Ecoperiodismo

El declive de los insectos

Entrevista: Ignasi Bartomeus, investigador de la estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) especializado en ecología integrativa

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
25 abr 2021 / 04:44 h - Actualizado: 25 abr 2021 / 04:08 h.
"Ecoperiodismo"
  • Foto CSIC-Andalucía
    Foto CSIC-Andalucía

Ignasi Bartomeus, investigador de la estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), Departamento de ecología integrativa, lleva años tratando de entender cómo las comunidades ecológicas responden al cambio global. Su investigación se centra en comunidades de plantas y polinizadores en un tiempo en el que el declive de polinizadores es alarmante para la vida como la conocemos en la actualidad en nuestro planeta.

-Desde hace años se está constatando un dramático declive de las poblaciones de insectos en Europa. ¿La tendencia es preocupante?

-Documentar las poblaciones de insectos no es nada fácil, por que no hay información de base. Por tanto, es muy difícil saber qué especies y dónde están sufriendo un declive con detalle. Sí sabemos que, a nivel general, muchas especies están reduciendo sus poblaciones. Tenemos una señal de alarma clara, y es un momento clave para revertir este patrón. Yo creo que aun no es tarde para actuar, pero el tiempo corre deprisa.

-Hay estudios científicos que acreditan que 7 de cada 8 insectos voladores han desaparecido de los ecosistemas. ¿Qué consecuencias tiene esta pérdida de especies?

-Hay muchos ejemplos donde las poblaciones de algunos insectos se han desplomado. Esto es muy serio, por que los insectos, pese a estar infrarepresentados por acciones de conservación, son la base de muchos ecosistemas. Muchos insectos polinizadores (abejas, moscas, mariposas...) son básicos para la reproducción de las plantas; los insectos depredadores (escarabajos, avispas...) son controladores de plagas; otros insectos son detritivoros incansables que se aseguran que no se acumulen desperdicios. Eso sin contar que están en la base trófica de reptiles, pájaros, murciélagos, y otros pequeños mamíferos.

-¿Cuáles son las causas de este declive y extinción de polinizadores?

-Las causas son comunes a casi todos los animales. La destrucción de hábitats naturales o seminaturales para cultivar o construir ciudades es el factor más importante a día de hoy. El efecto de productos químicos, incluyendo insecticidas diseñados para matar insectos, suma presiones extra para los insectos que pueden adaptarse a vivir en hábitats humanizados. Además los insectos son ectotermos, es decir que no regulan su propia temperatura, por tanto, el cambio climático ya esta afectando sus poblaciones y en el futuro cercano puede ser la causa principal de su declive. Para rematar, el traslado de especies exóticas a nuevas partes del mundo, incluyendo patógenos, amenaza el equilibrio de los ecosistemas que han coevolucionado sin esas especies durante milenios.

-¿En España hay estudios y datos sobre las poblaciones de insectos? ¿Tenemos datos de lo que está pasando aquí?

-Respecto a polinizadores, tenemos un gran desconocimiento general en la península y a duras penas sabemos qué especies existen. La poca evidencia existente muestra luces y sombras. Por un lado, los abejorros de Picos de Europa han tenido que migrar en altura para adaptarse a las nuevas temperaturas y muchas especies están en receso. Un estudio que hicimos en Valladolid comparando poblaciones de abejas de los años 80 con las actuales mostraba un declive en de hasta el 40% en algunas localidades. Sin embargo otras localidades mejor conservadas en la misma zona casi no habían perdido espacies. Otros lugares como la Sierra de Cazorla parece que mantienen muy buena salud en cuanto a los polinizadores se refiere. Por tanto, depende de la conservación de la zona y el grupo estudiado encontramos una heterogeneidad de respuestas. Para la mayor parte de Andalucía, simplemente no tenemos datos.

El declive de los insectos
Fotos Curro Molina

-Usted sostiene pese a los datos que hay lugares para la esperanza. Doñana sin duda es uno de ellos...

-Exactamente, hay documentadas muy pocas extinciones totales de abejas. Eso indica que pese a sus poblaciones se han reducido, o incluso desaparecido de zonas más perturbadas, la especie no ha desaparecido por completo. Si restauramos las condiciones estas espacies pueden volver a recuperarse. Por eso es tan importante las reservas naturales como Doñana que sirven de refugio. Pero esta situación también nos indica que el momento de revertir la situación es ahora, y no podemos esperar a que empiece ha haber extinciones, por que entonces será demasiado tarde. Un ejemplo fuera de las abejas es el caso de escarabajos peloteros, que están en declive en casi toda la península debido a los antibióticos que se les da al ganado, que pasan a sus heces, matando a los escarabajos que se alimentan de ellas; pero Doñana, donde está prohibido el uso de estos antibióticos, actúa como refugio para estos escarabajos.

-Los insectos constituyen alrededor de dos tercios de toda la vida en la Tierra. Hay científicos que hablan ya de un “armagedón ecológico”. ¿Estamos en una situación tan apocalíptica?

-Yo creo que estamos en un momento clave de la historia. Esta en nuestras manos decidir si vamos a causar una extinción masiva de animales y plantas en los siguientes 100 años o si podemos cambiar nuestro comportamiento y compartir la Tierra con otras especies. Quiero pensar que aún no hemos superado el punto de no retorno, pero como decía antes, faltan datos, y el tiempo corre deprisa.

El declive de los insectos

-¿Estamos a tiempo de arreglar esta situación? ¿Cómo?

-Yo creo que sí lo estamos. Tenemos el conocimiento y la tecnología suficiente para hacer una transición tanto energética como en el modelo de alimentación actual que permita frenar la perdida de hábitat, recuperar hábitats seminaturales saludables y mantener el calentamiento global en márgenes seguros. El problema es que esto implica cambios políticos complejos a corto plazo. Implica cambiar nuestra dieta (que comemos, y sobretodo de donde viene), implica invertir en cambiar el sistema de generación de energía y hacer su consumo más eficiente. Estas inversiones tienen rédito a largo plazo, pero requieren de una inversión inicial. Hay que pedir este cambio a nuestros políticos, y empezar por hacer acciones en nuestra casa, nuestro modo de transporte y nuestra dieta.

-La continua desaparición de polinizadores no es una cuestión meramente ambiental: tiene un efecto directo sobre los agricultores, el mercado y nuestra economía.

-Así es. A día de hoy los cultivos que dependen de polinizadores (todas las hortalizas y frutas, que aportan los nutrientes esenciales a la humanidad) cultivados de forma intensiva ya sufren una polinización pobre, que puede llegar a repercutir en la producción y por tanto en la economía de agricultores. Pero para mi perder diversidad no es solo un problema por que la biodiversidad nos beneficia, sino por que cada especie que se pierde es irrecuperable, y perder especies es perder belleza y capacidad de maravillarse.

-Sus investigaciones en la EBD han permitido descubrir por primera vez que los polinizadores están avanzando su periodo de actividad casi dos semanas de media. Un adelanto del ciclo vital que se debe fundamentalmente al aumento de las temperaturas. ¿Qué consecuencias tiene este nuevo escenario?

-Por ahora tanto la floración de las plantas como la actividad de los polinizadores se ha avanzado simultáneamente, pero no sabemos hasta que punto esto va a ocurrir. Si las flores salen demasiado pronto, se quedaran sin polinizadores, y viceversa. Sin embargo, a pesar de que no se ha roto la sincronía por ahora, florecer o emerger antes, incrementa el riesgo de estar expuestos a heladas tardías. Y las temperaturas extremas tienen otros problemas para las poblaciones. Frenar el cambio es imperativo para los polinizadores, y para nosotros mismos.