Nuestra compra suele ir a parar sí o sí a la despensa, a temperatura ambiente, en el frigorífico o al congelador, pero no siempre acertamos con qué producto va en cada lugar o a qué temperatura debe de estar para una correcta conservación y menor desperdicio de alimentos.
“Algunas zonas de la despensa y del frigorífico son más cálidas o frías que otras, y esto influye en el tiempo de conservación y la apariencia de algunos productos. Por eso, el orden y la disposición de los alimentos no será casual: los artículos de primera necesidad y de uso más frecuente se colocarán más cerca y a la vista, preferiblemente ordenados por grupos”, explican desde The Good Goal, una nueva App que nos reta a ser más sostenibles ayudándonos a realizar acciones cotidianas, ajustadas a nuestro nivel, para bajar nuestra generación de residuos, C02 o a ahorrar más agua en casa, entre otros.
Con el lema “Genera un impacto positivo en el planeta día a día”, el equipo de The Good Goal nos recomienda empezar a organizar la despensa y la nevera siguiendo unos sencillos consejos:
EN LA DESPESA Y A TEMPERATURA AMBIENTE
Los envases cerrados de leche esterilizada o U.H.T “se conservan perfectamente en la despensa, al resguardo de la luz, al igual que la nata, leche concentrada, en polvo y condensada”, esclarecen.
Por su parte, los aceites es mejor preservarlos en lugares oscuros y en su propio recipiente o alguno que cierre correctamente, evitando que se oxiden sus grasas y se enrancie.
El pan “se conserva bien uno o dos días en la panera o en su bolsa de tela”, mientras que, las patatas y otros tubérculos se deben mantener en lugares ventilados y oscuros. “Pueden conservarse más tiempo cubiertas de arena o de tierra”, añade el equipo.
Además, los alimentos deshidratados y productos secos como arroz, pasta y frutos secos se deben guardar a temperatura ambiente en sitios frescos y secos, “ya que si hay humedad se enmohecen”.
Por último, en la despensa también podemos tener “yogures esterilizados que no necesitan frío; encurtidos; conservas de pescado, de carne o de vegetales; salsas comerciales; tarros de mermelada”.
EN EL FRIGORÍFICO
Podemos hacer uso de este electrodoméstico para mantener a buena temperatura nuestras verduras, hortalizas y frutas frescas. “Es recomendable guardarlas en envases o bolsas de plástico agujereadas o envueltas ligeramente en periódicos”.
Otros alimentos como el tofú es mejor mantenerlos también en el frigorífico, cambiándole el agua todos los días para que dure más tiempo (entre 3 y 5 días). Asimismo, los quesos deben guardarse en el frigo, pero siempre organizados por tipos, ya que así impediremos que se produzca “contaminación cruzada de ambos por mohos y olores”.
De igual forma, una vez que abrimos la leche o la bebida vegetal, esta debe preservarse en frío, teniendo que consumirse “en 2 o 3 días en su propio recipiente o en una jarra bien tapada”.
En cuanto a los huevos, el equipo de The Good Goal explica que, aunque no necesitan condiciones especiales para su conservación, pueden estar en el frigorífico para aumentar su vida útil.
Finalmente, el pescado fresco, marisco y carne también deben resguardarse en frío, concretamente en la parte más fría, “entre 3 y 5 días; limpia y seca, aislada del jugo que se desprende”, concluyen.