Del ‘trágala’ de Wert a una Lomce a medias

Rechazo de Andalucía . El Gobierno andaluz socialista siempre se ha opuesto a la reforma educativa que impuso el PP en 2013, la recurrió al Constitucional y ha buscado vericuetos para minimizar su aplicación

14 nov 2016 / 07:00 h - Actualizado: 14 nov 2016 / 07:00 h.
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Cuando una ley es conocida por el nombre de su artífice o bien es un avance histórico digno de recordar a su impulsor o es fruto de un empecinamiento que alguien asume en primera persona pese a suscitar gran rechazo. La Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) se sitúa en el segundo grupo. Desde el principio, el exministro de Educación José Ignacio Wert se mantuvo firme en su defensa pese a la contestación en la calle y en la oposición política. Hasta diez grupos políticos, encabezados por el PSOE e incluidos todos los nacionalistas –ya que la Lomce limita la enseñanza completa en las lenguas cooficiales–, firmaron un pacto por el que se comprometían a derogarla en la siguiente legislatura confiando en que el PP perdería las elecciones. Tras dos votaciones e investiduras fallidas, el PP ha conservado el Gobierno, pero en la legislatura que acaba de echar andar ya nadie llama a la Lomce «Ley Wert» –el ministro dimitió antes de terminar el mandato para ser embajador de la OCDE en París– y su aplicación se encuentra a medias.

En su discurso de investidura como presidente, Mariano Rajoy anunció la suspensión de una de las novedades más polémicas que introduce la ley: las evaluaciones externas conocidas como reválidas en ESO y Bachillerato. El nombramiento como portavoz del Gobierno del ministro de Educación Íñigo Méndez de Vigo –que repite en el nuevo Ejecutivo tras suceder a Wert en 2015– es también un guiño al diálogo sobre esta materia al que Rajoy se sabe obligado sin la mayoría absoluta de estos años.

Al rechazo de la comunidad educativa –con varias huelgas, la última el 26 de octubre en vísperas de la investidura de Rajoy– y la oposición se suma el de las comunidades autónomas que consideran que los cambios que introduce la Lomce en el currículum escolar invade sus competencias, al limitar el margen de los contenidos que pueden decidir. Andalucía, Asturias, Canarias, País Vasco y Cataluña recurrieron incluso al Tribunal Constitucional (también el PSOE), que hasta el momento no se ha pronunciado. Además de recurrirla, la Junta de Andalucía ha buscado vericuetos para descafeinar las reformas que rechazan. Y es así como la aplicación de la Lomce en ESO, que el curso pasado entró en vigor en 1º y 3º y este año en 2º y 4º, llega hasta nuestros días en las aulas andaluzas.

Sin reválida en 4º de ESO

Tras el anuncio de Rajoy, la evaluación externa tras 4º de ESO que la ley preveía que entrara este curso ha quedado parada. Superando el último curso de esta etapa se obtendrá el título. El año pasado entró en vigor la reválida de Primaria pero la Junta optó por que los propios docentes rellenaran un informe de evaluación continua de sus alumnos. Asegura que cumple la ley. El Gobierno, que ha denunciado al Ejecutivo vasco por no hacer el examen de 6º, no ha emprendido pedidas legales contra Andalucía.

Con todo, el Ministerio ha entregado esta semana un borrador de cómo quedaría la reválida de ESO y la de Bachillerato, necesaria para acceder a la Universidad. Las comunidades socialistas, entre ellas Andalucía, han pedido al Gobierno que este año prorrogue la actual Selectividad pero el ministerio sostiene que no sirve porque los cambios de contenidos en Bachillerato sí están ya en vigor. Según el borrador, la prueba duraría cuatro días en vez de los tres actuales y versará sobre contenidos de los dos cursos de Bachillerato y no sólo de 2º. La nota del examen valdrá un 40 por ciento y la media de Bachillerato un 60 por ciento y el examen no será obligatoria para quienes no vayan a la Universidad.

Se mantiene EpC en 3º de ESO

Andalucía mantiene Educación para la Ciudadanía (EpC) en 3º de ESO, en el marco de las asignaturas de libre configuración que las comunidades pueden decidir, con una hora de clase semanal que se resta a las dos horas semanales de Religión o Valores éticos ese curso. EpC fue una materia que introdujo en el currículum académico el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, ante la que varias familias invocaron la objeción de conciencia para que sus hijos no la cursaran en los tribunales, que emitieron fallos contradictorios.

Religión y Valores éticos cuentan

La Lomce introdujo que durante toda la ESO la asignatura de Religión o su alternativa, Valores éticos, sean evaluables (antes no contaban para la nota media). Su carga lectiva es de una hora semanal en todos los cursos. En otras comunidades, en 3º hay dos horas pero en Andalucía se mantiene una hora semanal de clase y la otra se da de EpC, que también es evaluable. La Lomce suprimió en 4º Ética, que no era la alternativa a Religión sino una historia de la Filosofía.

Las matemáticas de 3º condicionan

Las asignaturas troncales que obligatorias en todas las comunidades para los tres primeros cursos de ESO son Biología y Geología, Física y Química, Geografía e Historia, Lengua y Literatura, Lengua Extranjera y Matemáticas. Pero en 3º, los alumnos pueden elegir entre matemáticas orientadas a las enseñanzas académicas, pensadas para quienes van a estudiar Bachillerato, o las orientadas a enseñanzas aplicadas, para quienes piensen optar por FP. En ambos casos, la carga lectiva es de cinco horas semanales pero los detractores de la Lomce alegan que supone iniciar una segregación del alumnado a una edad muy temprana.

Junto a las troncales y las de libre configuración que cada comunidad oferte, las optativas que todos los centros deben ofrecer son Música, Cultura clásica, segundo idioma y Tecnología, además de Educación Física y Religión o su alternativa que todos los alumnos estudian.

En 4º el alumno decide su futuro

Si al matriculares en 4º un alumno que en ESO pensara hacer FP se lo piensa mejor, puede elegir las asignaturas orientadas a continuar los estudios de Bachillerato. Pero la elección que haga en 4º sí resulta ya determinante por cuanto la reválida le examinaría de las materias seleccionadas y, por tanto, determinará a qué enseñanza postobligatoria podría hacer. La reválida ha quedado en suspenso pero sí están en vigor los dos tipos de Bachillerato que, más allá de la tradicional elección entre ciencias y letras, implica un currículum totalmente diferente y exige a los institutos a ofertar nuevas optativas.

En el último curso de ESO orientado a Bachillerato, son troncales Geografía e Historia, Lengua y Literatura, Matemáticas orientadas a las Enseñanzas Académicas y primera Lengua Extranjera, además de dos materias a elegir entre Biología y geología, Economía, Física y química o Latín.

En el caso de 4º de ESO orientado a FP, las troncales son Geografía e Historia, Lengua y Literatura, Matemáticas orientadas a las enseñanzas aplicadas, primera Lengua Extranjera y dos materias a elegir entre Ciencias aplicadas a la actividad profesional, Iniciación a la actividad emprendedora y Tecnología.

Unos y otros además cursan Educación Física y Religión o su alternativa y entre una y cuatro optativas específicas (Artes escénicas y danza, Cultura científica, Cultura clásica, Educación plástica, Filosofía –que deja de ser obligatoria–, Música, segundo idioma o Tecnologías de la Información y la Comunicación). La elección de optativas se basa en la orientación al Bachillerato de Ciencias, Humanidades, Ciencias Sociales o Artes o al tipo de Grado Medio de FP.

Adaptación en 2º y 3º pero no en 4º

Antes, los alumnos con problemas diagnosticados para seguir el ritmo medio de clase estudiaban una adaptación curricular en 3º y 4º de ESO (programas de diversificación). La Lomce prevé también una adaptación para estos alumnos (Programa de mejora del aprendizaje y rendimiento) pero en 2º y en 3º de ESO mientras que en 4º se integran en una clase de ritmo normal.

FP Básica sin titulación

Uno de los puntos más polémicos de la Lomce, y más cuestionados por el Gobierno andaluz, es la sustitución de los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) que anterior ley preveía para aquellos alumnos que cumplían los 16 años sin perspectivas de lograr el título de ESO por la llamada FP Básica. La diferencia es que los PCPI no otorgaban el título de ESO pero sí una acreditación que con la FP Básica no se logra, si bien los alumnos que son derivados a ésta no constan en las estadísticas de fracaso escolar. Tanto antes como ahora los estudiantes pueden permanecer cursando ESO hasta los 18 años (salvo problemas diagnosticados) y repetir curso hasta dos veces en esta etapa siempre que no hayan repetido en Primaria, por el límite de edad para permanecer en la enseñanza obligatorio. Por eso, los alumnos que con 16, 17 o 18 años están aún en Secundaria, y por tanto se sabe que no van a obtener el título, antes eran derivados a los PCPI y ahora a la FP Básica, que la Junta de Andalucía ha criticado de forma contundente por la falta de recursos para su diseño y por condenar a los alumnos a una enseñanza que no da acceso a ninguna titulación útil para el mercado laboral. Pero lo cierto es que en su primer año de aplicación, el curso pasado, la Junta al igual que el ministerio presumió de la bajada de las cifras de fracaso escolar sin tener en cuenta que los alumnos de FP Básica dejaban de aparecer en ellas.

La ratio no sube ‘oficialmente’

La Lomce mantiene la ratio máxima en 25 alumnos por clase en Primaria y 30 en ESO como establecía la anterior ley educativa. Pero el Gobierno del PP aprobó un Real Decreto de racionalización del gasto educativo en 2012 que permitía aumentarla hasta 30 en Primaria, hasta 36 en ESO y hasta 42 en Bachillerato, un decreto que estuvo en vigor hasta el curso pasado. La Junta de Andalucía aseguró que no usaría ese margen de aumento de ratio permitido por el Estado. Otra cosa son los ajustes del proceso de escolarización en los que no son infrecuentes que al final haya clases de 27 y 28 alumnos en Primaria y de más de 30 en los institutos.