El hombre fuerte del sanchismo andaluz será delegado del Gobierno

Gómez de Celis vuelve a primera línea política como contrapeso de Sánchez en la tierra de Díaz

Manuel Pérez manpercor2 /
14 jun 2018 / 14:20 h - Actualizado: 14 jun 2018 / 19:23 h.
"Política","Susana Díaz","Alfredo Sánchez Monteseirín","Pedro Sánchez","Alfonso Rodríguez Gómez de Celis"
  • Celis alza el puño en su presentación como miembro de la ejecutiva socialista en el 39 congreso del PSOE. / Efe
    Celis alza el puño en su presentación como miembro de la ejecutiva socialista en el 39 congreso del PSOE. / Efe
  • Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. / Manuel Gómez
    Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. / Manuel Gómez

En política, tarde o temprano, todo llega. Y si no que se lo digan a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, otrora teniente de alcalde con Monteseirín a quien estuvo a punto de relevar en el Ayuntamiento y hoy delegado del Gobierno en Andalucía. Este jueves se confirmó el rumor que circulaba por los mentideros: el hombre fuerte del sanchismo tendría su hueco en el nuevo organigrama de Pedro Sánchez después de provocar un terremoto de ceses y nombramientos al triunfar su moción de censura y acceder a la presidencia del Gobierno.

Si Gómez de Celis ya era el valido de Sánchez en Andalucía desde que fraguaran amistad allá por 2013, ahora esta relación política se hace efectiva con el nombramiento del sevillano como delegado del Gobierno que, dicho en otras palabras, es el representante del Ejecutivo presidido por Sánchez en Andalucía.

Con este nombramiento, Sánchez devuelve a Gómez de Celis el favor de haberse batido el cobre por él en un territorio hostil. La histórica rivalidad que mantenían Celis y la presidenta andaluza, Susana Díaz, se enconó tras aquel comité federal socialista del 1 de octubre de 2016 y que forzó la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general. La rivalidad volvió a aflorar durante las primarias de 2017, en las que el madrileño arrasó en las urnas y se impuso con contundencia a Díaz.

Hoy que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, muchos socialistas andaluces parecen haberse reconciliado con él cuando no hace mucho lo abominaban y aborrecían. Sin embargo, en aquella hostilidad y soledad de encontrarse en territorio comanche, Sánchez encontró en Gómez de Celis un pilar importante. Esa lealtad que demostró el sevillano se hizo patente cuando, tras las pasadas primarias, entró a formar parte de la comisión ejecutiva federal del PSOE como secretario de Relaciones Institucionales y Administraciones Públicas.

Sin embargo, Sánchez salda así una deuda pendiente con un Gómez de Celis que estuvo llamado a suceder a Monteseirín en la Alcaldía de Sevilla y que, con los años, fue relegado a una desconocida Agencia Pública de Puertos de Andalucía por su actitud crítica hacia lo inexpugnable del PSOE de Andalucía. Cabe destacar que Gómez de Celis llegó a ser miembro destacado de la candidatura de Luis Planas a la sazón ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación por su pugna por la secretaría general del PSOE-A allá por 2012.

No son pocos quienes piensan que el jefe del Ejecutivo quiere saldarse su particular venganza contra la dirigente andaluza. Nada más lejos de la realidad. Conocedor de que se mueve en tierra ajena, solo Gómez de Celis genera la suficiente confianza en Pedro Sánchez como para desempeñar este cargo. También es un guiño a la militancia andaluza que lo apoyó –aproximadamente un tercio–, puesto que con el referente de Gómez de Celis en el despacho de la Torre Sur de la Plaza de España, los sanchistas andaluces dejarán de considerarse los parias del socialismo andaluz.

Gómez de Celis consigue cerrar así la historia de un político que anduvo ágil, estratega y hábil para rebelarse contra el establishment del PSOE-A y, al mismo tiempo, dotarse de una patente de corso para no caer en el ostracismo político. Un contrapeso que Sánchez no ha querido desperdiciar en Andalucía.