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Foto de archivo de Susana Díaz (PSOE) y Juanma Moreno (PP) en el Parlamento andaluz. / Efe
A la posibilidad de que PSOE-A y PP-A alcancen un acuerdo sobre la reforma del modelo de financiación autonómica se le podría poner el latiguillo ese de es más difícil que... La guerra fría sobre la financiación autonómica entre el PP-A y PSOE-A tuvo ayer una cumbre que trató de iniciar el deshielo. Es complicado augurar un pacto entre ambas formaciones si tan siquiera son capaces de valorar en un mismo sentido el encuentro. En el lado popular, su mensaje es la voluntad inequívoca de sumarse a un acuerdo entre los partidos andaluces sobre la reforma del modelo. Fuentes del PP-A aseguraron a este periódico que la reunión con los representantes socialistas resultó «positiva» y se habían producido «avances». El próximo lunes termina el plazo para los partidos registren las conclusiones del grupo de trabajo sobre financiación y a partir de esa fecha los dos grupos han programado una nueva reunión. Su portavoz parlamentaria, Carmen Crespo, insistió ayer en la disponibilidad de su partido a que Andalucía tenga una voz única en el debate, pero volvió a priorizar un pacto entre los dos grandes partidos a nivel nacional.
Las fuentes del PSOE-A fueron mucho menos optimistas y destacaron «los puntos de desencuentro» con la propuesta que el miércoles presentó la consejera de Hacienda, María Jesús Montero. En lo único en lo que hubo unanimidad es que la semana que viene habrá un nuevo encuentro, por lo demás el día y la noche.
En el trasfondo de esta divergencia hay una clara estrategia política. Los socialistas andaluces se afanan en mostrar su autonomía frente a la dirección nacional en este asunto y trata de sonrojar a los populares por su excesiva pleitesía a lo que ordena el PP desde la calle Génova, «Moreno Bonilla está en primero de autonomía, si su propuesta es que la prioridad es el acuerdo a nivel nacional, la reunión dura 30 segundos», dijo ayer el portavoz socialista Mario Jiménez.
Al otro lado, los populares no quieren que el PSOE-A monopolice y saque todo el rédito político de este debate y ha visto en el asunto también otra astilla con la que pinchar a los socialistas por la mala relación entre Pedro Sánchez y Susana Díaz.
Mientras, el ministro Cristóbal Montoro pidió ayer «prudencia» a la Junta de Andalucía después de que en la propuesta defendida por el Gobierno andaluz y el PSOE-A se cifrara en 4.000 millones el dinero que necesita Andalucía de más con el nuevo modelo. A los socialistas andaluces le sentó mal la declaración del ministro y achacó a que «Montoro tuvo uno de sus días», la petición de prudencia en un asunto que el Gobierno central sigue dilantando.