«Madrid no puede decidir qué hacer con el superávit de un ayuntamiento»

Municipalista confeso, intenta dar nuevos bríos a una institución que lleva más de tres años en parálisis por culpa de las disputas políticas que, ahora, parecen ya enterradas

Iñaki Alonso @alonsopons /
02 ene 2016 / 22:52 h - Actualizado: 03 ene 2016 / 10:31 h.
"FAMP","Fernando Rodríguez Villalobos"
  • El presidente de la FAMP y de la Diputación de Sevilla, el socialista Fernando Rodríguez Villalobos. / Pepo Herrera
    El presidente de la FAMP y de la Diputación de Sevilla, el socialista Fernando Rodríguez Villalobos. / Pepo Herrera

{Llevaba más de tres años en la casilla de salida. O quizás más, cuando en abril de 2009 y ante un club Antares abarrotado de alcaldes, hizo un alarde de municipalismo, recordando la labor de los consistorios en la transición y el nuevo reto al que se enfrentaban. «La falta de financiación local pone en riesgo la ciudadanía plena», dijo, en una frase que sigue vigente porque ese debate se guardó en un cajón. Ahora, ya como nuevo presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) se marca retomar esta asignatura pendiente y reclamarla al nuevo Gobierno central.

—¿Cómo está de engrasada esa maquinaria llamada FAMP, que ha estado al ralentí los últimos tres años?

—Lo primero que hice fue una visita institucional para conocer de primera mano los recursos humanos y materiales de la misma. Le trasladé al personal que había que relanzar una maquinaria oxidada que llevaba tiempo sin dar respuesta a la demanda de los ayuntamientos de manera convergente. La FAMP no tiene razón de ser si se convierte en un Parlamento bis. La FAMP es un ente que trata de converger en lo que nos une a los municipalistas y dejar aparcado lo que desune a los partidos que haya.

—Su elección y el reparto de miembros en la dirección va en ese camino.

—La clave en la nueva etapa es el consenso, la unidad con la que ha nacido. Los municipalistas hicimos piña en esa asamblea general y desde ahí asumimos todos una enorme responsabilidad.

—Unanimidad que brilló por su ausencia tres años, ¿se ha perdido el tiempo o con la crisis había poco margen de maniobra y ahora es la oportunidad de relanzar la FAMP?

—Oportunidad ninguna. Ha sido negativo el tiempo sin actividad. Lo digo sin ninguna crítica a mis antecesores, que hicieron su trabajo y se les juzgará por su labor. Pero una maquinaria como la FAMP, si se para, al final se oxida y ponerla en marcha cuesta.

—Lleva un mes al frente, ¿qué es lo primero que hará?

—Vamos a tener una reunión de la Ejecutiva y del Consejo Municipalista, para aprobar los presupuestos, que llevan tres años prorrogados, de cara a 2016, además de dar cuenta de tres o cuatro actuaciones de más urgencia.

—¿Qué acciones urgentes?

—La mayor es trabajar sobre la financiación de las haciendas locales, que es una asignatura pendiente. Queremos plantear al máximo nivel que nos aproximemos al modelo europeo escandinavo, donde los ayuntamientos se llevan el 25 por ciento de la tarta presupuestaria y no el 12 por ciento actual. Esa es la columna vertebral de la reivindicación de la FAMP.

—Pero, para tal demanda habrá que dirimir primero las competencias. ¿Qué servicios deberían cubrir exclusivamente los consistorios?

—Es sencillo. Todas aquellas que tengan relación directa con el ciudadano. Al ciudadano no se le ocurre pensar que asuntos sociales, políticas de aguas, de bomberos o de recogida de residuos es competencia de una administración u otra. Va al ayuntamiento. Si ya dices, el tema de carreteras, ahí se abre un interrogante. Desde lo local debe ejecutarse las políticas de cercanía, del tú a tú, y eso se calcula fácilmente. En Dinamarca y Suecia, por ejemplo, el ayuntamiento paga el salario del maestro de escuela y al médico de familia, y se incluye en la financiación.

—¿Cree que el escenario es el propicio? Ya son años escondido en un cajón.

—Más que dejarlo en un cajón es que depende de la voluntad política de quien gobierna en Madrid.

Pero han gobernado varios partidos, incluso de su signo político, y no se ha tratado.

—Sí, totalmente. Ya pasó esa defensa del estado de las autonomías donde los municipalistas dimos un paso atrás con una visión de Estado. Ahora llega nuestro momento. Pero eso no se hace si no hay una ley de financiación local acorde con la prestación de servicios de los ayuntamientos, que ahora está cercenada por el Gobierno central y su reforma local. No puede ser que Madrid decida a lo que va destinado el superávit de un ejercicio en el que has hecho una buena gestión. Desde la FAMP vamos a cuestionar eso, dentro del consenso. Hay que afinar porque hay partidos con diferentes puntos de vista.

—A veces contrapuestos.

—En la práctica, hay pocas diferencias. Lo mismo gobierna el PP, IU o el PSOE. No hablamos de Podemos y C’s porque no tienen competencia local o tienen poquito. Pero lo tendrán, supongo, y se pondrán las pilas pensando en el futuro.

—Rajoy impulsó la reforma local, ¿ve a los miembros del PP pidiendo su derogación?

—No he tenido tiempo de ver cómo está el patio. Pero vivo embadurnado en la política local y se qué piensan los alcaldes de uno y otro signo. E insisto: hablas con un alcalde del PP y te dice que le gustaría decidir en su pueblo sin que nadie, ya sea de un signo u otro, le diga qué hacer.

—Dijo en su primer discurso como presidente de la FAMP que buscaría equilibrar servicios como los bomberos.

—Hay una dispersión de modelos entre las provincias y hay que unificarlos, bajo el caparazón de la FAMP y analizando toda experiencia, incluso las de fuera de España.

—¿Tanta diferencia hay entre un bombero de Sevilla y otro de Almería?

—La diferencia es el ente que los coordina. A veces son los consorcios, en otros no existe, como en Sevilla... La cosa es buscar un modelo único con sus particularidades. Esto no es un invento, sino que viene previo aviso de los técnicos en materia de bomberos, que saben de las últimas innovaciones en la materia.

—¿Cómo prevé unificar criterios en las policías locales?

—No puede haber una policía en Estepa y otra diferente en Las Navas. Merece la pena un debate profundo hacia donde ir. No propondré nunca una merma en las conquistas a la plantilla de Policía. Pero no puede haber en un pueblo unos incentivos y en otro no. También hay que evitar que el alcalde sea el que directamente dialogue con la Policía Local. Sin ánimo de crispar el ambiente, hay que apartarlo de la negociación de normas y aplicación de ordenanzas, que debería dictar un ente supramunicipal. Un alcalde no debe estar cada día pensando si los policías están de baja. Hay que cortar eso de raíz.

—¿Va a elevar a la FAMP su batalla para que los pueblos pequeños no queden excluidos de los fondos Feder?

—Llevo meses reivindicando al Estado que no aparte a los pueblos de menos de 20.000 habitantes. No hay elementos objetivos para excluirlos. Creo que hay interés político. El PP no tiene peso en las zonas rurales y no le interesa. No es casualidad que no lo tenga, porque es por el desprecio permanente a las zonas rurales. Esa decisión se le va a volver en su contra.

—¿Qué hará al respecto?

—Como presidente de la FAMP presentaré un informe en la próxima reunión diciendo que esto no afecta solo a la Sierra Norte y la Sierra Sur sevillanas, sino a la Alpujarra granadina o la almeriense, con pueblos de 200 a 1.500 habitantes. ¿Los dejamos ahí que se mueran? Para eso están las diputaciones, que ponen la cofinanciación en los proyectos para evitar que lo aporten los chicos.

—¿Veremos a Málaga y Almería, gobernadas por el PP, en su alianza de diputaciones?

—Esas reuniones eran fuera de la FAMP y más de las seis diputaciones socialistas. Pero desde la FAMP, sé que nos pondremos de acuerdo en asuntos como los Feder. Debemos tejer alianzas en común, gobierne quién gobierne, con los Feder, los planes de empleo, la prestación de servicios sociales... Aunque seamos provincias, solo nos delimitan una línea en el mapa y no debe haber desequilibrios territoriales. No quiero que se repita lo de los años 70 y 80, donde la Sierra Sur y la Sierra Norte estaban considerada comarcas de acción especial porque estaban por los suelos comparados con el área metropolitana. ~