Díaz defiende la reforma del Estatuto como el «cinturón de seguridad» de los andaluces ante la crisis

Al cumplirse diez años de su aprobación, la presidenta pone de ejemplo el acuerdo alcanzado ante el actual debate sobre el modelo territorial y la reforma de la Constitución

17 feb 2017 / 14:17 h - Actualizado: 17 feb 2017 / 15:17 h.
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  • Acto institucional en la Casa de la Alegría por los diez años de la reforma del Estatuto./ Raúl Caro (Efe)
    Acto institucional en la Casa de la Alegría por los diez años de la reforma del Estatuto./ Raúl Caro (Efe)

Este sábado se cumplen diez años del referéndum en el que los andaluces votaron la reforma del Estatuto de Autonomía que, según la presidenta de la Junta, Susana Díaz, al «blindar» derechos sociales como la Educación, la Sanidad y las ayudas a la Dependencia se ha convertido en un «cinturón de seguridad para los andaluces ante la crisis» fruto de un acuerdo entre todas las fuerzas políticas de la comunidad que a su juicio «es un buen ejemplo del que debemos tomar nota en el actual debate sobre el modelo territorial y la reforma de la Constitución».

La Junta celebró esta década del nuevo Estatuto con un acto institucional en la Casa de la Alegría de Blas Infante, en Coria del Río, al que acudieron varios de los once ponentes de aquella reforma como el hoy delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz (PP), los socialistas José Caballos o el actual presidente del Puerto de Sevilla Manuel Gracia, o el exdiputado de IU Antonio Romero (hubo un recuerdo para la fallecida Concha Caballero, también ponente, y para los diputados Alfonso Perales, Cinta Castillo y Araceli Carrillo también desaparecidos y que participaron de una u otra forma en el proceso de elaboración del texto). En su discurso, la presidenta señaló que «seguro» que ni ellos «sabían la importancia de blindar el Estado de Bienestar porque no imaginaban la virulencia de la crisis económica que iba a venir» y ante la cual, gracias al Estatuto, «en Andalucía no se pueden vender ni privatizar hospitales» ni quitar «la gratuidad de los libros de texto», subrayó en presencia de un grupo de alumnos del colegio público Condado de Huelva, de La Palma del Condado, de visita en el Museo de la Autonomía y que participaron en el acto. Instó a éstos y a sus profesores a «educar en valores» para que las nuevas generaciones sean conscientes del valor de decisiones políticas como las que representa la reforma del Estatuto.

Díaz replicó el discurso de que tanto el 28F de 1981, cuando se aprobó el primer Estatuto de Autonomía, como el 18 de febrero de 2007, cuando se votó el texto reformado, Andalucía se convirtió en «garante» de la igualdad de derechos entre todos los ciudadanos y freno a una «España de dos velocidades». Si el primero sacó a Andalucía del «subdesarrollo», la reforma de hace diez años salvaguardó los «derechos sociales» y la «igualdad de oportunidades» ante la crisis. También el presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán, defendió el Estatuto de Autonomía de Andalucía como «instrumento para la unidad frente a los que quieren dividir, los que quieren privilegios y los que quieren romper el modelo territorial».

Mientras aguardaban la llegada de la presidenta, Víctor y Rocío, de 8 años, repasaban los artículos del Estatuto referidos al derecho a la Educación que iban a leer en el mismo. Para Víctor, el Estatuto de Autonomía «es un documento que cuenta que Andalucía es una comunidad autónoma, que todos tienen derechos y deberes, que Andalucía vive por sí misma y que tenemos una bandera, un escudo y unos símbolos». Tras el acto formal, que terminó con el Himno de Andalucía (también fue interpretado el tema La blanca y verde de Carlos Cano), Díaz se acercó a los niños para decirles que entre ellos podría estar el presidente o presidenta de la Junta de dentro de 25 años y «para eso tenéis que estudiar mucho, hay que ser los mejores». La presidenta se comprometió a acudir a su colegio el próximo curso al acto de su 25 aniversario al que «me han invitado las profes», momento que aprovechó la pequeña Myriam para reclamarle «un pabellón para hacer deporte, que ya tenemos el terreno».