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Federico Vázquez de Castro.
- Esta semana se ha celebrado el Día Mundial de la Educación Ambiental. ¿Qué se quiere lograr con esta efeméride?
-Se quiere recordar que sin la educación ambiental ninguna medida ambiental es completa. La educación ambiental por ella misma no solucionará los problemas, pero sin ella no habrá una solución definitiva.
- Dices que cuando se habla de educación ambiental se suele olvidar la primera palabra: educación...
-Efectivamente, si la educación funcionara no habría que adjetivarla con educación para la paz, ambiental, para la salud..., todo estaría comprendida dentro de ella. Y como toda educación –educere- pretende extraer lo mejor de cada persona, en este caso, valores ambientales que vayan incorporándose y traduciéndose en estilos de vida más responsables y sostenibles.
- ¿Estamos bien educados ambientalmente los andaluces?
-Sin duda se ha avanzado, pero aún no lo suficiente. Lo vemos en algo tan elemental como el reciclaje, donde nuestra comunidad no es de las que van en cabeza. Hay que continuar trabajando sabiendo que la cultura ambiental –como toda cultura- supone esfuerzo y debemos contribuir a la mejora de nuestro entorno cuestionando el tipo de movilidad, alimentación, ocio, consumo..., a la búsqueda de alternativas de menor impacto, al tiempo que nos den más plenitud a nuestras vidas.
- ¿En los colegios e institutos crees que se da la suficiente importancia a la educación ambiental?
-No, debiera ser el punto de partida y hay mucho por mejorar. Tanto para que la educación ambiental aparezca de forma transversal en todas las materias, como para que los centros se conviertan en ecoescuelas, en las que toda la comunidad educativa se implique para conseguir y mantener un entorno más saludable.
- Muchas veces parece que el respeto ambiental está relegado a las asociaciones y a los voluntarios.
-En la educación ambiental todos los actores son necesarios, desde la administración a la Universidad pasando por las empresas, centros docentes y asociaciones. No nos gusta mucho el término de voluntario, preferimos el militante o miembro, que se implica desde dentro de las asociaciones, y éstas juegan un papel muy importante: son las entidades específicas desde donde se promueve y se forma en educación ambiental.
- Los expertos insistís en que la educación ambiental debe estar incluida en nuestros hábitos personales y sociales y no visualizarla como algo independiente.
-Es la forma más didáctica de integrarla, cuando la vemos en la práctica de nuestras figuras cercanas, la sociedad va avanzando así en conciencia ambiental. El poder del ejemplo es esencial para la transmisión de valores ambientales.
- ¿Qué le propondrías a una familia que quiere avanzar en su educación ambiental?
-La familia puede revisar sus hábitos de vida eligiendo dietas saludables, organizando su ocio de bajo impacto, criticando la presión publicitaria y escapando de los circuitos de consumo, buscando la eficiencia de sus viviendas... Todas esta alternativas son necesarias y pueden plantearse y pensarse en el ámbito familiar siendo consensuadas y aceptadas por todos.
- En el fondo, es hacer ecológicos nuestros hábitos.
-Así es. Aunque el ciudadano no es el único actor en materia ambiental, nuestros hábitos son muy importantes para configurar un nuevo estilos de vida y sin él costará mucho evolucionar hacia un futuro sostenible (por otro lado, el único posible).