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Imagen de una calle con cascotes caídos de los edificios en la localidad granadina de Santa Fe. EFE/Miguel Ángel Molina
El Colegio Oficial de Arquitectos de Granada ha asegurado este miércoles, tras la serie de terremotos que ha afectado el área metropolitana de esta ciudad, que el parque inmobiliario edificado desde finales de los 60 se proyectó con exigencias y prescripciones de normas "sismorresistentes".
Ante la alarma generada por la insistente actividad sísmica de estas semanas, este colegio profesional ha señalado en un comunicado que se trata de una normativa de carácter obligatorio que se ha ido aprobando hasta la actualidad (PDS-1, NCSE-94, NCSE 02).
A lo largo de estos años cualquier edificio construido desde entonces, sujeto a autorización administrativa (licencia de obras) y previo visado preceptivo del Colegio Oficial de Arquitectos, ha tenido que cumplir con esas normativas, que pretende evitar el colapso de las estructuras de los edificios y, en la medida de lo posible, daños personales a sus habitantes.
"Se trata de que la estructura soporte el movimiento ocasionado por el terremoto, minimizando aquellos daños materiales que puedan producirse en el resto de elementos constructivos de carácter secundario como instalaciones, tabiques, fachadas, pretiles, cornisas o revestimientos", ha aclarado el colegio.
La rigidez a veces "no es compatible" con las oscilaciones sísmicas y se producen roturas o caídas a vía pública, con el consiguiente peligro para las personas que transitan junto a los edificios.
Por ello, en el caso de abandonar un inmueble por un terremoto, se aconseja alejarse lo más posible y permanecer en espacios abiertos y protegidos de caídas de elementos de construcción.
Ante una actividad sísmica moderada como la que se registra ahora, con origen en las numerosas y pequeñas fallas existentes en el territorio de Granada y su entorno, las estructuras de los edificios, ejecutadas conforme a la normativa en vigor, están diseñadas para soportarlo.
Los demás daños que pudieran ocasionarse en otros elementos constructivos deberán ser supervisados por técnicos en la materia, que evaluarán la envergadura de los mismos e informarán sobra las actuaciones a seguir para restablecer sus condiciones.