Antonio Maíllo se ha despedido hoy de la política en activo, tras enviar ayer una carta a sus compañeros de partido más cercanos en la que les expresaba, en esencia, que la salud tiene que estar por encima de cualquier actividad política.
Hoy ha convocado a los periodistas en la sede regional de su partido en Sevilla, y tras exponer las razones políticas y personales de su decisión, ha entregado a los periodistas un ejemplar de ‘Los Episodios Nacionales’, una colección de cuarenta y seis novelas históricas escritas por Benito Pérez Galdós que fueron redactadas entre 1872 y 1912.
Es verdad que Maíllo no ha llegado a la sala de prensa con las 40 novelas, pero sí con una selección de 15 de esos libros, que tratan la historia de España desde 1805 hasta 1880 aproximadamente.
Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en la narración de los principales acontecimientos españoles del siglo XIX, desde la guerra de la Independencia española (un capítulo que Galdós, aún niño, conoció a través de las narraciones de su padre, militar que había participado y combatido en ella), hasta los años de la Restauración borbónica en España, periodo que el propio escritor vivió.
Bendodo se lo ha recordado
La pasión de Antonio Maíllo por estas obras es largamente conocida, e incluso la ha recordado hoy el consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta, Elías Bendodo, que ha alabado hoy la figura del hasta ahora coordinador regional de IU y portavoz parlamentario de Adelante Andalucía, y ha afirmado que "siempre se van los mejores".
Ha sostenido que el dirigente de izquierdas "como buen conocedor de los Episodios Nacionales de Galdós sabe que es imposible querer mejorar España sin diálogo ni acuerdo, y lo ha aplicado a la perfección en toda su trayectoria", por lo que ha asegurado que "no debería irse muy lejos”, y ha sentenciado: “Con Maíllo, el otro no era el enemigo”.
“La salud, lo primero”
La rueda de prensa de despedida de Maíllo no ha sido una comparecencia al uso. Es verdad que ha tenido su momento para analizar asuntos de actualidad política, pero también para reflexionar sobre la misma misma: “la salud es lo más importante, y no me la quiero jugar” o incluso para el buen humor, cuando ha sido preguntado sobre si los actuales estudiantes de Secundaria no son peores par generar estrés que los parlamentarios andaluces.
Al final, café, pasteles y un rato de despedida que más bien parecía una caseta en una feria del libro, cuando los periodistas han pedido al político que les firme el ejemplar que les ha regalado.
Maíllo se ha ido de la política como llegó, dejando amigos. Y, de paso, dejando cultura.