Los Centros Educativos Privados andaluces cumplen su función educativa, social y de conciliación laboral cada verano. El bienestar de aproximadamente 20.000 familias y niños depende, durante el periodo estival, de los centros educativos privados que conforman la asociación “La Escuela que Eliges: Centros Educativos Privados de Andalucía”. De cuya tipología consta que hay muchos más aparte de los pertenecientes a esta plataforma, y que se van sumando a pasos agigantados debido al desconcierto provocado por no haber sido incluidos aún en el proceso de desescalada, al igual que el resto de establecimientos que trabajan con niños y que realizan escuelas de verano desde la fase 3 (desde prácticamente ya).
Primeramente, las familias necesitan disponer de sus escuelas, que en el caso de las privadas, finalizan su periodo lectivo el 22 de junio, al igual que los colegios, y son las familias las que deciden libremente si abonan y asisten durante los meses de verano o no, en formato de campus vacacionales. De forma responsable, por supuesto. Y el verano es un buen momento para que todos se vayan haciendo a “la nueva normalidad”. Ya que las ratios reducidas y los protocolos específicos de prevención facilitarán estar preparados para asumir el curso próximo con garantías y concienciación. Además, los educadores quieren y necesitan trabajar y salir poco a poco de los ERTES, que han supuesto la única opción para el sector privado.
Por otro lado, estos centros privados andaluces afirman tener certeza de que están siendo reemplazados inevitablemente, ya a fecha de hoy y debido a la falta de soluciones para ellos por parte de la Consejería, por centros ilegales no autorizados y casas particulares, en las que cuidadores se turnan para asistir a grupos de niños, por lo que se están mezclando, y sin las garantías de los profesionales del sector. Lo cual preocupa y entristece al mismo, que ve complicada una vuelta a la normalidad en estas condiciones.
Asimismo, preocupa el hecho en sí de que la educación infantil privada de primer ciclo pueda ser excluida por completo de la reapertura en los meses de verano, cuando es un sector que no cesa durante este periodo. Los centros de esta tipología, cuyas plazas son totalmente privadas, abren cada verano e incluso en agosto con campamentos vacacionales ya consolidados en el sector. ¿Se es consciente en Consejería de la existencia de esta tipología de centros, que carece de ayudas económicas y que está siendo totalmente ignorada?
Se sabe que no todos los centros de 0-3 años, sean adheridos a planes de ayuda o no, pueden o quieren abrir, tal y como se expuso en las mesas de negociación pasadas, pero “La Escuela que Eliges: Centros Educativos Privados de Andalucía” solicita que sea una opción y no una imposición el cierre. Ya que está claro que en el caso de existir tal imposición no se debería a causas sanitarias, que sería la única lógica admisible, puesto que academias, ludotecas, Igualdad, los ayuntamientos, etc., tienen ya autorizada la realización de sus campamentos de verano, con mezcla de niños y edades desde 0 hasta 12 años, evidentemente con los respectivos protocolos de prevención.
En resumen, estimamos que más que obligar a que todo el sector permanezca cerrado sin causa alguna, sería mucho más positivo que abriese el que contase con cobertura y medios para ello. De este modo, la Junta de Andalucía sólo tendría que apoyar los meses de verano a estas aperturas, de forma justificada, en el caso de centros más vulnerables que acrediten su imposibilidad de permanecer abiertos sin apoyo económico alguno y a los que por sus circunstancias prefieran no abrir por el momento porque lo consideren totalmente inviable económicamente. Mientras que en la situación actual las ayudas se extienden al cien por cien de los centros autorizados de 0-3 años, sean por parte del gobierno estatal (con los ERTES) o de la propia Junta con la ayuda por niño matriculado que tiene comprometida con los centros adheridos.
Rogamos que no se nos excluya del proceso de desescalada. Muchos de nosotros también queremos abrir y atender adecuadamente a nuestras familias y niños durante el periodo estival.
Solicitamos que se nos permita una reapertura voluntaria y responsable.
Pedimos que se nos escuche y se nos dé el mismo trato que al resto de establecimientos o entidades cuyas licencias o competencias les permiten trabajar con niños en verano.
Queremos un sitio, voz y voto diferenciados, como entidad representativa de una parte importante de la sociedad andaluza, en las negociaciones.
Los colegios o institutos públicos cesan su actividad escolar en verano hasta septiembre, y aun así serán ocupados por los campamentos de Igualdad o dependientes de los ayuntamientos.
Los centros educativos privados que realizan campamentos vacacionales, así como los centros de educación infantil de primer ciclo sí trabajan en verano y quieren tener la opción de hacerlo desde la fase 4 (vuelta a la nueva normalidad), 1 de julio de 2020.
En el caso de centros más vulnerables que quieran abrir, se les deberá permitir la reapertura parcial, manteniendo parte de las ayudas actuales. Del mismo modo, aquellos a los que la apertura les sea económicamente inviable, y por tanto decidan permanecer cerrados, deberán mantener el apoyo económico de las admiraciones pertinentes.