{—Creo que le gusta correr para desconectar. ¿Esta campaña le ha pillado al sprint sin tiempo para entrenar o es más corredor de fondo?

—Sí, me gusta más el fondo que el sprint, creo que en el fondo se ven cualidades que no se ven en el sprint, la paciencia, la perseverancia, la continuidad de un proyecto.

—¿O sea que su proyecto es a largo plazo? —Yo soy de los que esprintan a última hora pero corredor de medio fondo.—Llegó de Madrid y algunos como en el PP de Sevilla le acogieron incluso con frialdad. ¿La campaña le ha servido para reforzar su liderazgo interno o eso dependerá de los resultados?

—Mi liderazgo interno ya está afianzado desde que me eligió el congreso con el 98,4% de los votos y a lo largo de esta campaña pues lógicamente todavía se ha consolidado más. Nunca he tenido ningún problema de liderazgo, nunca he notado lo contrario.

—Hemos visto el continuo respaldo del Gobierno central en su campaña y usted ha defendido su gestión como su modelo a seguir pero habla de recuperar a un votante del PP descontento. ¿No es contradictorio? —Evidentemente, porque el Gobierno de la nación encontró una herencia de Zapatero de un nueve por ciento de déficit y seis millones de parados, ha tenido que tomar decisiones muy difíciles, complicadas, pensando en España y no en el PP y lógicamente eso ha erosionado a la imagen y a la marca del PP y puede haber personas que estén un tanto distanciadas de nuestro proyecto político. Por eso lo que yo les he traslado es que, primero, estas son unas elecciones autonómicas, no generales, y segundo que la recuperación que ha puesto en marcha el Gobierno de España es la recuperación que está llegando a Andalucía y que con las mismas reformas en Andalucía podemos incrementarla, aumentarla, multiplicarla. Ese es el objetivo.—¿Pero eran imprescindibles? Defender esas mismas reformas en Andalucía puede echar para atrás votos.

—Es que yo tengo mis propias reformas en Andalucía, creo que el motor de la economía en Andalucía necesita cambio, si no se hace nada nos quedaremos descolgados. Andalucía se está quedando descolgada de la recuperación, estamos creando la mitad de empleo que el resto de las comunidades. Por tanto tenemos un problema y eso significa que tenemos que hacer reformas, actualizar nuestro modelo económico, ser atractivos a la inversión, bajar los impuestos, todo eso lo tenemos que hacer.

—También habla de un voto oculto del PP en Andalucía. ¿Por qué cree que se oculta? —Tradicionalmente siempre hay voto oculto de todos los partidos pero del PP también lo hay más. Siempre hay ciudadanos a los que no les gusta decir lo que piensan y se guardan celosamente su voto hasta el último minuto.—¿Por qué más del PP? ¿Se oculta lo que no gusta decir?

—No, porque socialmente en algunas zonas del interior, en zonas rurales, pues lógicamente no es fácil decir que eres del Partido Popular. Digamos que estás en una situación de minoría social por así decirlo, estás en una situación de complejidad, o sea, no es fácil decir que eres del Partido Popular en comarcas del interior donde el PP no es un partido mayoritario.—Uno de los problemas del PP en Andalucía es que para gobernar tiene que ganar mientras que el PSOE a veces lo ha hecho apoyándose en otros. ¿No cree que atacando tan duramente a Ciudadanos han perdido la oportunidad de buscar un posible aliado?

—No. Yo personalmente nunca he atacado a Ciudadanos. Lo más que he comentado es que su candidato lleva ocho años gobernando con el PSOE en Sanlúcar y que, por tanto, el modelo que representa es continuista, un modelo de pacto con el PSOE y eso lógicamente no es una apuesta por el cambio.—¿No ve que haya dilapidado un posible socio?

—No, no lo veo, porque los socios se generan siempre después de las elecciones, nunca antes.—Le ofreció a Susana Díaz un pacto para agotar la legislatura. ¿Se lo volvería a ofrecer para frenar a Podemos?

—No. Ahora mismo ella ha destruido todos los puentes de diálogo con el PP. Yo quiero sustituir las políticas rancias y antiguas del PSOE y eso solamente lo puedo hacer con el PP en el gobierno.—«Yo soy nuevo». Es otro de sus lemas. ¿De qué se quiere diferenciar?

—Simplemente describo una situación, una realidad. Yo soy nuevo, llevo un año al frente del PP en Andalucía, soy nuevo como candidato, soy nuevo como presidente del partido, soy nuevo en mis estilos, en mis formas, en mi contenido.—También repite insistentemente que viene para quedarse, contraponiéndose al posible interés de Díaz por dar el salto nacional, pero dependiendo de los resultados, hay tótems del PP, como Arenas, que ya en el último asalto no soportó la travesía en el desierto. No sé si se marca un tope, si 20 diputados menos sería como para plantear irse.

—Se lo resumo en una frase: yo vengo para quedarme.—¿Sea cual sea el resultado?

—Sea cual sea el resultado. Yo tengo un compromiso con los andaluces y es de presente y futuro, yo vengo a construir un proyecto a medio y largo plazo, un proyecto ganador, de alternativa al socialismo en Andalucía. Pase lo que pase mi compromiso no es de ida y vuelta.—¿Se plantea un límite a partir del cual lo consideraría un fracaso personal?

—Nada, no me planteo nada, yo me planteo simplemente construir una alternativa de futuro en Andalucía.—Es el candidato que más se ha pringado con el empleo, prometiendo 500.000 hasta 2016 y un millón en toda la legislatura. Explique cómo.

—Muy sencillo. Andalucía es una comunidad de las más ricas, variadas y con más talento que hay en España. De lo único que se trata es de ponerla a funcionar. Somos la última en atracción de inversiones, mientras no lleguen inversiones aquí no se generan oportunidades y empleo. Voy a hacer de Andalucía la tierra más atractiva para la inversión de España y de Europa. Y se puede. Bajando los impuestos, dando seguridad jurídica, recuperando la marca Andalucía y quitando algunas de las leyes que impiden la inversión en nuestra tierra.—¿Por ejemplo?

—Pues todo el plan litoral, pero no solamente temas urbanísticos, hacer que una empresa se pueda poner a funcionar con la mitad de trámites, quitarle burocracia, impedimentos, leyes contradictorias y sobre todo poner a unas unidades administrativas exclusivamente pendientes de todo el que quiere invertir en Andalucía, sea nacional o internacional. —¿Con incentivos también?

—Aceleradores de inversión, que faciliten todos los trámites, y después con incentivos especialmente para la industria, el pequeño comercio y los autónomos. —Corrupción, otro tema estrella de la campaña. Ha sido muy contundente con echar a quien meta la mano en la caja pero en casos como los ERE el debate está en diferenciar la responsabilidad administrativa.

—Soy de los que piensan primero que los que metan la mano tienen que ir fuera y además responder con su patrimonio. Y en segundo lugar, aquellos que son responsables políticos y no son capaces de hacer una gestión de acuerdo con los intereses generales tienen que dimitir. Aquel que ha tenido responsabilidad pública y, aunque él no se haya llevado dinero, ha dañado el interés público como en el caso ERE porque se han perdido recursos públicos, se ha dañado la imagen de Andalucía, no ha tenido los suficientes controles, esa persona no es apta para esa responsabilidad.—¿No haberse dado cuenta de que otros se lo han llevado es motivo de dimisión?

—No ser responsable y no ser un buen gestor. Es que eso te puede pasar una vez pero lo que no te puede pasar es durante 15 años, eso no se lo cree nadie, cuando durante 15 años no hay control, no hay fiscalización y se nos pierden 3.000 millones de euros alguien tendrá que asumir una responsabilidad. Una cosa es la responsabilidad penal, que eso serán los jueces, ahí no me meto, pero hay otra que es la responsabilidad política y esa la tienen que asumir y por eso yo creo que no son aptos el señor Chaves y el señor Griñán, después de la pérdida de recursos públicos y de la lesión que ha supuesto para el conjunto de los andaluces, no pueden seguir representando a Andalucía, como en el caso de Griñán, en el Senado. ~ Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970) –Juanma, insisten en que le llamen– es hijo de emigrantes andaluces aunque criado en Málaga. Es un cachorro del partido ya que fue presidente de Nuevas Generaciones y aunque ya sabe lo que es ocupar escaño en el Parlamento andaluz, su trayectoria política se ha desarrollado sobre todo en Madrid, de donde se vino con su mujer y tres hijos hace un año. Tiene hábitos saludables, como correr y comer sano, en especial fruta, aunque difíciles de mantener en campaña. Por la calle busca el contacto directo (mantiene la mano estrechada durante las breves conversaciones) y con las mujeres se muestra hasta seductor. Su obsesión es transmitir la imagen de una persona «normal» alejada del tópico del pijo que persigue al PP, aunque en campaña ha salido el exclusivo colegio al que van sus hijos o sus estudios en una universidad privada y es algo clásico al vestir.