. Formas de consumo que nos venden no sólo el contenido sino el continente a la vez y todos los productos tienen un costo energético, un precio ambiental. Renunciar a los envoltorios que no tienen ninguna utilidad, o sustituirlos por telas (mejor no sintéticas) que puedan reutilizarse después, son las mejor opción para hacer regalos sostenibles.