Gorriones, golondrinas, aviones, mirlos o vencejos son aves habituales de las ciudades y pueblos andaluces. Algunas de estas aves, ante el calor extremo en sus nidos saltan de ellos, como pasa con muchos vencejos. En otros casos la velocidad vertiginosa con la que crecen hace que abandonen pronto el nido, como pasa con los gorriones, que pueden abandonar el nido antes de cumplir las dos semanas de edad.
Contrariamente a lo que pueda pensarse, un nido no es un lugar seguro para las aves. “En el nido las aves son extremadamente vulnerables a la depredación, y por ello intentan abandonarlo cuanto antes, aunque todavía falten unos pocos días para que sean capaces de volar con cierta solvencia”, explican desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife). Pero aún en esos casos, sus padres se siguen encargando de alimentarlos durante este periodo y los localizan con facilidad por sus llamadas. De hecho, es realmente difícil que una cría sea realmente abandonada por sus padres, ya que el instinto de sacar adelante a sus crías prevalece por encima de casi todo. Así que no, lo más probable es que esa cría que revolotea con cierta torpeza por el suelo no sea huérfana, simplemente está dando sus primeros pasos fuera del nido, bajo el atento cuidado de sus padres.
Cuando un pollito está completamente recubierto de plumas, es probable que su situación fuera del nido sea completamente normal, voluntaria, y no requiera ningún tipo de intervención por nuestra parte.
Sin embargo, en algunos casos podemos encontrarnos crías realmente huérfanas, como las que caen del nido antes de tiempo, generalmente por accidente, y acaban en un lugar peligroso. En estos casos lo más recomendable es acudir a un centro de recuperación de la fauna, ya que criar un pollito a mano requiere mucha dedicación y conocimientos adecuados.
Un caso excepcional es el de los vencejos, aves que pasan la mayor parte de su vida en vuelo y no están adaptados a posarse en el suelo, desde donde les cuesta despegar. Si no están lesionados bastará con posarlos en la palma de la mano, lo más alta posible, en un sitio abierto. Si el vencejo está capacitado para volar, despegará de inmediato. Nunca hay que lanzarlo o impulsarlo. En el caso de las crías de vencejo, es preciso recurrir de nuevo a un centro de recuperación.
Desde SEO BirdLife dan estas claves de lo que nunca debemos hacer si recogemos un ave huérfana:
■ Alimentar a la cría con leche, galletas, o miga de pan. Da igual la especie: necesitan proteínas para desarrollarse adecuadamente. La leche puede matarla.
■ Mojar los orificios sobre el pico por los que el ave respira al intentar dar de beber a la cría. Lo más probable es que la condenes a una muerte lenta y dolorosa.
■ Manipular al ave con las manos en contacto con el plumaje más de lo imprescindible estropeará sus plumas e incapacitará al joven ave para la vida en libertad
El mejor lugar para mantener un ave mientras se traslada a un Centro de Recuperación de Fauna, es en el interior de una caja oscura, con algún orificio de ventilación, y con el fondo cubierto de papel absorbente.
Más información, incluido el listado de centros de recuperación de fauna, aquí:
Escuela Aves de Barrio: Pollito ¿huérfano?
https://seo.org/no-cojas-pollitos-huerfanos/
https://seo.org/centros-de-recuperacion-de-fauna-silvestre/