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Actualizado: 22 jul 2017 / 16:30 h.
  • La zona afectada por el incendio de Moguer tardará 50 años en volver a su estado original

El profesor titular en el Departamento de Ciencias Agroforestales de la Universidad de Huelva (UHU), Raúl Tapias, ha precisado que la zona afectada por el incendio originado en Moguer el pasado 24 de junio, y que afectó a casi 8.500 hectáreas de los términos además de Lucena del Puerto y Almonte y que alcanzó el Espacio Natural de Doñana, tardará unos 50 años en volver a su estado original.

En declaraciones a Europa Press, Tapias ha asegurado que “el bosque en la zona afectada alcanzaba ya una talla importante y algunos árboles tenían mucha edad”, por ello remarca que “una cobertura suficiente se podrá alcanzar en una veintena de años, pero el estado original en 50”.

En cuanto a las especies afectadas, a su juicio, “habría que hacer un diagnóstico viable para comprobar la capacidad de rebrotar de las especies más afectadas”, indicando además que “en los casos en los que no hay posibibilidad de regeneración, es necesario comenzar una repoblación”.

Tapias ha asegurado que “el incendio ha sido muy extenso, ya que las condiciones climáticas de ese día fueron excepcionales para ello, y la situación a lo largo de la zona es diferente”, no obstante, ha precisado que “la mayor parte estaba poblada por pinos y otras especies”, por lo que considera “razonable utilizar las mismas especies que había antes”, indicando además que no ve motivos para “excluir al pino”.

Por la manera de avanzar el fuego, continúa el profesor de la UHU, “hay zonas dentro del perímetro que no se han visto afectadas y otras en las que la intensidad del fuego ha sido más baja”. De hecho, asegura que “hay pinos parcialmente dañados que podrán sobrevivir”.

No obstante, en la zona más interior, “hay árboles quemados enteros y otros muy afectados que murieron días después”. Al respecto, aboga por “talarlos y hacer una reforestación en la zona”. Otra situación distinta, ha añadido, es la zona de las dunas, de la carretera hacia el mar, “donde hay pinos con talla de matorral, que no deberían cortarse o si se cortan dejar el árbol sobre el suelo para impedir que las arenas empiecen a moverse”.

En cuanto a la gestión de la vegetación en la zona afectada, Tapias entiende que “es mejor” que otras zonas del país, al contar “con mayores inversiones” para ello.