El ‘hospital andaluz’ del mar

El Aula del Mar de Málaga cumple más de treinta años desde que se fundó para dar a conocer nuestra histórica relación con el mar y la gran biodiversidad marina del litoral andaluz. Además de educar, el Aula del Mar ha servido de ‘hospital’ para tortugas, delfines y hasta focas árticas.

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
12 jul 2020 / 05:00 h - Actualizado: 12 jul 2020 / 05:00 h.
"Ecoperiodismo"
  • El ‘hospital andaluz’ del mar

Juan Jesús Martín es uno de los socios fundadores del Centro de Educación Ambiental Aula del Mar de Málaga, desde donde coordina programas de educación y voluntariado ambiental para la conservación de especies marinas amenazadas y de hábitats costeros. Biólogo marino y Doctor en Pedagogía por la Universidad de Málaga, participa en proyectos de cooperación internacional para la conservación del medio marino y para la realización de actuaciones relacionadas con la economía circular azul y las soluciones basadas en la naturaleza.

-¿Cómo, cuándo y porqué nace el Aula del Mar de Málaga?

-Acabamos de cumplir 31 años, ya que iniciamos nuestra actividad como cooperativa andaluza el 7 de julio de 1989 en la Cofradía de Pescadores de Málaga. Nuestra principal motivación para la creación del Aula fue la necesidad de dar a conocer nuestra histórica relación con el mar y la gran biodiversidad marina del litoral andaluz, atlántico y mediterráneo, porque nadie valora lo que no conoce.

-¿Realmente desconocemos lo que pasa en los mares?

-El mar tiene un problema de visibilidad. Por ejemplo, si este verano se quema un bosque, toda la población lo percibe, pero si desaparece una pradera marina casi nadie se entera.

-¿Hay alguna experiencia similar en alguna otra ciudad?

-No conocemos otra experiencia similar en Andalucía, España o Europa. Creemos que hemos sido pioneros en ofrecer a la sociedad un centro de Educación ambiental especializado en el medio marino que combina elementos museísticos interactivos relacionados con la navegación, pesca y la fauna marina, complementado con recursos audiovisuales, acuarios y tortugas marinas en recuperación.

-¿Cuáles son los objetivos del Aula del Mar?

-Nuestro principal objetivo es acercar a la población residente y visitantes al entorno costero, para propiciar así la valoración del formidable patrimonio natural y cultural del litoral andaluz. Decía nuestro maestro Jaques Cousteau que “quien no conoce el mar, se pierde las tres cuartas partes del mundo”. En este caso de Andalucía, que disfruta de más de 1.000 km. de costa.

-Fuisteis pioneros en la educación ambiental sobre el mar, pero en estas tres décadas también habéis trabajado en la recuperación de especies.

-Sí. En 1994 creamos en colaboración con la entonces Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía el Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (CREMA): un hospital marino para la rehabilitación de tortugas y mamíferos marinos. Desde 2012 gestionamos el Museo ALBORANIA del Aula del Mar de Málaga, denominado así porque está especializado en la divulgación y sensibiilzación ambiental para la conservación del mar de Alborán, ubicado en el Palmeral de las Sorpresas del Puerto de Málaga (Muelle nº2).

El ‘hospital andaluz’ del mar

-¿Cuáles son vuestro ‘pacientes’ más habituales?

-Sobre todo hemos recuperado tortugas marinas de la especie “Caretta caretta”, conocida por los pescadores como tortuga boba. Mayoritariamente han sido hembras subadultas con un larga vida reproductiva por delante, si las dejamos, ya que pueden vivir mas de 150 años. Pero también hemos recuperado delfines y ballenas atrapadas en redes abandonadas o a la deriva.

-En estas tres décadas, qué ha sido lo más 'raro' que habéis encontrado?

-Fuimos testigos en 2001 de la primera puesta de tortuga marina registrada en la península ibérica: una tortuga boba excavó un agujero en la playa de Vera (Almería) y puso 97 huevos. A los 60 días nacieron 42 tortuguitas. Ahora estamos a la espera de que alguna superviviente adulta vuelva 20 años después, ya que tienden a realizar sus puestas en la playa donde nacen. También ayudamos a focas juveniles procedentes del ártico, que cruzaron el Estrecho de Gibraltar y acabaron varadas en playas de Granada y Málaga en varias ocasiones. Una de estas focas pudimos reintroducirla de nuevo en su colonia original en el norte de Escocia.

-30 años dan para muchas anécdotas...

-Pues sí. Recuerdo que la primera tortuga marina que recuperamos en el Aula del Mar de Málaga estaba varada en la playa hecha una bola de alquitrán, debido a que le había “pillado” de lleno una lavada ilegal de lastre de petroleros. La descubrió una chica que paseaba por una playa de Mijas (Málaga). Solo movía un párpado porque estaba asfixiada al tener los orificios respiratorios taponados, ya que las tortugas marinas tienen pulmones como nosotros y necesitar sacar la cabeza del agua periódicamente para respirar.

El ‘hospital andaluz’ del mar

-Si el petróleo ha sido un grave problema para los mares, ahora nos enfrentamos, además, a los residuos plásticos...

-Hace una década la mayoría de animales marinos que ingresaban debido a capturas accidentales por anzuelos o redes pesqueras, sin embargo, en la actualidad la mayoría de los casos de ingresos en el Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas del Aula del Mar de Málaga son debidos a la ingestión de plásticos que confunden con las medusas, su alimento habitual, en el litoral andaluz ya hay más plásticos flotando que medusas.

-En una retrospectiva: ¿el mar está mejor o peor cuidado hoy respecto a hace 30 años?

-Los hábitats costeros y submarinos desgraciadamente están mucho más deteriorados que hace 30 años. Ha desaparecido una gran parte de la superficie de praderas marinas que albergaba el litoral andaluz, las especies de algas invasoras favorecidas por el cambio climático están alterando y desplazando las especies autóctonas, tenemos menos espacio litoral sin “hormigonar”, es decir, sin paseos marítimos, debido a esto y la disminución del aporte natural de arena de los ríos por efecto de las presas, están desapareciendo numerosas playas naturales y la contaminación litoral se ha intensificado debido a la superpoblación costera y la agricultura intensiva con fertilizantes y pesticidas. Sin embargo, el mar tiene un gran poder de recuperación, si somos inteligentes y depuramos adecuadamente nuestras aguas residuales, frenamos la construcción en la franja litoral, apostamos por la agricultura ecológica, realizamos una pesca sostenible y aumentamos el control de actividades con impacto ambiental en las áreas marinas protegidas.