La Semana Santa, los toros y El Rocío, bajo las lentes de Freud

02 dic 2021 / 10:30 h - Actualizado: 02 dic 2021 / 10:32 h.
"Universidad de Sevilla"
  • Semana Santa en la carrera oficial. / Javier Cuesta
    Semana Santa en la carrera oficial. / Javier Cuesta

Las procesiones de la Semana Santa de Sevilla, con la muerte del padre, las corridas de toros, como exaltación de la virilidad, la romería del Rocío, como el rapto de la madre, y la procesión del Corpus Christi, como el retorno al orden, han sido analizadas desde un punto de vista freudiano en un estudio publicado por la Universidad de Sevilla.

"Sevilla, del rito al inconsciente" es el título que la antropóloga francesa Antoinette Molinié ha elegido para este denso recorrido antropológico y psicoanalítico que le ha llevado muchos años de trabajo de campo en los que ha trabado amistad y hasta complicidad con conocedores y protagonistas de estas fiestas a las que, desde las primeras páginas de su estudio, les declara su más profundo respeto.

"A las hermandades de Sevilla, con admiración y respeto" es la dedicatoria de este libro que fue publicado en Francia hace cinco años y que, con traducción de Rafael Mazarrasa Martín-Artajo, ha sido coeditado ahora por la Universidad de Sevilla y la editorial Athenaica, en un volumen que supera las cuatrocientas páginas y que incluye un álbum fotográfico reciente de estas fiestas.

Entre esa selección fotográfica también se reproduce el lienzo del pintor surrealista Oscar Domínguez titulado "Toro y torero" en el que se reproducen una custodia y un cáliz, un toro de aires oníricos, de gran carga simbólica y totémica y un torero que, entre la danza y la levitación, permanece ligeramente unido al animal tanto por la empuñadura de su estoque como por la punta de las astas del animal.

Esa sucesión simbólica y esa mezcla de conceptos físicos y psíquicos está igualmente presente en la descripción, a veces poética, a veces mitológica, siempre respetuosa y otras veces como "desde dentro", que Molinié efectúa del ciclo festivo sevillano que arranca con la Semana Santa y culmina con el Corpus, abarcando la totalidad de la primavera.

Los editores del estudio advierten de que "aunque las tesis que albergan estas páginas nos puedan parecer provocadoras, el verdadero motivo que las inspiró fue encontrar una explicación, una más pero nueva, al gran ciclo ritual en el que se embarcan la ciudad de Sevilla y otros muchos pueblos y capitales de Andalucía una vez concluye la Cuaresma y se suceden, casi sin interrupción, la Semana Santa, la corrida de Resurrección y la Feria, la romería del Rocío y la celebración del Corpus Christi".

La propia Molinié confiesa en uno de los primeros epígrafes de su obra que "en un principio se trataba de presentar una etnografía ordenada de los rituales sevillanos de los que queríamos extraer las estructuras comunes", pero que su estudio fue definiéndose a sí mismo en virtud de la sucesión de fiestas populares sevillanas marcadas por el calendario cristiano.

La antropóloga descarta que la inclusión de fiestas profanas como la de los toros o la Feria de Abril resulte "incoherente" y, según escribe, "se justifica desde el punto de vista de los sevillanos: el nombre que lleva la 'Corrida de Resurrección', celebrada el día de Pascua, alude directamente a la resurrección de Cristo".

Y añade: "Veremos que el sacrificio del toro puede considerarse como una ceremonia religiosa y el torero como un ministro del culto. En cuanto a la Feria, no puede disociarse de la Corrida de Resurrección".

Los análisis antropológicos de Molinié conectan las fiestas del ciclo sevillano con otras celebradas en otros lugares de la geografía española, y también alcanzan conclusiones ya mencionadas sociólogos y antropólogos sobre las fiestas primaverales, como la asociación de las "bullas" de Semana Santa con la iniciación sexual.

Directora emérita de investigaciones del Centre Nacional de la Recherche Scientifique, Molinié, que ha sido profesora de la Universidad de París-Nanterre, señala en sus conclusiones que ha reconocido "la simbología edípica en las relaciones exhibidas por los rituales", y las enumera:

"Aquellas que se establecen a lo largo del ciclo, entre Nuestro Padre Jesús, la Dolorosa y las cofradías, o sea los tres vértices del triángulo edípico; aquellas que se van formando en la arena entre el toro bravo, el matador y su público; aquellas que ligan a la Virgen del Rocío a sus raptores y a sus hermandades; aquellas que produce la consumición de la eucaristía por los estamentos sociales que desfilan delante del Santísimo".

Con esta visión del ciclo festivo como un ritual prolongado, la antropóloga afirma que los enfoques estructural y el psicoanalítico sobre su objeto de estudio "lejos de excluirse, se completan".