Ecoperiodismo

El peor invierno de Doñana

La invernada 2021/2022 ha sido la peor de los últimos 40 años, con un descenso dramático de aves, según los datos de la Estación Biológica de Doñana (EBD)

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
01 ene 2023 / 11:42 h - Actualizado: 01 ene 2023 / 12:01 h.
"Doñana","Ecoperiodismo","Calentamiento global","Cambio climático","Agua"
  • Doñana. / El Correo
    Doñana. / El Correo

El Parque Nacional de Doñana fue incluido en la Lista de Lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, por representar un ejemplo excepcional de humedal vital para las aves migratorias entre Europa y África, por la diversidad de sus hábitats y su variada fauna. “Sin embargo, de no actuar con enorme urgencia, Doñana, tal y como la conocemos, desaparecerá”, han alertado desde la organización ecologista SEO Bird Life.

La sobreexplotación de los recursos hídricos en el entorno del parque nacional y los efectos del calentamiento global, han reducido el período de inundación de la marisma natural, repercutiendo gravemente en su biodiversidad, reflejado especialmente en el descenso de las poblaciones de aves acuáticas: la invernada 2021/2022 ha sido la peor en 40 años. Según la información obtenida a partir de los censos aéreos por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), la invernada 2021/2022 ha sido la peor en 40 años con solo 87.488 ejemplares censados, lejos de los 470.000 del año anterior.

Según Carlos Davila, responsable de la Oficina Técnica de SEO/BirdLife en Doñana, “si bien las fluctuaciones poblacionales de las aves acuáticas son habituales y se asocian entre otros factores al estado de inundación de la marisma natural, las tendencias poblacionales reflejan los efectos del cambio climático y la sobreexplotación del agua subterránea y superficial, siendo un buen indicador del estado de los ecosistemas”.

Los censos sobre avifauna reproductora aportados por el propio Equipo de Gestión del Espacio Natural de Doñana durante el Consejo de Participación del pasado 14 de diciembre, muestran un paisaje desolador a causa del mal estado ecológico de la marisma del parque nacional.

Doñana en Directo. / SEO/BirdLife


Respecto a las especies en peligro, para las cuales Doñana ha supuesto históricamente uno de sus últimos refugios, todas muestran una tendencia negativa enormemente preocupante: la cerceta pardilla sigue en declive, con sólo 10 parejas censadas, todas ellas fuera del parque nacional. La malvasía cabeciblanca no se ha reproducido por segundo año consecutivo, en una serie negativa desconocida hasta hoy. La focha moruna, por su parte, no se reproduce en Doñana desde el año 2018, lo que supone para esta especie los peores datos en 19 años.

Las poblaciones reproductoras de aves acuáticas comunes también se han desplomado, continuando con una marcada tendencia regresiva desde 2019. Por ejemplo, durante 2021 se contabilizaron 2012 parejas de morito común, mientras que, en 2022, sólo se han contabilizado 614 parejas, suponiendo el tercer peor año para la especie desde 2004. También es el tercer peor año de la serie histórica para la espátula común, con 94 parejas y para la garza imperial, con 23 parejas.

Para Carlos Davila, “Doñana es considerada una de las zonas húmedas más importantes para las poblaciones de aves acuáticas del Paleártico Occidental, pero las malas condiciones ecológicas de la marisma del parque nacional se está viendo reflejada en la tendencia negativa de la mayor parte de las especies reproductoras, algunas de las cuales están despareciendo del espacio protegido.”

Según la documentación presentada en el Consejo de Participación de Doñana el pasado 14 de diciembre, la precipitación acumulada durante el año hidrológico 2021/2022 ha sido de 304 mm, lo que representa tan sólo el 58% de la media histórica. Por lo tanto, el Parque Nacional de Doñana se encuentra inmerso, tras once años, en el mayor ciclo seco de su historia.

El futuro, previsiblemente, no será mejor. Según recogen los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las olas de calor y sequías continuarán aumentando en intensidad y frecuencia en la cuenca mediterránea. Sin embargo, es la mala gestión hídrica en el entorno de Doñana, la mayor amenaza a la que se enfrenta. La sobreexplotación de los recursos hídricos mantiene los ecosistemas de Doñana al borde del colapso.