Ecoperiodismo

¿Dónde van a parar las pilas recicladas?

Son unos de los productos de consumo de usar y tirar más contaminantes que existen, por eso su correcta separación como residuo y su reciclaje es imprescindible para el medio ambiente. ¿Pero qué pasa después de que tiremos las pilas usadas en un contenedor de reciclaje de estos productos?

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
29 may 2022 / 04:00 h - Actualizado: 29 may 2022 / 04:00 h.
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El 75% de los materiales que componen las pilas y baterías pueden llegar a ser reutilizados, como recuerda la organización ‘Recicla tus Pilas Andalucía’, impulsada por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) que operan en la comunidad autónoma: ECOLEC, ECOPILAS y ERP.

‘Recicla tus Pilas Andalucía’ resalta la importancia del concepto de economía circular, basado en el aprovechamiento de estas materias primas “para elaborar múltiples productos y ponerle freno al agotamiento de los recursos naturales finitos del planeta”.

Sin embargo, ese 75% de los compuestos de una pila que pueden llegar a ser reutilizados depende en gran medida de factores como el grado de humedad que contengan las pilas, la carga eléctrica que almacenen de forma residual, o el deterioro que presenten antes de ser sometidas a su procesado.

La importancia del reciclado de pilas recae en el impacto medioambiental que implican los materiales que las componen en el caso de no ser desechados correctamente. Compuestos químicos y minerales tóxicos que, al liberarse y entrar en contacto con el suelo, el agua o el aire, contaminan gravemente el entorno que nos rodea. Por otra parte, al recuperar estas valiosas materias primas, se logrará evitar tener que extraerlas de la naturaleza y ahorrar la energía empleada en ello.

Las materias primas que se recuperan de una pila reciclada pueden categorizarse en tres tipos: plásticas, en torno a un 5%, ferrosas, un 25%, y no ferrosas, un 70%. Los usos y aplicaciones que tienen una vez recicladas son múltiples y variados. Llegándose a utilizar para la fabricación de una gran cantidad de productos, entre ellos nuevas pilas, baterías y acumuladores.

Los materiales de tipo ferroso que podemos encontrar en las pilas son principalmente hierro, acero y latón, y suelen formar parte de su carcasa. Suelen ser fundidos y utilizados por la industria metalúrgica para la elaboración de productos metálicos como alambres, componentes eléctricos, herramientas y útiles de bricolaje, ferretería y construcción, e incluso utensilios de cocina o matrículas para vehículos.

Entre los materiales de tipo no ferroso hay minerales como el cinc, muy empleado para la galvanización del hierro, pinturas y esmaltes. El manganeso, que entre otras aplicaciones se puede utilizar en productos químicos o en la siderurgia. El níquel, por ejemplo, se usa para la fabricación de acero, acuñar monedas y recubrimientos metálicos. Y el estaño para latas de conserva, crear compuestos fungicidas, disminuir la fragilidad del vidrio e incluso, para instrumentos musicales.

Por otra parte, entre los usos más habituales del litio está la fabricación de nuevas pilas o baterías para vehículos eléctricos. Esto sucede igual con el plomo, uno de los materiales más contaminantes, que se usa sobre todo en las baterías de coches de combustión y otras baterías industriales, y que también se emplea para revestimientos protectores contra radiaciones, por ejemplo.

No podemos olvidarnos del mercurio, otro mineral nocivo para la naturaleza y presente todavía en las pilas de botón más antiguas, usado en equipos de laboratorios químicos industriales, aplicaciones eléctricas, termómetros y, en su forma gaseosa, para lámparas fluorescentes.