La lucha de una madre por conseguir los recursos que necesita su hija en el cole

Ante la falta de recursos, la madre de Elsa espera que la Junta facilite que su hija de cinco años, que tiene dificultades en el desarrollo del lenguaje, disponga de un profesional que la ayude a comunicarse con los demás

Verónica Ojeda verojeper /
24 abr 2021 / 04:00 h - Actualizado: 24 abr 2021 / 09:21 h.
"PSOE","Educación","Junta de Andalucía","Discapacidad","Infancia"
  • Fotografía de Eva y su hija Elsa.
    Fotografía de Eva y su hija Elsa.

Elsa es una niña de cinco años que tiene una discapacidad del 33 por ciento por trastorno del desarrollo y del lenguaje, dispraxia verbal (dificultad para la pronunciación de sonidos, sílabas y palabras) y disglosia (trastorno del habla que dificulta la pronunciación), además de estar en estudio de pruebas genéticas sobre el síndrome de Pierre de Robin. Desde que tiene dos años acude a atención infantil temprana y tiene dos terapias a la semana. Ahora, ella asiste cinco días a la semana al CEIP Los Ángeles en Málaga, pero con una dificultad añadida en su aprendizaje: no puede comunicarse con el resto de las personas de la forma en que ella querría. Intenta hablar, pero en muchas ocasiones, no la entienden. Esto es una frustración para ella porque no puede avanzar al mismo ritmo que el resto del alumnado. Eva, su madre, se levanta todos los días, lleva a su hija al colegio y alza la voz por todos los mecanismos posibles para exigir lo que Elsa necesita. Una madre que lucha para que a su hija dejen de ponerles barreras y, en su lugar, le pongan los recursos necesarios. En este caso, ella necesita poder comunicarse con el resto de las personas y avanzar y, para ello, necesita un sistema alternativo aumentativo de la comunicación (formas de expresión diferentes del lenguaje hablado que pretenden evitar las dificultades de comunicación y lenguaje).

Actualmente, ella tiene a su disposición un profesor especialista en pedagogía terapéutica (dos horas semanales compartidas) y un profesor especialista en audición y lenguaje (1 hora y media a la semana). Yolanda, mediadora comunicativa y presidenta de la asociación ASMECO, explica a El Correo de Andalucía que los mediadores comunicativos son los especialistas en el sistema que necesita Elsa, sin embargo, ese perfil profesional no está reconocido en la Junta de Andalucía, por lo que no pueden ser contratados.

Los mediadores comunicativos son profesionales que median entre el profesorado, el alumnado y el menor para facilitar la comunicación, por eso Yolanda, que conoce de cerca el caso de Elsa, medió para que pudiese entrar, al menos, una chica que estudia el grado superior de Mediación Comunicativa en prácticas para Elsa. Incluso, esta profesional se ofreció a estar con Elsa de forma voluntaria y gratuita los jueves, que es el día que tiene libre. Desde entonces, ella ha mejorado mucho su comunicación y está adaptándose mejor al aula, pero las prácticas han acabado, Elsa vuelve a quedarse sin nadie que la ayude y vuelva a estar como al principio.

Desde la secretaría de Educación de la Junta declaran que el equipo de orientación del colegio de Elsa ha dictaminado que lo que necesita es un especialista de audición y lenguaje, no un mediador comunicativo. Sin embargo, la orientadora de su centro le ha dicho a Eva que su hija lo que necesita es un mediador comunicativo, pero que no puede especificarlo en el informe oficial de Elsa porque no está reconocido por la Junta de Andalucía.

Eva mueve cielo y tierra para conseguir un mediador comunicativo y se ha puesto en contacto con todos los partidos políticos para que le den una solución. «Ninguno me ayuda y todos echan balones fuera. Creo que no es tan difícil entender que mi hija necesita ese recurso. Solo quiero que se lo pongan el tiempo que le haga falta. No lo pido para toda la vida, sino hasta que ella aprenda, por lo menos, a escribir y a leer porque no puede comunicarse con el resto de las personas», explica su madre.

De hecho, Beatriz Rubiño, diputada autonómica en el Parlamento de Andalucía del PSOE, llevó hace unos días al pleno del Parlamento el caso de Elsa y dijo: «No les da vergüenza que Elsa, que necesita una mediadora comunicativa, haya tenido que recurrir a una persona en prácticas, una plaza que debería ser pública». Sin embargo, tras ese discurso Eva se ha reunido con más partidos políticos, la delegación de Málaga y la secretaria general de Educación y Formación Profesional, Olaia Abadía, pero todos les han dicho que no pueden ponerle un mediador comunicativo a su hija porque no está reconocido ese perfil profesional y todavía no saben qué recurso le ofrecerán. «No puedo más. Estoy agotada. Yo no quiero promesas. Necesito que me ayuden con mi hija», dice su madre.

La lucha de una madre para que las mediadoras comunicativas sean reconocidas para su hija y para cada niño que esté en la misma situación que Elsa. «Todo mi esfuerzo va dedicado a cada niño con problemas de habla, audición y lenguaje», señala Eva. Casos como el suyo muestran hasta qué punto las leyes se quedan muchas veces en papel mojado. El decreto de educación de Andalucía dice que «atenderán a las necesidades específicas de apoyo educativo para los niños y niñas que lo requieran». Eso dice, pero ¿lo cumple?

«Si no me quieren poner un mediador comunicativo que le pongan a mi hija en el aula un profesor especialista en audición y lenguaje, pero que se comprometan. Los niños no tienen por qué sufrir los problemas de los adultos. Ya seguiré luchando por el colectivo de mediadores comunicativos paralelamente, pero que ayuden a mi hija», afirma Eva. La secretaría de Educación ha informado a El Correo de Andalucía que no existen los recursos suficientes, pero no solo en el caso de Elsa, sino en el de muchos otros niños que los necesitan. «No hay un maestro de audición y lenguaje para cada niño y durante todo el tiempo que están en el centro, sino que son perfiles profesionales compartidos, por lo que distribuimos los recursos que existen», declaran.

Según Yolanda, si Elsa no cuenta con un profesional que le ayude a avanzar, su desarrollo cognitivo podría ir más lento a la hora de leer, escribir, asimilar conceptos, resolver problemas o habilidades sociales. «Es como cuando una persona habla español y otra chino. Al final, dejan de comunicarse porque no se entienden. A Elsa le sucede lo mismo, porque ve que no la entienden y no es capaz de comunicarse. Eso hace que ella se sienta mal», añade.

72 familias, una plataforma denominada «Nuestros pequeños guerreros», la orientadora del colegio, la directora del colegio, la asociación ASMECO, la plataforma Juntos por la diversidad, la Asociación de Colores, NEAE Escuelas de Calor y una campaña de personajes públicos bajo los hashtags #mediadorcomunicativoenelaula, #todosconelsa y #elsacomunicavida están movilizándose por los derechos de Elsa y por los de todos los niños con necesidades especiales que no cuentan con los recursos necesarios en la educación pública, como es la presencia de un mediador comunicativo.

Sin recursos en la educación

Todos los colegios deberían tener recursos para ayudar al alumnado con necesidades especiales, pero no todos los tienen. Y eso Eva lo sabe mejor que nadie. Antes de que su hija estuviese en el CEIP Los Ángeles de Málaga, Elsa no fue admitida en el CEIP José Moreno Villa por no disponer de los recursos que necesitaba según los informes médicos y el equipo de orientación. «Ahora se está repitiendo la misma historia, ¿tengo que volver a cambiar a mi hija de centro porque no le ponen un recurso que ella necesita?», se pregunta Eva.

«Después de un verano, un montón de escritos y de ir constantemente a la delegación de Málaga para pedir entre lágrimas y por favor que a mi hija la metiesen en un colegio con los recursos necesarios conseguí que mi hija entrase en el CEIP Los Ángeles, y ahora las administraciones me vuelven a hacer lo mismo. Están jugando con los derechos de mi hija, eso no se hace», cuenta Eva.

La madre elogia sin límite el centro de su hija, sobre todo, a su orientadora y a la directora del CEIP Los Ángeles de Málaga, pero carga contra la Junta de Andalucía, que no proporciona los recursos que debería tener Elsa.

La situación de los mediadores comunicativos

Los mediadores comunicativos son personas que han realizado el Técnico superior en Mediación Comunicativa, pero que, cuando salen al mercado laboral, se encuentran con que su profesión no está reconocida en ninguna comunidad autónoma en España, exceptuando Asturias. Por eso nace la asociación ASMECO en Málaga, para poder reclamar a las instituciones que les reconozcan. «Es fundamental que un mediador comunicativo acompañe al alumnado con necesidades especiales porque si no, están completamente abandonados, salvo el rato que están con el profesorado especialista en Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje, que no suele llegar a las dos horas semanales», detalla la presidenta de ASMECO.

La secretaría de Educación de la Junta asegura que no tienen un convenio ni una normativa que permita contratar a un mediador comunicativo, pero los mediadores comunicativos están hartos de enviar escritos para posibilitar esa opción y nunca han obtenido respuesta.

Un total de tres escritos ha realizado y enviado este colectivo a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía a los que este periódico ha tenido acceso. Tres escritos que han sido ignorados porque nadie de la Junta ha respondido al reclamo de los mediadores comunicativos: que se les incluya en el Protocolo de detección, identificación del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y organización de la respuesta educativa de la Junta de Andalucía, para formar parte de los perfiles profesionales del personal no docente colaborador.

Los gritos de auxilio de Eva por su hija deben ser escuchados, porque ella no va a parar hasta conseguir los recursos que necesita su hija. Y los mediadores comunicativos tampoco.