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José Luis Serrano en una de sus intervenciones ante el Parlamento andaluz. / EFE
Decía José Luis Serrano que el ver ser lo reservaba para categorías tales como «ser padre o ser mortal», para el resto de asuntos, el granadino prefería usar el verbo estar por lo que se definía como una persona que «estaba» de escritor. Compaginó su carrera de profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada con su faceta como novelista. Publicó más de 60 trabajos académicos y cinco novelas, la última La Alhambra de Salomón, una novela histórica en la que profundiza en las raíces judías del emblemático palacio granadino. No sería exagerado decir que Serrano pasó media vida leyendo, pues era de esas personas que dividía los días en dos: «los bonitos y los que no leía (que eran los terribles)». «Si yo pudiera volver atrás en mi vida haría exactamente lo que he hecho, solo que hay cosas que haría con más intensidad y otras con menos. Lo que más intensidad haría es todo lo que he hecho por la gente porque al final es todo lo que queda para uno, lo más egoísta y productivo para ti mismo. No cambiaría nada».
Ostentó la presidencia del grupo parlamentario de Podemos y apenas tuvo ocasiones de dirigirse a la Cámara durante los primeros meses de legislatura, aunque sí fue muy comentada en la Cámara su intervención en una sesión de control a la presidenta Susana Díaz en la que la interpeló sobre el papel de Andalucía en el debate territorial, de hecho formó parte del equipo que redactó el programa electoral de Podemos para las pasadas elecciones generales sobre esa materia. Como veterano activista de las libertades en Andalucía y actor militante en un día tan señalado como el 4 de diciembre de 1997, Teresa Rodríguez, portavoz del grupo, cedió el turno de palabra a Serrano. En todos estos meses de legislatura, esa intervención del catedrático supuso el momento en el que Podemos y PSOE caminaron más pegados el uno del otro.
«Más temprano que tarde creo que sonará la hora de la historia, que será también la hora de Andalucía. Yo quiero estar ahí, como estuve en la manifestación del 4 de diciembre de 1977», explicaba cada vez que se le preguntaba el por qué de aparcar su carrera en la Universidad y embarcarse de nuevo en la política. En aquella manifestación, José Luis Serrano formó parte del servicio orden y contó en una entrevista que aún guardaba la primera bandera andaluza que ondeó en la Facultad de Derecho de Granada.
Se afilió al Partido Socialista de Andalucía y posteriormente participó en la fundación de los Verdes de Andalucía y en el proceso que negoció su integración en Izquierda Unida Convocatoria por Andalucía. Fue magistrado suplente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y redactó varias proposiciones y anteproyectos de ley por encargo de grupos parlamentarios y administraciones públicas.