Esta es la verdad sobre la demolición de embalses en España

Hay creada toda una campaña en contra de la demolición de presas en España, pero ¿es cierto que se estén derribando estas infraestructuras de almacenamiento de agua en la que puede ser una de las sequías más acuciantes del siglo? No. Es falso. Lo explica el presidente del Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF), Antonio Herrera

El azud del Molino de Zúñiga (o Molino de Arquijas) en el río Ega, en Navarra.

El azud del Molino de Zúñiga (o Molino de Arquijas) en el río Ega, en Navarra. / Ricardo Gamaza

Ricardo Gamaza

-En plena sequía circulan de manera viral en las redes sociales mensajes que alertan de la destrucción sistemática de presas. ¿Es cierto?

-Rotundamente no. Sencillamente porque lo que se está eliminando son principalmente pequeños azudes y barreras en los cauces que están sin concesión, obsoletos, no cumplen ninguna función para el ser humano, y algunos ya medio derruidos por el propio cauce, con el riesgo que esto puede suponer, etc. Las pequeñas barreras y azudes suponen el 76% y 71% de las barreras demolidas en Europa en 2021 y 2022 respectivamente, las cuales tenían una altura inferior a 2metros. Sólo un 4% por ciento superaba los 5m, y hay que decir que en estos casos, se trata de pequeñas presas (aunque superen los 5m de altura, en Europa aún no se ha demolido ninguna gran presa como sí se ha hecho en otros países como EEUU, por ejemplo) cuya concesión está extinguida y que para poderse mantener, tendrían que adaptarse a las nuevas normativas de seguridad, lo que tendría unos costes enormes que nadie -ya que no hay concesionario que obtenga beneficios de la misma- está dispuesto a asumir.

-Sin embargo hay algunas excepciones. Como la presa de Valdecaballeros, en Extremadura.

-Digamos que las presas que se derriban de cierto tamaño son, como dices, una clara excepción en Europa y en España, y de estas, las que se tienen que demoler es principalmente por un motivo jurídico y no por exigencias del mundo conservacionista o ecologista. Por ejemplo, la presa de Valdecaballeros en Extremadura, que ha sido muy polémica y es de las pocas excepciones que si tienen cierto tamaño. Esta presa se construyó para refrigerar una central nuclear que nunca llegó a funcionar. No se creó ni para consumo humano ni para riego. La concesión se ha extinguido, por lo que la empresa concesionaria, por ley, tiene obligación de retirar la infraestructura. Ahora bien, si se quiere mantener porque se le quiere dar otro uso, esa posibilidad existe, pero alguien (por ejemplo, el gobierno de Extremadura que ha pedido preservarla) tienen que solicitar la concesión para ese uso y hacerse cargo de la presa...el problema es que hay que invertir grandes sumas de dinero en adecuarla a la normativa de seguridad necesaria y a los nuevos usos que pudiera tener y sería el concesionario el que debe hacerse cargo de estos costes. ¿Estará dispuesto el gobierno de Extremadura a hacerse cargo?, si es así, no habría porque demoler esta presa, pero si ni el gobierno autonómico ni nadie solicita ese uso y hace esas inversiones, por ley y por seguridad, la infraestructura debe demolerse.

-No parece, como señalan algunas personas en redes sociales que sea una cuestión de “ecologistas radicales”.

-En efecto. Además, también por ley los organismos de cuenca tienen la obligación de recuperar el buen estado de los ríos, y para ello, siempre que sea posible, los obstáculos deben eliminarse porque suponen una barrera no sólo para la fauna, sino también para los sedimentos y nutrientes. Que los sedimentos circulen con naturalidad por los ríos es fundamental para la dinámica de estos y para evitar algunos problemas de erosión e inundaciones que padecemos, además de para regenerar de forma natural nuestras playas.

-Si no son presas sino azudes que además están obsoletos o abandonados los que se están derribando, ¿afecta a la capacidad de almacenamiento de agua en España?

-En absoluto. En nuestro país no se ha retirado ni pretende retirarse ninguna presa que actualmente esté siendo utilizada para abastecimiento humano o riego.

-La fuente de estos bulos son datos de los informes Dam Removal Progress de 2021 y 2022 de la Fundación Mundial de Migración de Peces. Pero esos informes indican barreras fluviales, no solo presas. ¿Hay alguna presa demolida o pendiente de demolición?

-Como dije al principio hay muy pocas barreras que puedan considerarse como presas, sólo un 4% (este dato es del propio informe Dam Removal Progress) supera los 5 metros de altura. Y como he dicho también, ninguna está en uso ni para abastecimiento, ni para riego, ni siquiera para producción hidroeléctrica. De las pocas presas que pueden considerarse como tales, además de Valdecaballeros podríamos citar también el caso de la presa de Los Peñascales, en Torrelodones. Esta presa nunca llegó a tener utilidad de abastecimiento o riego porque el agua para las urbanizaciones del entorno llegó por otras vías. La presa, de la que es responsable el ayuntamiento, quedó abandonada y sin mantenimiento durante décadas. Desde 2013 la Confederación Hidrográfica del Tajo viene alertando de que la concesión está extinguida y de los problemas de seguridad.

-¿O sea que las escasas presas que indicas que deben demolerse no sirven para abastecer de agua y además son peligrosas?

-Así es ya que si no se abordan las inversiones para adecuarlas a la normativa vigente, se tendrían que retirar para evitar los riesgos (no sería comparable el caso en dimensiones, pero tenemos muy reciente el dramático caso de las dos presas que han colapsado en Libia provocando miles de muertes). En el caso de la presa de Los Peñascales el Ayuntamiento no parece estar dispuesto a acometer esas inversiones, pero tampoco está por la labor de que se retire la presa.

-Una decisión política en base a la presión ejercida por los bulos que denuncian falsamente ese derribo masivo de embalses.

-El problema añadido a todo esto es justamente cuando estos casos se politizan, porque de repente todas las cuestiones jurídicas y técnicas, que deberían ser las que condicionen y marquen lo que podemos y/o debemos y no debemos hacer, quedan a merced de los vaivenes políticos.

-Desde un punto de vista ecológico y/o social ¿es necesario y positivo eliminar estas barreras fluviales?

-Desde el punto de vista ecológico, no hay lugar a dudas. Estas barreras, no sólo suponen obstáculos para muchas especies de fauna acuática, sobre todo los peces, sino que favorecen el desarrollo de muchas especies de flora y fauna invasoras que suponen problemas ecológicos y elevados costes económicos. Como decía, también es fundamental que los sedimentos circulen libremente por los ríos para no desequilibrar su dinámica natural y que se regenere de forma natural la arena de nuestras playas. Muchos problemas de inundaciones o de erosión que suponen riesgos y perjuicios económicos para las personas vienen originados o acrecentados por la presencia de estas barreras fluviales. Pero también es fundamental que los nutrientes que transportan los ríos circulen libremente y que lleguen al mar. Buena parte de nuestros recursos pesqueros dependen de que esos nutrientes lleguen finalmente a nuestras costas. Podría extenderme con un sinfín de detalles y consecuencias negativas para el ser humano de la existencia de estas barreras en los ríos, como también podría extenderme en listar la multitud de beneficios para el ser humano que implica tener nuestros ríos en buen estado.

-¿A qué cree que se debe el interés por generar este bulo de que España es el país donde más presas se están demoliendo, a sabiendas de que es un mensaje falso? ¿A quién beneficia mentir en este tema?

-Creo que la motivación fundamental es hacer un juego político sucio. En este caso para hacer daño al actual gobierno. Que nadie dude de que haya el gobierno que haya en nuestro país las barreras fluviales que se tengan que eliminar por motivos jurídicos se tendrán que seguir derribando, salvo que acabemos en un sistema donde las leyes no se cumplan, y creo que muy pocos españoles querríamos ese escenario. Y haya el gobierno que haya, siempre que sea viable eliminar una barrera fluvial en desuso para mejorar el estado de un determinado tramo fluvial debería hacerse, y comprobaremos que se seguirá haciendo gobierne quien gobierne.

Una segunda motivación puede estar por parte de aquellas entidades (públicas o privadas) que son responsables de eliminar una barrera fluvial cuando la concesión se ha extinguido. Piense que eliminar estos obstáculos lógicamente tiene unos costes económicos, por lo que la tentación de generar en una determinada localidad un movimiento ciudadano que se oponga al derribo del obstáculo es elevada. Si se consigue que el movimiento social frene o pare la demolición, es dinero que se ahorra el concesionario. O bien que se consiga que un tercero, ayuntamiento, gobierno regional, etc., esté dispuesto a asumir el coste de actualizar la infraestructura y mantenerla para no tener que demolerla. En cualquier caso, el responsable “se iría de rositas”. De ahí que puedan darse casos donde los propios responsables de las concesiones extinguidas se podrían aprovechar de los movimientos conservacionistas locales en su favor, para que hagan ver que en las aguas embalsadas por esas barreras se han generado unos ecosistemas valiosos, etc.

-Los bulos atacan directamente al movimiento conservacionista, a los ecologistas.

-Sí. Hay una extrema derecha que intenta generar un escenario donde la ciencia parezca más una religión que lo que es, ciencia. Promueven el negacionismo sobre el cambio climático, las vacunas, etc., y cualquier profesional o persona que pretenda alertar sobre el riesgo de estos posicionamientos es tachado de ecologista radical, rojo radical, etc. En el Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF), asociación ibérica sin ánimo de lucro, seguro que tenemos entre nuestros socios (portugueses y españoles profesionales y académicos del sector) personas que pertenecen a muy diferentes ideologías políticas, pero anteponemos la ciencia, los conocimientos técnicos y las leyes y normativas de las que nos hemos dotado para nuestro ejercicio profesional y para establecer nuestros posicionamientos comunes. Nadie nos puede tachar de ecologistas radicales y mucho menos de rojos o “izquierda radical”, como se ha hecho en algunos de los bulos que circulan por las redes. Estos bulos son ridículos y en ocasiones diría que patéticos para cualquier persona mínimamente entendida o informada, el problema es que calan rápido y con facilidad cuando hay desinformación previa.

-¿Cuál es el verdadero problema que nos trae ahora a primera linea la sequía (y que estos bulos evitan que se convierta en el verdadero debate?

-Es evidente que la actual sequía que venimos padeciendo se lo ha puesto fácil a los creadores de estos bulos, que por cierto se cuentan con los dedos de una mano a pesar de la elevada repercusión que han tenido. El principal problema que nos trae a primera línea la sequía es que tener más embalses no soluciona los problemas, ya que cuando hay sequía están vacíos.

-Respecto a la gestión del agua, desde hace mucho tiempo se ha dicho por expertos que la solución a la escasez de agua no está en aumentar la oferta de agua con nuevos embalses, sino en poner en foco en la reducción de la demanda en diferentes aspectos.

-Si no llueve, por más embalses que construyamos el problema seguirá estando ahí. Al igual que el problema de las inundaciones no se soluciona poniendo barreras en los ríos, sino abordando una planificación urbanística adecuada, el problema de las sequías no se soluciona construyendo embalses, sino gestionando bien el agua. Somos uno de los países con más presas y con más capacidad de embalsar agua del mundo. Disponemos de grandes recursos de agua. Pero la gestión que venimos haciendo durante décadas es sobre la oferta, es decir, cuanta más agua se demanda, más agua doy. Esto es inviable en un planeta donde los recursos son limitados, y en nuestro país el agua es un recurso limitado y lo será aún más debido al cambio climático, que reducirá las cantidades de agua disponibles mediante más lluvias torrenciales y sequías más recurrentes e intensas. Por tanto, tenemos que gestionar la demanda, es decir, tenemos estas cantidades de agua y vamos a utilizarla de la mejor manera y más eficiente posible para garantizar los abastecimientos y el resto de usos (agricultura, industria, etc.), además, por supuesto e imprescindible, de conservar en buen estado nuestros ecosistemas acuáticos (lo que implica una correcta aplicación de caudales ambientales). En Andalucía, por ejemplo, ya hace tiempo que, en el sector agrario, con el continuo incremento de los regadíos, hemos traspasado la barrera de lo que sería sostenible, es decir, gestionar el agua que sabemos que podemos disponer. Hay que analizar los usos del agua en clave de sostenibilidad y también en clave social. A quiénes o qué entidades y a cuántas personas benefician los actuales usos del agua en la agricultura por ejemplo...hay pequeñas explotaciones que necesitan mucha más atención y recursos para sobrevivir y competir, pero también podríamos hablar de grandes explotaciones concentradas en pocas manos, en manos de empresas con sede en el extranjero, etc.

-En CIREF comparáis los ríos en la naturaleza con las arterias en el cuerpo humano.

-Así es. Los ríos son las arterias que mantienen vivos nuestros territorios. De la misma manera que un acúmulo de colesterol en nuestras arterias puede provocarnos un trombo y un infarto, los obstáculos en los ríos provocan algo similar en el territorio, no sólo en el propio río. Un territorio sano y rico en recursos requiere de un sistema circulatorio también sano y en perfecto funcionamiento. En cualquier caso, me gustaría dejar claro a la ciudadanía que quienes estamos luchando por conservar los ríos y promovemos, entre otras muchas cosas, que se eliminen los obstáculos obsoletos en los cauces y que se permeabilicen aquellos que no puedan ser eliminados, somos ante todo profesionales que anteponemos siempre los intereses humanos y de nuestra sociedad.

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