La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, sus siglas en inglés) considera que los beneficios generales de la vacuna continúan superando los riesgos en las personas que se vacunan, pero, aun así, los ciudadanos tienen más miedo a la vacuna que al coronavirus, una enfermedad que ha matado a más de tres millones de personas en el mundo. La causa radica en los casos de trombosis venosa detectados entre las personas que han recibido la vacuna contra el COVID-19. Según la EMA, todavía no se ha demostrado una relación causal entre los acontecimientos adversos y la vacuna, y la probabilidad estimada es de 1 persona entre 100.000. Sin embargo, el miedo a esta enfermedad está provocando una tendencia ascendente en la población a rechazar la inmunización, lo que ha hecho que muchas personas se cuestionen qué sucede con el resto fármacos, como la píldora anticonceptiva, en los que sí están descritos como efecto secundario la trombosis y, además, con un riesgo mucho mayor a la vacuna. En concreto, muchas mujeres se han movilizado por redes sociales mostrando su indignación porque se ha minimizado los riesgos de los anticonceptivos orales, que afectan a la mitad de la población, abriéndose así de nuevo el debate sobre el riesgo de tromboembolismo por tomar este fármaco.
Desde El Correo de Andalucía hemos consultado sobre ello a la especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, Ángeles Blanco, quien explica que «el riesgo de tener una enfermedad tromboembólica venosa (formación de trombos dentro del sistema venoso, fundamentalmente de las piernas y la pelvis) es mayor para las mujeres que toman anticonceptivas». En concreto, si la enfermedad tromboembólica venosa en mujeres en edad fértil tiene una frecuencia de entre 1 y 5 casos por cada 10.000 mujeres, cuando se toman anticonceptivos la probabilidad puede subir hasta 3 y 15 casos por cada 10.000 mujeres al año, por lo que el riesgo es mucho mayor que la asociada a la vacuna cuando fue suspendida (30 casos de trombos en 5 millones de vacunados). No hay que olvidar que millones de mujeres en todo el mundo utilizan la píldora anticonceptiva, de hecho, según la Sociedad Española de Contracepción (SEC), el 70,7 por ciento de las mujeres españolas en edad fértil utilizan actualmente algún método anticonceptivo, a pesar de que múltiples estudios han demostrado que el uso de anticonceptivos orales se asocia con un aumento del riesgo de hasta cuatro veces mayor en la trombosis venosa.
La píldora anticonceptiva oral es un fármaco que se utiliza tanto para prevenir embarazos no deseados como para tratar el síndrome del ovario poliquístico, la endometriosis, la menstruación irregular, la menorragia, la dismenorrea y los cólicos menstruales.
La doctora precisa que no todos los tipos de pastillas anticonceptivas tienen el mismo riesgo de desarrollar trombos. Existen anticonceptivos combinados (con estrógenos y progestágenos) y anticonceptivos que solo tienen progestágenos. La mayoría de las mujeres utilizan los anticonceptivos combinados, siendo los estrógenos la principal causa a la hora de producir un estado de hipercoagulabilidad en la mujer y, por tanto, más tendencia a formar trombos, ya que aumenta los niveles de factores de coagulación y disminuyen los niveles de proteínas anticoagulantes.
Factores de riesgo
La trombosis venosa puede reducirse descartando este tipo de anticonceptivos en mujeres que tienen otros factores de riesgo, como haber tenido ya una trombosis anteriormente por tomar anticonceptivos, tener antecedentes familiares de trombosis, obesidad, tabaquismo o una edad superior a los 35 años. «Estos factores, cuando van juntos, son una bomba de relojería», enfatiza Blanco. Según los datos del Ministerio de Sanidad, un 19,3 por ciento de las mujeres andaluzas de 15 y más años se declaran fumadoras diarias, y un 19,5 por ciento de las mujeres tienen obesidad.
La inmovilización es también un factor de riesgo muy frecuente a la hora de desarrollar una trombosis venosa o una embolia de pulmón (aparece en los pulmones y es considerada la tercera causa de muerte vascular), por lo que es importante que los pacientes que tengan que estar en reposo o inmovilizadas durante mucho tiempo por cualquier problema consulten a su médico sobre las pautas a seguir durante el tratamiento anticonceptivo.
«Si una mujer, por ejemplo, da positivo en COVID-19 y tiene que confinarse en casa, deberá consultar con su médico de cabecera si tiene que tomar heparina profiláctica (un fármaco que se usa tanto para prevenir como para tratar la trombosis)», explica Blanco. Igualmente, cuando una mujer se vacuna y está tomando anticonceptivos debería evitar la inmovilización. «Es una norma para las personas que tienen factores de riesgo», añade la experta en trombosis.
La doctora Blanco explica que para estas mujeres «hay otros anticonceptivos diferentes a los que llevan estrógenos», así como entre los anticonceptivos hormonales combinados «hay algunos que aumentan más el riesgo de trombosis que otros». «Lo ideal es prescribir un anticonceptivo hormonal combinado en una mujer que no tenga factores de riesgo y además darle el anticonceptivo que menos riesgo tiene de desarrollar trombo», informa.
El problema está en que, aunque los datos de la última encuesta de la SEC señalan que hay un 64 por ciento de mujeres que han acudido a su médico de atención primaria, a un ginecólogo o a un centro de planificación para que le recete cuál es el método anticonceptivo más adecuado, sigue habiendo un 36 por ciento de mujeres que toman anticonceptivos porque se lo han dicho una amiga o lo han visto en redes sociales y se lo han comprado en la farmacia sin ningún tipo de prescripción médica. Estas mujeres pueden estar tomando una píldora anticonceptiva que quizá no es la más adecuada para ellas y puede generar reacciones adversas como la trombosis venosa, por lo que siempre hay que consultarlo con una persona experta en anticonceptivos, como es un médico de atención primaria. Por eso es tan importante que haya información sobre la salud femenina y la educación sexual, porque, entre muchas razones, cientos de mujeres toman la píldora sin saber los efectos adversos.
Cuándo acudir al médico
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) señala que «no existe ninguna razón para dejar de tomar el anticonceptivo hormonal combinado si no ha experimentado ningún problema», pero ante cualquier posible reacción adversa vinculada a la píldora sí que hay que acudir al médico.
Algunos de los síntomas que pueden anunciar la existencia de una trombosis mientras se está tomando pastillas anticonceptivas son: hinchazón en las piernas, palpitaciones, sensación de calor en una de las piernas, ahogamiento al hacer un esfuerzo que antes podría hacer con normalidad, dolor en el pecho o desmayos (conocido como síncope). Si una mujer sufre cualquiera de estos síntomas, la doctora Blanco dice que habría que ir al médico para saber si podría tener una trombosis venosa en las piernas o una embolia de pulmón. El conocimiento de este riesgo es esencial para poder reducirlo.