El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha reivindicado tras su toma de posesión el «nuevo orgullo andaluz» con un andalucismo «renovado y fuera de tópicos» y ha avanzado que mantendrá «una voz alta y clara» en defensa de los intereses de la región, con lealtad, pero rechazando privilegios a otros territorios.
En su discurso tras jurar el cargo de presidente para un segundo mandato, esta vez con un gobierno monocolor del PP, Moreno ha garantizado que su ejecutivo será «sólido, con determinación y con confianza en Andalucía» ante la difícil situación económica.
«Vamos a ir a por todas», ha dicho Moreno a los seiscientos invitados al acto, celebrado ante la fachada del Palacio de San Telmo de Sevilla, en el que estaban, entre otros, el expresidente Mariano Rajoy, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, los barones del partido o la expresidenta andaluza Susana Díaz, mientras que la representación del Gobierno central ha corrido a cargo del ministro Luis Planas.
Ha advertido de que «no existen varitas mágicas ni soluciones inmediatas» ante el «inquietante y perturbador» momento por la crisis económica, la guerra de Ucrania o la «polarización creciente», pero ha optado por abonarse «al optimismo y la alegría».
Moreno ha apelado al papel decisivo de Andalucía en España, siempre con «lealtad y compromiso con las instituciones democráticas», pero con la intención de participar «con determinación» en cualquier debate necesario, donde tendrá «una voz alta y clara».
«España necesita a Andalucía porque somos una tierra decisiva», ha advertido Moreno.
Ha sido un discurso en el que ha puesto un énfasis especial en los jóvenes y en reflejar un futuro de «liderazgo» y «ambición», también para estar a la cabeza en creación de empleo, para tener una sanidad «moderna y de calidad», una «educación de excelencia», la «igualdad real» entre hombres y mujeres o la lucha contra el cambio climático.
Ha asegurado que no quiere «mirar atrás» porque «mucho más que el camino recorrido» buscará «nuevas rutas» y ha dicho que tiene la «firme determinación» de hacer lo que haga falta para seguir avanzando y que Andalucía sea «la comunidad más importante de España».
El presidente, que ha tenido palabras de reconocimiento a sus socios de Cs durante la pasada legislatura, ha garantizado una presidencia «abierta y accesible», con una nueva etapa de ambiciones, ideas y proyectos», con una Andalucía que «ha perdido el miedo, se ha liberado de complejos y ha doblegado estereotipos».
Por su parte, el ministro Luis Planas ha expresado a Moreno la «mano tendida» del Gobierno de España «para cooperar en cuanto sea necesario» con lealtad, y ha recordado que la cogobernanza ha sido «un instrumento útil y eficaz» durante la pandemia.
Ha indicado que cada administración pública, en su ámbito competencial, debe asumir su responsabilidad como propia, pero siempre con un «elemento necesario de cooperación» entre instituciones, que es lo que esperan los ciudadanos.
El presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre, que ha impuesto a Moreno la medalla y la insignia como presidente de la Junta, ha advertido de los «tiempos difíciles» que vienen y ha resaltado que Moreno ha demostrado ser «un buen capitán de barco, que en tiempos de zozobra ha llevado la nave a buen puerto», por lo que le ha deseado «una legislatura plagada de decisiones acertadas».
Aguirre ha recordado a Moreno que tiene «un pacto con los ciudadanos en las urnas» desde el 19 de junio que debe ejecutar y se ha mostrado convencido de que contará con el gobierno «más capaz» para ejecutar el programa de gobierno que les prometió.