Ecoperiodismo

Plagas de verano

Están muy cerca esperando su momento. Son especies invisibles para el hombre hasta que en determinado instante, deciden salir de sus escondrijos... y lo hacen en masa. La Biblia hablaba de ellas, de las plagas, como un mal enviado por Dios. Pero lejos de las explicaciones bíblicas, la aparición de este fenómeno responde a causas mucho más terrenales.

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
06 sep 2020 / 04:00 h - Actualizado: 06 sep 2020 / 04:00 h.
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  • Plagas de verano

En la naturaleza las poblaciones de las especies están reguladas. El número de individuos de una determinada población está regulado por la disposición de alimento, por los depredadores o por factores climáticos como la temperatura, la humedad o la luz. Pero algunas especies tienen un comportamiento explosivo en cuanto a su capacidad de reproducirse; están esperando las condiciones favorables que, cuando se dan, permite una eclosión de muchos individuos. Es una estrategia evolutiva: Nacen muchos individuos porque también mueren muchos individuos. Son lo que los biólogos llaman ‘estrategas de la R’: especies que son capaces de esperar a las condiciones óptimas para reproducirse en masa y ocupar un hábitat.

Los ‘estrategas de la R’ son especies normalmente de pequeño tamaño, vida corta, de respuesta muy rápida, que basan su estrategia de supervivencia es crecer muy rápidamente. En ese sentido, la ortiga sería una estratega de la ‘R’, porque basta que haya un poco de suelo fértil para que crezca, ocupe la luz y ya no crezca nada a su alrededor, porque la ortiga ocupa el espacio. Los mosquitos y las cucarachas son también ‘estrategas de la R’.

La capacidad de adaptación de estas especies las convierte en casi indestructibles. La Periplaneta americana, conocida comúnmente como cucaracha americana, es una pesadilla cuando aparece en los hogares. Lo nutrientes que contiene el pegamento de un sello de correos son suficientes para alimentar a una docena de cucarachas durante una semana. Por eso cuando encuentran comida su población se dispara. Además, en la actualidad han logrado no tener que hibernar porque el uso de agua caliente en los hogares les permite tener un hábitat perfecto, en el entramado de cañerías de las casas, durante todo el año.

En la naturaleza nada se desperdicia. Por eso hay muchas especies que viven a expensas de nuestros residuos. Son animales que, por extraño que parezca, cumplen una función, como las cucarachas, que sirven para desatascar nuestras tuberías. Por eso la solución no es exterminarlas sino controlar su población, aseguran los expertos. Controlar una plaga equivale a tener que tener un buen estado parasitario de las instalaciones.

Según datos de las empresas de control de plagas, unos 3 millones de hogares españoles dan cobijo a colonias de cucarachas. Sin embargo, la cucaracha no ocupa el número uno de las plagas. Los roedores son los que más problemas dan en los hogares. En segundo lugar, se sitúan las plagas de cucarachas y, curiosamente, el tercer puesto en este ranking de plagas lo ocupan las chinches, una plaga que ya se daba por erradicada totalmente en la sociedad actual, donde han aumentado las medidas de sanidad e higiene.

Según los expertos en plagas, aunque haya una buena higiene en un hogar, nunca estamos exentos de sufrir una plaga. A veces somos nosotros los transportadores de los primeros individuos que llegan para colonizar el nuevo hábitat. Los exterminadores de plagas domésticas recomiendan sellar los inodoros de los cuartos de baño y los puntos de acceso exterior en las cocinas, ya que las tuberías de PVC que se ponen de más en la cocina y no se sellan son punto abierto desde las zonas más bajas desde la que suelen entrar insectos como las cucarachas. Incluso se puede detectar por el mal olor que los bajantes dejan en la cocina o en el baño.

En verano, el mar es también un hábitat colonizado por plagas. Las medusas se reproducen en ocasiones a tal velocidad que asolan algunas costas e imposibilitan el baño a miles de turistas. Una de las causas en este caso es la ausencia de depredadores. Las tortugas marinas tienen en las medusas un manjar, pero cada vez hay menos tortugas en nuestros mares. Otra causa: el cambio climático, que se ha traducido en el aumento de temperatura de las aguas mediterráneas.

Se calcula que cada año se gastan en todo el mundo más de 300 millones de euros en luchar contra plagas. Pero la capacidad de adaptación de estas especies les permite sobrevivir, aunque sea en escaso número, para volver a esperar de nuevo su momento.